Giovanni, el Simeone con más puntería
El hijo del Cholo, del Hellas Verona, se ha convertido en el delantero más certero del calcio: seis goles en nueve remates
”Será futbolista, es un Simeone”, decía un analista que trabaja para el Atlético al poco de que Giovanni (Buenos Aires, 26 años), el hijo mayor del entrenador rojiblanco, comenzara a marcar sus primeros goles en el Génova, su primer equipo al llegar a Europa en 2016. El mismo mantra sobre lo que significa el apellido familiar se repite en el Cerro del Espino de Majadahonda con su hermano pequeño, Giulianno, que hizo la última pretemporada a las órdenes de su padre y ha sido ...
”Será futbolista, es un Simeone”, decía un analista que trabaja para el Atlético al poco de que Giovanni (Buenos Aires, 26 años), el hijo mayor del entrenador rojiblanco, comenzara a marcar sus primeros goles en el Génova, su primer equipo al llegar a Europa en 2016. El mismo mantra sobre lo que significa el apellido familiar se repite en el Cerro del Espino de Majadahonda con su hermano pequeño, Giulianno, que hizo la última pretemporada a las órdenes de su padre y ha sido convocado con el primer equipo en tres partidos de Liga.
Cinco años después, el primogénito de los Simeone es un delantero reputado y consolidado en la clase media de la Serie A que aún confía en que su obsesión por la mejora y el trabajo le impulsen a un nivel superior. Internacional por Argentina, y ahora jugador del Hellas Verona, los cuatro goles que el pasado domingo le hizo al Lazio, exequipo de su padre, es uno de esos hitos que pueden marcar un antes y un después. “Mi padre me escribió que había tenido el mejor partido de mi carrera, que nunca me había visto así, que aparte de los goles, no perdí balones y siempre ayudé al equipo”, ha relatado orgulloso en una entrevista a la Gazzetta dello Sport.
La potencia en las conducciones al contragolpe, la movilidad y el manejo de las dos piernas y de la cabeza para el remate (56 goles desde que llegó a Italia) le han servido para abrirse paso entre los rigores del calcio. Cuando militaba en River Plate, su padre le aconsejó que fuera una temporada a Italia a curtirse con la dificultada que allí tienen los delanteros y después a España. Ni el mismo se imaginaba estar ahora empezando su sexta temporada en la Serie A. La figura del croata Ivan Juric, que le dio la alternativa en el Génova, le marcó y le ayudó mucho “la manera de afrontar los partidos y de prepararme”, atributos para nada desconocidos en la familia.
Las estadísticas de este curso describen hasta el momento al goleador más certero de la Serie A de entre los que han marcado cinco goles como mínimo. Para sumar la media docena de tantos que registra, Gio Simeone solo ha necesitado nueve remates y es el delantero que menos minutos (78) necesita para marcar. Ciro Immobile, el máximo goleador del torneo ha precisado de 33 remates para conseguir sus ocho goles y marca cada 87 minutos.
Coinciden en el entorno de los Simeone que de los tres hijos, Gio es el más parecido al progenitor en cuanto a su afán por el trabajo como único credo para crecer. Primero se preocupó de adecuar su cuerpo a las exigencias del fútbol italiano, no ha desatendido la mejora de la técnica y adquirió una costumbre que refrenda eso de que “es un Simeone”. Mientras ve partidos, en una libreta anota los estudios que hace de las defensas y los porteros rivales. “¡Cómo no vamos a salir los tres hijos futbolistas si mi padre hacía en la mesa hacía tácticas con los vasos y los platos!”, suele decir. Y sobre que los tres vástagos hayan salido delanteros, Gio Simeone se autoseñala como una supuesta referencia. “Nunca lo hemos hablado, quizá sea porque yo soy el mayor y me veían hacer goles o porque cuando jugábamos los tres nos gustaba marcar”, ha confesado a su entorno. Como su padre, es un captador y catalizador de energías, aunque quizá más refinado por las técnicas de meditación que practica. De su tía Natalia adquirió el gusto por el cine, el teatro y la lectura. Gio nunca ha ocultado su deseo de jugar para su padre, que no le hace apuntes tácticos por respeto a sus entrenadores. Y en una reciente entrevista en Argentina imaginó cómo sería formar con sus dos hermanos: “Por su físico, Gianluca (juega en el Ibiza), sería el búfalo, Giulianno, el del tiki-taka y yo correría por todos lados por los tres”.
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