Turbulencias en Mercedes
Red Bull busca sacar tajada del impacto que las nuevas restricciones aerodinámicas han tenido en las Flechas de Plata. Hamilton, ‘pole’ en Imola
Hace tiempo que Mercedes, por boca de Lewis Hamilton, su altavoz más potente, denuncia ser víctima de una persecución por parte de la división de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) que regularmente revisa la normativa técnica. Según el británico, el órgano regular del Mundial de Fórmula 1 busca detener como sea el avance del rodillo que ha...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Hace tiempo que Mercedes, por boca de Lewis Hamilton, su altavoz más potente, denuncia ser víctima de una persecución por parte de la división de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) que regularmente revisa la normativa técnica. Según el británico, el órgano regular del Mundial de Fórmula 1 busca detener como sea el avance del rodillo que ha permitido a la marca de la estrella encadenar siete dobletes consecutivos, la inercia más fructífera de la historia del certamen.
Desde la introducción de la tecnología híbrida en 2014, la compañía alemana ha ganado 103 grandes premios del total de 139 que se han disputado hasta ahora, un 74,1%, esto es, casi tres de cada cuatro eventos. Entiende el heptacampeón, y muchos como él, que la falta de alternativas en la gresca por las victorias y los títulos no convienen a nadie más que a Mercedes, y de allí el intento de condicionar de alguna forma el rendimiento del coche de la escudería de Brackley (Gran Bretaña). Según Hamilton, las intenciones de la FIA han quedado claramente expuestas con las restricciones aerodinámicas introducidas con vistas al campeonato que arrancó en Bahréin hace tres semanas.
En Sakhir volvió a ganar Mercedes (Hamilton), pero la novedad es que lo hizo sin disponer del bólido más rápido, un privilegio que Red Bull y Max Verstappen no aprovecharon por varios motivos. En primer lugar, por la penalización que le cayó al holandés en el momento decisivo y que le obligó a devolverle la posición a Hamilton. Y también, por los problemas que arrastró durante toda la prueba en el diferencial de su RB16B, y que le impidieron escaparse durante el primer tercio de la carrera.
Según las estimaciones de los técnicos del búfalo rojo, ese leve desajuste le hizo perder unas tres décimas por vuelta. Bahréin cerró el pasado curso con un triunfo de Verstappen, circunstancia que puede llevar a pensar que ese acercamiento de la tropa del búfalo rojo es cuestión del circuito. Pero en Mercedes hay la convicción de que el nuevo marco aerodinámico convierte el W12en una bestia algo más vulnerable en términos absolutos, y que eso quedará reflejado en otros escenarios, como por ejemplo el circuito de Imola, que este domingo (15.00, Movistar F-1 y Dazn) acogerá la segunda parada del calendario. Hamilton arrancará el primero tras adjudicarse una pole que incluso a él le pilló por sorpresa. Detrás de él lo harán los dos Red Bull, mientras que Carlos Sainz saldrá el undécimo y Fernando Alonso, el 15º.
“Las nuevas restricciones aerodinámicas, especialmente el recorte de la zona del suelo del coche de los laterales, esa que queda delante de las ruedas traseras, ha perjudicado más a Mercedes que al resto. Es una cuestión del concepto del monoplaza en sí”, explica a El País un miembro del equipo campeón. “A simple vista”, añade esta fuente del fabricante de Stuttgart, “se puede observar que el rake [la caída hacia adelante] es muy inferior al de Red Bull, que está mucho más inclinado en la parte del morro. Con la eliminación de esos diez centímetros (en el área más afectada) de suelo justo delante de las ruedas traseras, se ha alterado el sellado del monoplaza con el suelo. Eso provoca que se generen turbulencias que hacen que el tren posterior se vuelva más nervioso”.
Tanto Hamilton como Valtteri Bottas han validado esta tesis desde las primeras vueltas que dieron en la pasada pretemporada, un invierno en el que ambos corredores protagonizaron más trompos y salidas de pista de lo habitual en ellos. “Uno de los grandes problemas de este coche es la parte trasera, que es bastante inestable y que no perdona”, se quedó el finlandés el día que lo estrenó.
Hamilton, por su parte, insiste en que, al menos por el momento, no dispone de la mejor arma para competir, y eso es algo que le permite enaltecer su papel de líder de la tabla provisional de puntos: “Debemos ser más inteligentes en las distintas fases del fin de semana, porque en estos momentos no tenemos el coche más rápido. Pero no hay problema, no me importa tener que marcar la diferencia”.
Puedes seguir a DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.