Carapaz, primer ecuatoriano en ganar una etapa en el Giro

El ciclista de Movistar se escapó en el último kilómetro tras 17 de ascenso bajo la lluvia. Yates conserva el liderato en la clasificación general

El ciclista ecuatoriano Richard Carapaz, ganador de la octava etapa del Giro de Italia. LUK BENIES (AFP)

Ser de Ecuador y ser gran ciclista, y capaz de ganar una etapa de montaña en el Giro, exige esto, la vida de Richard Carapaz, del Carchi, en la frontera andina con Colombia, 24 años aún.

Desde niño, no hace tanto, a Carapaz le ha guiado su alma de pionero, más fuerte siempre que el miedo a lo desconocido, y ni la lluvia intensa en las montañas verdes del sur de Italia, ni el nombre de los ciclistas, grandes nombres todos, que le rodean en el pelotón de los mejores del Giro le pueden frenar. Ascendió el Etna a su lado, codo con codo, y ninguno le impresionó. Dos días después, allí estaba...

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Ser de Ecuador y ser gran ciclista, y capaz de ganar una etapa de montaña en el Giro, exige esto, la vida de Richard Carapaz, del Carchi, en la frontera andina con Colombia, 24 años aún.

Desde niño, no hace tanto, a Carapaz le ha guiado su alma de pionero, más fuerte siempre que el miedo a lo desconocido, y ni la lluvia intensa en las montañas verdes del sur de Italia, ni el nombre de los ciclistas, grandes nombres todos, que le rodean en el pelotón de los mejores del Giro le pueden frenar. Ascendió el Etna a su lado, codo con codo, y ninguno le impresionó. Dos días después, allí estaba, con ellos, en una ascensión más fácil por la pendiente de la montaña que subía hasta un santuario mariano de las decenas que salpican los pueblos de la Italia más aislada, pero también más nerviosa, por la lluvia tan molesta, por la caída estúpida y sola de Chris Froome, quien no pudo evitar que le patinara la rueda mientras ascendía al trantrán de los Mitchelton del siempre líder Simon Yates. Y estaba tan a gusto que no se iba a conformar con subir acompañado. A dos kilómetros de la cima se lo dijo por el pinganillo a los directores de su equipo, Lastras y García Acosta. “Voy a atacar”, avisó. A 1.500 metros se deslizó a la izquierda del grupo que mandaban entonces los Sky del ahora cauto Froome, aceleró sin violencia y veloz y se marchó. Alcanzó a dos o tres fugados de antes, los pasó sin mirar atrás y sin mirar atrás continuó su marcha rápida hasta la meta para conseguir, en solitario, como más placer da, 7s por delante de los más famosos del Giro, una victoria de pionero. Su hábito.

Ningún ecuatoriano había ganado antes una etapa en una gran vuelta, como ningún ecuatoriano había corrido antes de que él llegara al Movistar, en 2016, en un equipo WorldTour (ahora le acompaña Jonathan Narváez, del Quick Step, su compañero de piso en Pamplona), como ningún ecuatoriano (ningún extranjero, de hecho) había ganado antes que él la Vuelta a la Juventud de Colombia, lo que hizo en 2015, a los 21 años.

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