Ausencia de certezas
‘Inversión y deporte’ (Pirámide), coordinado por el economista Luis García Álvarez, es un libro que pivota sobre las similitudes entre la bolsa y el mercado de fichajes deportivos
Aunque pueda parecer lo contrario, la incertidumbre engancha. Las empresas y los equipos deportivos trabajan para reducirla al máximo procesando la información necesaria en cada caso. Pero, ¿quién puede asegurar al 100% cuál va a ser el comportamiento de las acciones de una compañía de, pongamos por caso, tiendas que venden cartuchos de videojuegos en 2021? ¿Alguien puede garantizar el rendimiento de un jugador que ha sido durante años el máximo goleador de su equipo y que ahora debuta en un equipo puntero de un país diferente? No, no se puede. Una acción coordinada de usuarios de una red soci...
Aunque pueda parecer lo contrario, la incertidumbre engancha. Las empresas y los equipos deportivos trabajan para reducirla al máximo procesando la información necesaria en cada caso. Pero, ¿quién puede asegurar al 100% cuál va a ser el comportamiento de las acciones de una compañía de, pongamos por caso, tiendas que venden cartuchos de videojuegos en 2021? ¿Alguien puede garantizar el rendimiento de un jugador que ha sido durante años el máximo goleador de su equipo y que ahora debuta en un equipo puntero de un país diferente? No, no se puede. Una acción coordinada de usuarios de una red social es capaz de alterar el mercado de valores. Una rotura del ligamento cruzado anterior, de frenar la proyección de una estrella. Una actividad en la que participe el ser humano casi siempre tendrá ineficiencias dispuestas a volver inservibles las previsiones.
Inversión y deporte (Pirámide) es un libro que pivota sobre las similitudes entre la bolsa y el mercado de fichajes deportivos. Una edición coordinada por el economista Luis García Álvarez en la que participan otros once autores del ámbito económico o deportivo.
La economía suele ser más eficiente a largo plazo. En el corto, aumenta el peso de las emociones. De ahí los errores en el mercado de fichajes. Una mala temporada llevará a los gestores a creer que necesitan incorporaciones. Entrarán en juego el miedo y la ansiedad. También los sesgos —un gran club inglés detectó que sus ojeadores se fijaban más en jugadores de pelo rubio, ya que los identificaban con mayor facilidad—. Las prisas de los aficionados harán el resto.
¿Se le puede explicar a un hincha que hay un proyecto con el cual su equipo descenderá de categoría y volverá en un plazo medio convertido en una entidad sólida deportiva y económicamente? Seguramente, sí. Otra cosa será gestionar las pasiones y, sobre todo, confiar en que no sucederá nada que no estuviera previsto. Que desaparezca la incertidumbre, vaya. Nada más y nada menos.