Santi Comesaña: “Es muy bonito que se identifique al Rayo con el juego de toque”

El jugador gallego debuta en Primera retrasando su posición para dirigir las operaciones de un equipo que apuesta por tener el balón

Santi Comesaña, en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano.ULY MARTIN (EL PAÍS)

Para los equipos que optan por organizarse en torno a la posesión del balón, pocos puestos hay más importantes que el del organizador del juego. Es casi imposible concebir el gran Barcelona de Cruyff sin Guardiola, igual que no se puede imaginar el Barcelona de Guardiola sin Busquets, a quien subió desde la Tercera División para arrebatarle el puesto a una fuerza de la naturaleza como Toure Yayá. Jugadores como Ardiles, Rijkaard, Redondo o Pirlo responden a características distintas, pero comparten algo en común: tarde o temprano, todos acudían a la sala de máquinas de sus equipos para poner a...

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Para los equipos que optan por organizarse en torno a la posesión del balón, pocos puestos hay más importantes que el del organizador del juego. Es casi imposible concebir el gran Barcelona de Cruyff sin Guardiola, igual que no se puede imaginar el Barcelona de Guardiola sin Busquets, a quien subió desde la Tercera División para arrebatarle el puesto a una fuerza de la naturaleza como Toure Yayá. Jugadores como Ardiles, Rijkaard, Redondo o Pirlo responden a características distintas, pero comparten algo en común: tarde o temprano, todos acudían a la sala de máquinas de sus equipos para poner a funcionar los engranajes.

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Pensando en estos referentes, el primer nombre que se le viene a la cabeza a Santi Comesaña, jugador del Rayo Vallecano, es el del propio Busquets: "Me impresionó mucho cuando jugamos contra el Barcelona. Parece que le vas a robar todos los balones, pero acaba el partido y no le has quitado ninguno. Siempre mete el pie antes".

A los 22 años, en la temporada de su estreno en Primera, al gallego le han encomendado la misma misión que la que tiene el de Sabadell en el Barça. Con matices, claro: el Rayo ocupa puestos de descenso y está a un punto de las plazas que dan acceso a la permanencia. Nada de esto hace zozobrar la apuesta firme que el club lleva años haciendo por el toque y la asociación como camino hacia la victoria.

Desde la Ciudad Deportiva del Rayo, tras el entrenamiento, antes de enfrentarse este sábado al Atlético en Vallecas (16.15), Comesaña se toma unos minutos de descanso para sentarse, aparcar su aparente timidez y hacer balance. Es un convencido del estilo: "Creo que es muy bonito que se empiece a identificar a un equipo humilde como el Rayo con una idea de juego tan marcada. A la gente le gusta que intentemos sacar la pelota jugada, aunque nos equivoquemos a veces. La prueba es que estuvieron con nosotros cuando solo llevábamos once puntos y parecía que estábamos muertos".

A comienzos de temporada, Míchel no lo tenía fácil para armar una alineación conforme a su idea. Con Fran Beltrán, el ancla del equipo, camino del Celta y Gorka Elustondo tocado físicamente, el madrileño revisó la plantilla y se topó con el 1,88m de Comesaña, un interior que venía de guiar el juego del equipo en la temporada del ascenso a Primera de la mano de Unai López. "No me sorprendió que me pidiera retrasar la posición. Al final, con mi altura, yo no tengo la facilidad para girarme en tres cuartos de campo que tiene por ejemplo Trejo. Además, en el Rayo los centrocampistas siempren tienen que correr mucho porque Míchel nos pide que presionemos muy arriba. No me costó adaptarme", reflexiona. Las instrucciones del técnico, explica, son precisas: juntarse con los dos centrales y encontrar rápido la primera línea de pase.

Dificultades de Primera

Acostumbrado al ida y vuelta de los partidos de Segunda y Segunda B, la búsqueda de estos caminos se vuelve el reto más importante para el centrocampista, especialmente cuando el Rayo se enfrenta a equipos como el Getafe, de filosofía diametralmente opuesta: "Cuando te enfrentas a un equipo que defiende tan junto, todo se vuelve camisetas contrarias. No encuentras ninguno de los huecos que el entrenador te ha enseñado en los vídeos. Pero esto no nos pasa solo a nosotros. Solo hay que ver dónde está el Getafe en Liga. Lo están haciendo muy bien".

Lejos de la constancia de los azulones, si por algo destaca la temporada del Rayo es por la irregularidad. Tras un comienzo de temporada nada prometedor, el equipo encadenó entre finales de diciembre y de enero cuatro victorias y un empate en cinco partidos. Sin embargo, los últimos duelos ligueros, que podían haber sacado al equipo del pozo del descenso, se han saldado con dos derrotas ante Leganés y Espanyol. El jugador define el momento del equipo: "Lo que más nos está costando es jugar sin prestar tanta atención al marcador. El partido que mejor nos define es el del Celta. Empezamos ganando y luego nos agarrotamos y nos remontaron. Luego, como ya íbamos perdiendo, nos volvimos a liberar y terminamos dando la vuelta al partido otra vez".

Comesaña se explica con tranquilidad, con un hilo de voz tenue con el que trata de simplificar las ideas del mismo modo en que intenta resolver con sencillez los pases allí donde una pérdida significa una ocasión en contra. Solo se incorpora en su silla cuando intenta vislumbrar el final de la temporada: "Yo quiero al Rayo, y quiero que se salve, no solo por mí, sino por el equipo. He vivido aquí cosas muy difíciles, como el año en que casi bajamos a Segunda B, y también tengo recuerdos inolvidables como la temporada del ascenso. Creo que nos salvaremos, y, además, que lo haremos antes de la última jornada".

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