Órdago de Djokovic a la ATP

Insatisfecho con el funcionamiento del circuito y determinados aspectos que atañan a los profesionales de la raqueta, Novak Djokovic ha planteado un órdago en toda regla a la ATP, el rector mundial del tenis masculino. Según informó The New York Times, el número uno, de 33 años, trabaja para la creación de una asociación paralela con el objetivo de luchar por los derechos de los jugadores sin injerencia alguna de los torneos y las federaciones, como ocurre con el modelo actual.

El periód...

Insatisfecho con el funcionamiento del circuito y determinados aspectos que atañan a los profesionales de la raqueta, Novak Djokovic ha planteado un órdago en toda regla a la ATP, el rector mundial del tenis masculino. Según informó The New York Times, el número uno, de 33 años, trabaja para la creación de una asociación paralela con el objetivo de luchar por los derechos de los jugadores sin injerencia alguna de los torneos y las federaciones, como ocurre con el modelo actual.

El periódico neoyorquino ha tenido acceso a un documento en el que Djokovic y su mano derecha, el canadiense Vasek Pospisil (92 del mundo), detallan cómo están dándole forma a un nuevo grupo denominado Professional Tennis Players Association (PTPA). Ya ha sido distribuido al resto de los tenistas —la intención es representar al top-500 de los individuales y el top-200 de dobles— en una maniobra que la ATP contempla como toda una amenaza.

El organismo, nacido en 1972, dirige el tour masculino desde 1990 y ahora se encuentra con el desafío de Nole, que preside el Consejo de Jugadores desde 2016 y cuenta con un buen número de adeptos entre sus compañeros dado que pelea desde entonces por obtener mayores ingresos para los tenistas modestos. Según apunta The New York Times, él deberá renunciar a su cargo al igual que ya lo ha hecho Pospisil, y a ambos les seguirá John Isner, el estadounidense con el ranking (21º) más elevado. Los otros cinco representantes actuales son Kevin Anderson, Sam Querrey, Yen-Hsun Lu, Jürgen Melzer y Bruno Soares.

“El objetivo de la PTPA no es reemplazar a la ATP, sino proporcionar a los jugadores una estructura de autogobierno que sea independiente de la ATP y responda directamente a las necesidades y preocupaciones de los jugadores-miembros”, reza el texto enviado a los profesionales, a los que se reclama su adhesión. “No tiene sentido”, expone el actual presidente del organismo, Andrea Gaudenzi, en otro escrito al que tuvo acceso otro medio anglosajón, el inglés The Times.

El actual mandamás es percibido con cierta distancia por un nutrido grupo de jugadores, que preferían la continuidad de su antecesor, el británico Chris Kermode. El italiano, mientras, no entiende el reto de Djokovic y los suyos, al entender que los tenistas tienen voz en la mesa de negociación. “Ninguna organización es perfecta. Tienen lo que otros deportistas desearían haber conseguido: un asiento. Eso es por lo que lucharon cuando se creó la ATP”, les recrimina Gaudenzi, que accedió al cargo en octubre del año pasado y al que muchos le reprochan no haber sabido gestionar correctamente la excepcionalidad de la pandemia.

Rafa y Roger, al cruce: “Trabajemos todos juntos”

“Reconocemos los desafíos que nuestros miembros encaran en las actuales circunstancias; sin embargo, creemos que es la hora de estar unidos, en lugar de divididos internamente”, transmitió la ATP en un comunicado emitido este sábado, en una postura que tuvo continuidad con la exposición de Rafael Nadal a través de Twitter. “El mundo está viviendo una difícil y complicada situación. Personalmente pienso que son tiempos para estar calmados y trabajar todos juntos en la misma dirección. Es tiempo para la unión, no para la separación”, intercedió el ganador de 19 grandes.

“Estos son momentos en los que se pueden alcanzar grandes cosas mientras el tenis esté unido. Todos nosotros, jugadores, torneos y organismos tenemos que trabajar juntos. Tenemos un problema mayor y la separación y la desunión no son definitivamente la solución”, prorrogó Nadal. Y le correspondió Federer: “Son tiempos inciertos y desafiantes, pero creo que es fundamental para nosotros permanecer unidos como jugadores y como deporte para allanar el mejor camino a seguir”.

“Hoy día es muy difícil, si no imposible, que tengamos el más mínimo impacto sobre cualquier decisión que adopta nuestro circuito”, denuncia Pospisil, copropulsor de este nuevo grupo que, de entrada, “esencialmente la misma función que un sindicato”, pero con más flexibilidad legal. “Leo en una carta de la ATP que ellos piensan que no pueden coexistir con la asociación. Pero, respetuosamente, discrepo”, observó Djokovic tras vencer a Milos Raonic en la final de Cincinnati y elevar el 80º título de su carrera. “Legalmente, estamos seguros y autorizados al cien por cien para formar la asociación. Esto no es un sindicato, no estamos pidiendo boicots ni planteando un camino paralelo”, continuó.

Las mujeres, otra vez de lado

“Me encantaría que Rafa y Roger estuvieran con nosotros, que estuvieran todos los jugadores, pero realmente lo entiendo. Ellos creen que no es el momento. Pero yo creo que es la hora, siempre es la hora. Es como tener un bebé: nunca es la hora o siempre es la hora...”, resolvió.

Desde hace tiempo, y en especial desde que la expansión de la pandemia destapase algunas de las fisuras económicas que provoca la orgnización actual del tenis mundial, atomizado en la ATP, WTA, ITF (Federación Internacional) y los cuatro grandes, el canadiense y un grupo de jugadores son partidarios de unificar el circuito masculino y el femenino con el fin de lograr un funcionamiento más fluido y equilibrado. Sin embargo, no existe unanimidad —muchos discrepan, al entender que las tenistas no producen el mismo volumen de negocio que ellos— y en el boceto que se propone no figura por ningún lado.

Ya ocurrió en el 72, cuando a la hora de edificar la ATP se dejó completamente de lado a las mujeres. La WTA nacería un año más tarde. ”Hoy, yo no firmaría”, afirmó Andy Murray. “No estoy del todo en contra de crear una asociación, pero hay un par de cuestiones: una es que hay que dejar tiempo a los actuales organizadores para que implementen su visión, y la segunda es el hecho de que las mujeres no forman parte de esto”, prosiguió el de Dunblane; “y supondría un mensaje poderoso que la WTA estuviera también a bordo. No es el caso”, concluyó.