Djokovic se eleva hacia la final de Melbourne
El serbio cierra el paso a Karatsev en su jornada más lúcida (6-3, 6-4 y 6-2) y espera rival: Medvedev o Tsitsipas le separan del 18º grande: “Me he sentido increíblemente bien, sin molestias. Sentí la bola”
Está Novak Djokovic exactamente donde quería. No cómo quería, puesto que arrastra problemas en el costado derecho desde la tercera ronda, pero sí mucho mejor de lo que preveía hace unos días, cuando insinuó que podía abandonar el torneo. El serbio, de 33 años, terminó con la bonita aventura del ruso Aslan Karatsev en el major australiano (6-3, 6-4 y 6-2, en 1h 53m) y aterrizó en su novena final en Melbourne, escenario que le ha visto coronarse ocho veces. Más que nadie, es su pista. Ahora esperará comiendo palomitas, así l...
Está Novak Djokovic exactamente donde quería. No cómo quería, puesto que arrastra problemas en el costado derecho desde la tercera ronda, pero sí mucho mejor de lo que preveía hace unos días, cuando insinuó que podía abandonar el torneo. El serbio, de 33 años, terminó con la bonita aventura del ruso Aslan Karatsev en el major australiano (6-3, 6-4 y 6-2, en 1h 53m) y aterrizó en su novena final en Melbourne, escenario que le ha visto coronarse ocho veces. Más que nadie, es su pista. Ahora esperará comiendo palomitas, así lo dice, para conocer a quién se enfrentará el domingo: Daniil Medvedev o Stefanos Tsitsipas, citados este viernes (9.30, Eurosport).
El número uno padeció en la tercera estación del torneo ante Taylor Fritz, cuando sintió los primeros pinchazos; después compitió al trantrán contra Milos Raonic y tuvo que superar luego varios enredos frente a Sascha Zverev; y este jueves, con el suculento premio de la final por delante, se elevó en el duelo ante el nobel Katsarev, que hasta ahora no se había visto en una circunstancia similar, ya que por primera vez en la Era Abierta, desde el 68, un jugador procedente de la fase previa logró escalar hasta las semifinales. El ruso dio la cara. Pero no bastó. En la Rod Laver Arena, Djokovic es mucho Djokovic.
“Me he sentido increíblemente bien, no he tenido molestias. Hoy he sentido la bola”, comentó Nole en la entrevista a pie de pista con Jim Courier, en su día un número uno. Como ya hiciera en las rondas anteriores, el balcánico se sostuvo en el servicio (17 aces) para ir desmigando al voluntarioso Katsarev, que lució su derecha de hierro con varios manotazos que arrancaron los aplausos de los asistentes en la central, de nuevo con público. Sin embargo, el serbio le exigió y le forzó de principio a fin, y el ruso —114º de la ATP y que llegó al torneo con solo tres victorias en la élite— se ahogó yendo al límite.
Djokovic controló la situación de cabo a rabo, aplacando la rebeldía de Katsarev en los dos pequeños nudos que tuvo el encuentro. En el segundo parcial, el ruso consiguió recortar del 5-2 adverso al 5-4 y disponer de dos opciones de break, después de salvar otras dos de perder el set, pero la experiencia de Nole le privó de ponerle pimienta al partido. Ya en la tercera, ambos intercambiaron un par de bofetadas, pero el de Belgrado dio un acelerón cuándo y cómo quiso. Selló con dos puntos directos de saque y en la charla con Courier deslizó quién le genera más inquietud de cara al domingo.
“Lo que hizo Stefanos contra Rafa fue increíble, pero Medvedev es definitivamente el hombre de los últimos meses”, precisó, aludiendo a las serie de 19 victorias consecutivas que ha enlazado el moscovita desde París-Bercy. No olvida Djokovic que el ruso ya disputó una final de tú a tú con Nadal, en Nueva York hace dos años, ni tampoco que se desenvuelve como pez en el agua en las superficies más rápidas, ya sea la de Bercy, el Masters o esta de Melbourne. Con dos días descanso por delante, encenderá el televisor y analizará. Le falta un solo peldaño para lograr su 18º grande y recortar con Nadal (20) y Federer (20).
Open de Australia: resultados (jueves 18) y orden de juego (viernes 19).