Colombia cura las penas de Yerry Mina

Pékerman reconoce que el central llegó tocado a la selección cafetera tras su difícil adaptación al Barcelona

Mina y Lerma celebran el triunfo de Colombia ante Senegal DAVID GRAY (REUTERS)

En la misma plaza de Guachené, en Colombia, donde Yerry Mina (23 años) se ganaba unos duros llevando las bolsas de la compra cuando era un niño, se colocó una pantalla gigante para que la gente de pueblo pudiera ver los partidos de la selección de José Néstor Pékerman. En el estreno en Rusia ante Japón, la indiferencia le ganó al entusiasmo. El defensor del Barcelona ni asomó en el campo en la derrota frente a los nipones. ¿El motivo? Mina l...

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En la misma plaza de Guachené, en Colombia, donde Yerry Mina (23 años) se ganaba unos duros llevando las bolsas de la compra cuando era un niño, se colocó una pantalla gigante para que la gente de pueblo pudiera ver los partidos de la selección de José Néstor Pékerman. En el estreno en Rusia ante Japón, la indiferencia le ganó al entusiasmo. El defensor del Barcelona ni asomó en el campo en la derrota frente a los nipones. ¿El motivo? Mina llegó con la moral tocada después de su tan corta como traumática experiencia en el cuadro azulgrana.

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“En una de las charlas que tuvo Yerry con la prensa colombiana antes de viajar a Rusia hablaba de las críticas que había recibido”, cuentan desde el interior de la selección cafetera; “a nosotros nos sorprendió porque en Colombia es un ídolo absoluto. Nadie va a decir nada malo de él”. La presentación de Mina para en el Barça se transmitió en directo en el país sudamericano. Era todo un acontecimiento: nunca antes un futbolista colombiano se había vestido de azulgrana. Pero Mina, que llegó al Barça para reemplazar la caprichosa salida de Mascherano —forzó su adiós a la Superliga China para tener continuidad como mediocentro antes de Rusia—, padeció en el proceso de adaptación en el Camp Nou, señalado tras la derrota del conjunto de Ernesto Valverde ante el Levante en el Ciutat de València (5-4).

“Es injusto cuando se habla de un jugador cuando no se conoce el contexto”, defiende Pékerman a Mina; “él llegaba de tener continuidad en el Palmeiras y pasó a no jugar casi nunca. Además en un equipo donde siempre participan los mismos cuando entra una pieza nueva el equipo puede quedar desencajado. Es verdad que Mina no hizo un buen partido [en referencia al duelo ante el Levante], pero quizás se resaltó demasiado. Y eso, en lo anímico, fue muy duro para Yerry”. Colombia curó las penas de Mina. Tras la derrota ante Japón, Pékerman encajó al central azulgrana en el once. Le contestó con un gol. Con baile incluido, por supuesto. Misma fórmula para derrotar a Senegal y colocar a Colombia en lo más alto del grupo H, a la espera de jugar hoy (20.00, Telecinco) en octavos ante Inglaterra.

“Por suerte acá recuperó su confianza, ha vuelto a ser el que conocíamos. Es un jugador que puede seguir creciendo y puede hacer cosas importantes en su selección y en cualquier club”, completa Pékerman. Antes de Rusia, en el Barcelona no veían con malos ojos una posible salida. Su tío y representante había informado al club azulgrana de que había dos clubes (uno en Italia y el otro en Alemania) interesados en el central. “No hay una decisión tomada respecto del futuro de Mina”, aseguran desde el Barça. Tras sus dos goles en Rusia, Mina se revaloriza. Por su compañero de zaga, Davison Sánchez, el Tottenham pagó 46 millones de euros al Ajax en el verano de 2017.

“Yerry ha demostrado que puede volver a ser el que fue”, entiende el colombiano Iván Córdoba, exjugador del Inter de Milán; “cuando regresas a tu lugar de gloria, la cabeza recuerda. Él con la camiseta de Colombia siempre ha jugado bien”. Ahora, en el camino de Mina aparece el temible Harry Kane, goleador de Rusia con cinco goles. “Es un jugador fantástico, un goleador certero y eficaz”, asegura Pékerman. “Habrá un partido, Colombia-Inglaterra, y otro encuentro especial entre Mina y Kane. Son esos días especiales para un defensor”, concluye Córdoba, que jugó con Colombia en Francia 98. En la plaza de Guachené sigue instalada la pantalla gigante. El pueblo quiere volver a vestirse de fiesta, como ante Polonia y Senegal, para bailar al ritmo de Mina, su hijo más famoso, tan defensa como goleador, curado por Colombia tras las pupas en el Barcelona.

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