Maverick Viñales reconoce que corrió para tratar de romper la Yamaha

El español pide perdón a la fábrica japonesa por pilotar “erróneamente” en Estiria al no saber gestionar la frustración de verse último | Martin se lleva la segunda ‘pole’ consecutiva en Austria

Maverick Viñales, en el box de Yamaha, durante el último gran premio de Estiria.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)
Barcelona -

Tras dos días de silencio, Maverick Viñales ha hablado. Y lo ha hecho para asumir su culpa. Y admitir que aquello de lo que se le acusa es cierto, por bien que no detallara cómo forzó el motor de la Yamaha para intentar romperlo en los últimos giros del GP de Estiria. Ese es el motivo que aludió el equipo oficial para ...

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Tras dos días de silencio, Maverick Viñales ha hablado. Y lo ha hecho para asumir su culpa. Y admitir que aquello de lo que se le acusa es cierto, por bien que no detallara cómo forzó el motor de la Yamaha para intentar romperlo en los últimos giros del GP de Estiria. Ese es el motivo que aludió el equipo oficial para apartarlo de la competición este jueves y dejarlo sin competir durante este GP de Austria. Yamaha comprobó, con los datos y la telemetría registrados durante la última carrera, que Viñales pilotó de manera irregular durante las últimas vueltas de la carrera: forzó la máquina, estiró las marchas y pretendió dañar el motor al pasarlo de revoluciones. Así lo reconoció él mismo este sábado, a quien no le hizo falta dar muchas más explicaciones. “Fue una explosión de emociones, que me fue difícil contener. Me dejé llevar por la frustración, fueron unas últimas vueltas muy difíciles para mí. Quiero pedir perdón a Yamaha porque piloté erróneamente en esas últimas vueltas”, concedió, arrepentido.

El catalán se creyó con posibilidades de hacer un buen resultado el domingo pasado, después de haberse marchado de vacaciones con el buen recuerdo de un segundo puesto en Assen. Pero un accidente a las pocas vueltas de la carrera obligó a repetir la salida y volver a empezar. Y todo se le torció: se le caló la moto en la salida, tuvo que salir desde el pit lane, no remontaba, fue penalizado, y se vio, por segunda vez este curso, el último. No supo gestionar ese sentimiento de rabia y lo pagó con la moto. Porque acumula mucha frustración en los últimos meses, en que después de ganar la primera carrera del año en Qatar, no ha conseguido ser regular al tiempo que ve que su compañero de equipo, Quartararo, habla delicias de una moto con la que él no se entiende. El francés, mientras tanto, es el líder de MotoGP.

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“Lo siento. Pido disculpas a Yamaha de corazón. Me equivoqué. Me siento triste, muy triste. No me gusta que las cosas vayan así”. Asegura el catalán que su representante está en contacto con Yamaha para resolver la situación. “Mi pasión son las motos”, remató el piloto en declaraciones a DAZN. Yamaha acepta el gesto, pero admite que no ha cambiado nada todavía en su relación con el piloto, castigado con no disputar el GP de Austria mientras las partes analizan cómo resolver el problema. De momento, es una incógnita si Viñales volverá a subirse a la M1 algún día.

Jorge Martín repite en la ‘pole’

Mientras, la vida sigue en MotoGP, que alucina con lo rápido que aprende Jorge Martín. Es un novato, pero no necesita a nadie para aprender las líneas de una carrera de MotoGP. Sabe llevar el mando. Disfruta pilotando en solitario. Es suave al manillar, cuida los neumáticos y gestiona como un veterano su desgaste. Todo eso se vio ya la semana pasada en el circuito de Spielberg, donde ganó y donde este domingo se celebrará una cita del Mundial de Motociclismo por segundo fin de semana consecutivo. Cosas de estos tiempos de pandemia en que se cancelan eventos continuamente. En Austria, un sábado después, Martín volvió a exprimir su Ducati para llevarse la pole position, otra vez. Batió, además, un nuevo récord al completar la vuelta en 1m22,643s, casi tres décimas más rápido que su propio tiempo en el llamado GP de Estiria.

El piloto madrileño, de 23 años, volverá este domingo a salir desde la primera posición de la parrilla. Además, ahora ya se sabe capaz de ganar y tiene fresco el sabor del triunfo logrado seis días atrás. Su Ducati, aunque de un equipo satélite, se adapta a la perfección a este circuito austriaco, con fuertes frenadas y curvas cerradas que tampoco se le resisten a Martín, cuyo pilotaje reúne lo mejor de los grandes referentes de la categoría: tiene un buen paso por curva, también una frenada agresiva. Y es una esponja que ha aprendido a una velocidad de vértigo. Este sábado, en este trazado levantado con los ingresos de la bebida energética Red Bull, el corredor del equipo Pramac se llevó la pole en el último instante, cuando Fabio Quartararo, líder de MotoGP, ya se veía victorioso. Pero bordó una vuelta perfecta el español, que además de al francés, segundo, también superó al gran referente de la fábrica de Borgo Panigale, Pecco Bagnaia, con el tercer mejor tiempo. El italiano esperaba más de esta sesión de clasificación. Pero acusó el rendimiento de los neumáticos del mismo modo que lo hizo el domingo pasado, cuando salió a ganar, pero acabó 11º al fallarle las gomas en la segunda salida, tras retomarse la carrera después de un accidente.

Desde la segunda fila saldrán otros dos pilotos con solera: cuarto lo hará Johann Zarco, quinto, Marc Márquez, que empieza a sentirse competitivo de nuevo. El camino -sigue teniendo dolor y molestias después de fracturarse el húmero hace un año y tras tres operaciones- está siendo difícil, y no sabe si podrá ser el mismo Márquez de antes, pero asegura que lo intentará.

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