Benzema-Vinicius, conexión inédita
El francés asiste esta temporada por primera vez al brasileño desde que empezaron a jugar juntos y mejora sus datos goleadores en medio de la explosión del extremo
En el minuto 85 del Levante-Real Madrid de hace un mes ocurrió algo inédito: Benzema le dio una asistencia a Vinicius. Fue el germen del 3-3. Nunca antes se había producido esta conexión en los 5.200 minutos y 103 encuentros en los que ambos habían coincidido en el campo desde que empezaron a jugar juntos en 2018. Aquella noche se produjo el inicio de la explosión imprevista del brasileño y de...
En el minuto 85 del Levante-Real Madrid de hace un mes ocurrió algo inédito: Benzema le dio una asistencia a Vinicius. Fue el germen del 3-3. Nunca antes se había producido esta conexión en los 5.200 minutos y 103 encuentros en los que ambos habían coincidido en el campo desde que empezaron a jugar juntos en 2018. Aquella noche se produjo el inicio de la explosión imprevista del brasileño y de una asociación, al menos hasta ahora, entre dos jugadores que rara vez se habían encontrado. Más bien, con frecuencia se habían desencontrado.
Por azar o por comienzo real de una verdadera sintonía, de momento los datos hablan de una conexión fértil, consecuencia también de la finura del extremo ante la portería rival. Después de ese pase del francés en el Ciutat de València, llegaron dos más: ante el Celta y en el empate en Mestalla, donde Benzema se dio la vuelta en la frontal y no dudó en enlazar con el extremo. No vaciló, cuando otras veces lo ha hecho en las tres temporadas y pico de cohabitación. Un pasado con nubes que quedó reflejado hace un año, cuando al galo le cazaron rajando en Gladbach con su compatriota Mendy: “Hermano, no juegues con él. Madre mía, juega contra nosotros”. Ni siquiera mencionó a Vinicius; sin embargo, en un mundo tan oculto como el del fútbol nadie se molestó en negar que se refería a su compañero de ataque. Tampoco Zidane, un hombre hermético en los asuntos del camerino: “Es bueno que de vez en cuando pasen cosas. Significa que estamos vivos. Esto ha ocurrido siempre. Tienen que arreglarlo entre ellos”, comentó el técnico. Vinicius tampoco negó la mayor: “Entre profesionales sabemos lo que hay, tenemos códigos que ustedes [los periodistas] desconocen. Mi relación con Karim es excelente”.
De aquí viene esta pareja, ahora convertida en los pichichis de la Liga, con seis tantos el francés y cinco el brasileño, y que por primera vez en tres campañas y pico producen hombro con hombro. “Hablo con Vinicius y, si le puedo ayudar más, lo voy a hacer. Es top”, afirmaba Benzema hace una semana en Milán, en unas declaraciones que tuvieron el aire de profesor a alumno o de entrenador a jugador más que de compañero a compañero.
Otra incidencia
El francés sí conecta con el brasileño este curso con algo más de frecuencia (un pase cada 20,6 minutos frente a 23,6 del pasado) mientras al revés se mantiene en una cifra casi idéntica (22). Pero lo que más ha variado es la incidencia sobre los partidos de este nuevo puente futbolístico. De sus cinco tantos, tres han venido de asistencias del francés, cuando ninguna de las 14 dianas previas del extremo fue cocinada por el nueve blanco. De los seis emboques de Benzema, dos tuvieron procedencia Vinicius: el centro en Mestalla para el 1-2 y un penalti provocado contra el Celta.
Pocos agradecen más la aparición del brasileño que Benzema, que por primera vez desde que Cristiano lo dejó solo en el Bernabéu no se siente solo ante la portería rival. Porque el repentino burbujeo de Vinicius no ha menguado al francés. Al contrario. Es el máximo anotador de la Liga; el jugador de los cinco grandes torneos que ha participado en más tantos (11), por delante de Haaland (10); y no ha habido un encuentro de este arranque de campeonato en el que no haya dejado su huella con una diana o una asistencia, o con las dos a la vez. Este curso solo se ha ido sin réditos personales de San Siro.
Su efectividad es especialmente alta esta temporada. Si se le compara con artilleros como Haaland, Lewandowski, Lukaku, Cristiano o Mbappé, él es quien menos disparos a puerta necesita (1,5) para celebrar un gol. Nueve tiros para seis tantos. Los arietes del Bayern y Chelsea, 1,75. El noruego del Dortmund, dos. Y Vinicius, en uno de los giros de guion más imprevistos, se ha colado en esta élite con un ratio de 1,8.
“Me cuido mucho a nivel físico y mental, y eso luego se ve en los partidos”, aseguraba Benzema en la previa de San Siro. El chico tímido que se pasó una década en el Madrid huyendo de conflictos, sin responder apenas a las críticas de su vieja fragilidad ante el gol, ha mutado en un líder que disfruta hablando de su nivel y exhibiendo su ascendencia sobre el resto, como con Vinicius. Ahora, el extremo con quien no solía entenderse se ha convertido en su principal aliado en un Madrid todavía por definir. Entre ellos, en 154 segundos se asistieron mutuamente y amargaron al Valencia.
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