El gol perdido de Rodrigo

Un millar de personas, en pleno éxtasis, tomaron la avenida de Suecia y delante del primer anillo de Mestalla pidieron a gritos la presencia de los jugadores en el balcón. La imagen, característica en Valencia después de cada gran hazaña del equipo, llegó después de que el once del murciélago eliminara al Getafe (3-1) en una noche tensa y polémica y avanzara a las semifinales de la ...

Un millar de personas, en pleno éxtasis, tomaron la avenida de Suecia y delante del primer anillo de Mestalla pidieron a gritos la presencia de los jugadores en el balcón. La imagen, característica en Valencia después de cada gran hazaña del equipo, llegó después de que el once del murciélago eliminara al Getafe (3-1) en una noche tensa y polémica y avanzara a las semifinales de la Copa. En una temporada llena de decepciones, equipo y masa social festejaron su primera gran alegría.

El Valencia alcanzó su 34ª semifinal copera (16 finales, siete títulos) y repite presencia entre los cuatro mejores como hizo el curso pasado, eliminado por el Barça. La última vez que el equipo blanquinegro superó las semis fue en la campaña 2007-08, cuando levantó el título precisamente ante el Getafe.

Los futbolistas, que oyeron desde el vestuario la algarabía, salieron a la balconada antes de pasar por la ducha. Hubo gritos y cánticos para todos: Gabriel, con la herida en la ceja ya cerrada, Rodrigo, triple goleador, Carlos Soler, Gayà y para los niños Ferran Torres y Kang In, al que aplaudieron los mayores. El coreano se dejó ver en los dos últimos goles con dos pases decisivos. Los 27 minutos que estuvo en el campo fueron luminosos. El Valencia lo blindó este miércoles mismo hasta 2022 con una cláusula de 80 millones de euros.

Los ‘llorones’

De la victoria ante el Getafe emerge Rodrigo que, renacido, vuelve a ver portería después de unos meses de sequía. El jugador explotó al final del partido descargando toda la negatividad acumulada en la primera mitad de la competición. Rodrigo, fuera de sí y gritando en portugués, quemó adrenalina delante de la grada. Levantó el brazo derecho apretando el puño, se golpeó el escudo y se llevó las manos a los ojos devolviendo el gesto que un colaborador de Pepe Bordalás les había hecho siete días atrás llamándoles llorones. “Hemos demostrado un carácter impresionante. Esto es lo que somos. Nos sentíamos superiores al Getafe dentro del campo, no hablando”, dijo. El árbitro del encuentro, Estrada Fernández, detalló en el acta los enfrentamientos entre los jugadores al final del partido y los insultos hacia él.

Rodrigo rompió a hacer goles y, de paso, varias estadísticas. El delantero del Valencia es el primer jugador en la historia de la Copa del Rey que marca dos goles decisivos en el tiempo de descuento. Su triplete ante el Getafe es el primero que consigue con el escudo del murciélago. “Mis goles no tienen nada que ver, siempre destaco el colectivo, aunque cuando las cosas salen mal quedamos señalados dos o tres, los de siempre, pero el fútbol funciona así”, explicó.

Su quinta temporada en el Valencia era oscura hasta que marcó en Balaídos el tanto que le salvó la cabeza a Marcelino y metió al equipo en el carril hacia su recuperación. El atacante de Río de Janeiro, de 27 años, arrancó el curso con un gol ante el Atlético y luego se quedó seco hasta diciembre, cuando marcó frente al Eibar en Ipurua. Su actitud de decepción, impaciencia y ansiedad llevó a Parejo a cederle el lanzamiento de un penalti ante el Valladolid. “Tranquilo que lo vas a meter”, le dijo el capitán. Pero Rodrigo falló y el partido acabó en empate. Ese día fue el primero en abandonar Mestalla. En todo este período de sombras, Marcelino siempre ha defendido a su delantero, uno de sus titularísimos.

Una semana después acertó ante el Celta y a partir de ahí ha recuperado el gol perdido. A ese tanto le sucedió otro frente al Villarreal y el triplete ante el Getafe. En puertas de la visita el sábado al Camp Nou, de las semifinales de Copa y de la Liga Europa, el Valencia ha recuperado a su goleador.