Di Francesco, el elegido

Monchi escogió al técnico italiano por su conocimiento de la Serie A y la Roma, además de por su fútbol directo y ofensivo

Di Francesco, en el último duelo ante el Bolonia.ALESSANDRO GAROFALO (REUTERS)

Nada más acabar el entrenamiento de ayer, el director deportivo de la Roma, Monchi, bajó los cinco escalones que separan su despacho del que ocupa el técnico Eusebio di Francesco (Pescara, Italia; 48 años) en la ciudad deportiva de Trigoria. Allí, debatieron sobre el Barça. “Hablamos cada día”, relata Monchi; “pero no solo del rival sino de la planificación de futuro, de jugadores y fichajes, del vestuario…”. Pero desde hace tres días, desde el momento en que acabó...

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Nada más acabar el entrenamiento de ayer, el director deportivo de la Roma, Monchi, bajó los cinco escalones que separan su despacho del que ocupa el técnico Eusebio di Francesco (Pescara, Italia; 48 años) en la ciudad deportiva de Trigoria. Allí, debatieron sobre el Barça. “Hablamos cada día”, relata Monchi; “pero no solo del rival sino de la planificación de futuro, de jugadores y fichajes, del vestuario…”. Pero desde hace tres días, desde el momento en que acabó el partido ante el Bolonia —donde juega el hijo de Di Francesco—, se han repetido las conversaciones alrededor del equipo de Messi. “No es fácil hacerle daño al Barça, pero una idea la tenemos”, resuelve Monchi

Más que nada porque Di Francesco difícilmente cambiará su hoja de ruta. “No le gusta el juego horizontal y, por lo tanto, no le convence la propuesta del Barça. Siempre quería un fútbol vertical, que los delanteros no salieran mucho de sitio y que no dejaran pasar la oportunidad de chutar”, relata Paolo Bianco, que estuvo a sus órdenes en el Sassuolo y que rechazó su propuesta de entrar en el staff porque prefirió ser entrenador (está en el Siracusa, de la Serie C) a ayudante.

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Centrocampista de despliegue y toque, Di Francesco hizo carrera en Italia en equipos como el Empoli, Toscana y Piacenza hasta llegar a la Roma en 1997, club con el que consiguió el último Scudetto de la entidad (2001). Un laurel determinante para Monchi, una vez aceptó que nada podía hacer para retener a Luciano Spalletti, que optó por el Inter. “Los criterios básicos para su sustituto pasaban porque fuera un entrenador italiano con conocimiento del campeonato y de la Roma porque conmigo, que soy de fuera, ya cumplíamos el cupo de desconocimiento”, cuenta Monchi; “y la primera opción era Eusebio porque su trabajo en el Sassuolo no podía pasara desapercibido para ningún director deportivo”. Di Francesco, por su parte, lo tenía claro. “Es una persona muy ambiciosa y pensaba en la Roma desde hace tiempo”, desvela Bianco. “Fue una alegría porque cumplía con los requisitos y me atraía su forma de hacer jugar a sus equipos”, resalta Monchi. Una filosofía transmitida por Zdenek Zeman —su maestro— y que pasa por la presión alta e intensa, las líneas bien juntas, y el juego ofensivo y directo. “Eso es la Roma”, señala con orgullo Monchi.

Sabe lo que es jugar en la élite —vistió la camiseta de Italia en 13 ocasiones—, por más que después de la Roma volviera a equipos menores como el Piacenza, Ancona y Perugia. También sabe lo que es un banquillo desde 2008 porque probó fortuna sin éxito en el Virtus Lanciano, de la Serie B. En 2010, sin embargo, logró mantener al Pescara en la categoría. “Es un gran técnico y una gran persona”, recuerda el exdelantero Cristian Bucchi, que dirigió al Sassuolo a inicios del curso; “es moderno, le gusta la evolución y no ha encontrado dificultad entre dirigir al Pescara y la Roma”.

Lo mejor, en el Sassuolo

Tras el Pescara, firmó por el Lecce en su primera experiencia en la Serie A. Duró poco. “Desafortunadamente, no supimos cohesionarnos como equipo a tiempo. Una pena porque tenía ideas innovadoras y sobre todo era buena persona”, revela Guillermo Giacomazzi, ídolo del Lecce bajo sus órdenes. El poso de su fútbol, sin embargo, le valió para una llamada del Sassuolo y el comienzo de su etapa brillante porque lo ascendió por primera vez en su historia a la Serie A y lo llevó también a la Liga Europa, aunque entre medias le despidieran por cinco encuentros por malos resultados. Luego, llegó Monchi.

Di Francesco comenzó con buen pie en la Roma porque logró, con 38 puntos en 16 jornadas, igualar el mejor inicio del equipo junto al logrado en la temporada 2013-14 por Rudi García. Y, aunque ha perdido fuelle en la Serie A, ha rendido de maravilla en Europa porque en la fase de grupos eliminó al Atlético y quedó por encima del Chelsea, vencedor después frente al Shakhtar en los octavos europeos.

Ahora toca el Barça. “Estoy seguro de que Eusebio está convencido de que puede ganar. Ya dije que era muy ambicioso…”, expone Bianco. “Siempre te contagia la idea de que hay que tener hambre y querer más que el contrario”, agrega Giacomazzi. Si así ocurre, lo festejará la roma y también Monchi, que a buen seguro le invita en esa ocasión a comer en Il Fungo, restaurante muy cercano a sus casas, donde se encuentran habitualmente para seguir con sus apasionadas charlas de fútbol, de la Roma y su futuro, también del próximo rival.

Busquets y Nainggolan, citados para hoy

Lesionado en el pie derecho durante el partido contra el Chelsea—sufrió una herida y una pequeña fisura en la falange el dedo meñique— Busquets regresó ayer a los entrenamientos y aspira a reaparecer en el partido de mañana contra la Roma.

Valverde facilitará hoy la lista de convocados y podría dar pistas sobre la posible alineación en la que la única duda es el tercer jugador que acompañará en ataque a Messi y Luis Suárez. La apuesta sería Dembélé.

El equipo italiano viaja hoy a Barcelona con Nainggolan y Pellegrini en la lista de 21 jugadores citados por el entrenador Di Francesco. Ambos son seria duda para el encuentro del Camp Nou.

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