Carlos Matallanas, ese bárbaro
Aunque sabía que la enfermedad lo mataría, luchó no ya para derrotarla sino para demostrar que su espíritu sería imbatible hasta lo último
No se lo podía definir más que así por el número increíble de cosas que pudo hacer tumbado en una cama y habiéndose quedado sin movimiento y sin habla. Al final, Carlos Matallanas perdió este martes [a los 39 años en Sevilla] la batalla contra la ELA, la esclerosis lateral amiotrófica, la única que, opinábamos todos los que lo queríamos, merecía haber ganado desde que le diagnosticaran la enfermedad en 2014. Pero no: es una batalla que en sus genes tiene el avance implacable del mal y ...
No se lo podía definir más que así por el número increíble de cosas que pudo hacer tumbado en una cama y habiéndose quedado sin movimiento y sin habla. Al final, Carlos Matallanas perdió este martes [a los 39 años en Sevilla] la batalla contra la ELA, la esclerosis lateral amiotrófica, la única que, opinábamos todos los que lo queríamos, merecía haber ganado desde que le diagnosticaran la enfermedad en 2014. Pero no: es una batalla que en sus genes tiene el avance implacable del mal y la derrota sin remedio.
Lo que es asombroso es que, sabiendo que la enfermedad lo mataría, luchara no ya para derrotarla, que eso no era posible, sino para demostrar que su espíritu, como el de tantos otros enfermos de ELA, sería imbatible hasta lo último. Carlos Matallanas, futbolista, vital hasta para escribir un libro solo con el parpadeo, lo único que podía ya mover, amigo de todos. Cuando un moribundo que sabe que lo es tiene el ánimo de escribir un libro al que llama La vida es un juego, su espíritu prevalece por encima de toda otra cosa.
Su formidable optimismo, su fe inquebrantable en el espíritu humano, hicieron de él la antorcha de Fundela, la fundación para la investigación de la ELA. Arrastró a todos, firmó balones y camisetas, escribió artículos para As y llevó a la AFE, la Asociación de Futbolistas Españoles, a crear el Premio Carlos Matallanas de novela breve, de fútbol y escritura. En dos convocatorias, en 2019 y 2020, la han ganado dos estupendas e imaginativas novelas.
Así es el rastro que deja Carlos Matallanas en la vida. Así lo recordaremos siempre.
Fernando Schwartz es escritor, secretario de Fundela y miembro del jurado del Premio Carlos Matallanas de novela breve.