Badosa cae despegando
La española, de 22 años, pierde contra Siegemund en los octavos (7-5 y 6-2, tras 1h 36) y cierra su mejor torneo tras varios años de dudas. “Hoy no he sido lo suficientemente valiente”, se reprocha
Terminó la historia de Paula Badosa este año en París con frialdad, la que predominó en el duelo de los octavos que abría la pista Simmone Mathieu este martes. La española, de 22 años, cayó frente a la alemana Laura Siegemund por 7-5 y 6-2 (en 1h 36m) y cerró así la bonita incursión en esta edición que solo ha podido reportarle cosas positivas, más allá del escozor de la derrota. Se fue la catalana con buen sabor de boca, demostrándose que tiene mimbres para hacer buenas cosas de aquí en adelante y que definitivamente ha enc...
Terminó la historia de Paula Badosa este año en París con frialdad, la que predominó en el duelo de los octavos que abría la pista Simmone Mathieu este martes. La española, de 22 años, cayó frente a la alemana Laura Siegemund por 7-5 y 6-2 (en 1h 36m) y cerró así la bonita incursión en esta edición que solo ha podido reportarle cosas positivas, más allá del escozor de la derrota. Se fue la catalana con buen sabor de boca, demostrándose que tiene mimbres para hacer buenas cosas de aquí en adelante y que definitivamente ha encontrado el camino, pese a que tenga mucho trabajo por delante.
Tiene Badosa planta y golpes, pero requiere todavía de mayor consistencia física y mental para abordar a una rival como Siegemund, todo un hueso, veterana de 32 años que supo gestionar mucho mejor los instantes críticos de un partido que transcurrió a tirones. Al intercambio de golpes inicial le siguió otra aceleración de la española, pero cuando servía para cerrar el primer set se nubló y la alemana (66ª de la WTA) aprovechó las dudas e insistió en la dejada para ir sacando anímicamente del duelo a su adversaria.
Descolocada y tocada, Badosa tuvo que ser atendida en el segundo set de unos problemas lumbares y no logró invertir la dinámica. Siegemund, firme y agresiva, obtuvo otros dos breaks, de entrada y después para 5-2, y sentenció el devenir de la catalana en el torneo francés, el mismo que la vio triunfar como júnior en 2015. “Ayer tuve problemas físicos cuando fui a entrenar, por un tirón en el psoas, y he sentido un pinchazo en la espalda y no terminaba de estar bien”, precisó con tono agridulce.
“Si lo miro fríamente, he hecho un muy buen torneo porque no me esperaba para nada llegar a la segunda semana, pero soy muy competitiva y perder un partido así, en el que no he podido hacer mi juego ni jugar a un cincuenta por ciento de lo que he jugado esta semana… Así que me voy con un mal sabor de boca, estoy un poco fastidiada”, reconoció; “voy a entrenarme más fuerte que nunca para rectificar lo de hoy y volver a unos octavos. Creo que no he sido lo suficientemente valiente, y más sabiendo cómo estaba físicamente”.
Badosa, en cualquier caso, se marcha con la lección aprendida y un buen puñado de sensaciones agradables en la mano. Después de varios años de bandazos, haciéndole creer lo que no era por Maria Sharapova solo hay una y que el éxito se procesa solo, su paso por París le marca la ruta a tomar y refuerza sus intención de llegar a ser lo que prometió aquel despertar de hace cinco cursos. Llegó con un técnico nuevo, Javier Martí en el banquillo, y una sola victoria en los grandes escenarios, la lograda en enero en Melbourne; hoy se va con tres más en el bolsillo, cerca de las 50 mejores del mundo y sabiendo que puede, aunque también con mucha tarea pendiente por delante. La pelota está en su tejado.