Muguruza se retira de Brisbane entre calambres

En su primera aparición del curso, Garbiñe sufre un colapso muscular y arranca por cuarto año consecutivo con problemas: "“Llegó un momento en el que no podía agarrar la raqueta ni moverme”

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Muguruza se duele sobre la pista de Brisbane.FRANCA TIGANI (AFP)

Para Garbiñe Muguruza, la apertura de cada curso se traduce en un mano a mano con el dolor. Hace tres años, una lesión en el tobillo izquierdo le impidió el despegue en Brisbane; al siguiente, fue la fascia plantar del pie izquierdo la que le trastabilló en su arranque en las Antípodas; la temporada pasada, el día de Reyes, ...

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Para Garbiñe Muguruza, la apertura de cada curso se traduce en un mano a mano con el dolor. Hace tres años, una lesión en el tobillo izquierdo le impidió el despegue en Brisbane; al siguiente, fue la fascia plantar del pie izquierdo la que le trastabilló en su arranque en las Antípodas; la temporada pasada, el día de Reyes, unas molestias en el aductor le forzaron al abandono en las semifinales; y ayer, de nuevo, otro contratiempo físico le apeó del torneo cuando se medía a Alekxandra Krunic y el reloj ya superaba las dos horas y media de partido, con el calor haciendo de las suyas en Australia.

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“Llegó un momento en el que no podía ni agarrar la raqueta, no podía moverme”, explicó después la número dos del mundo, que comenzó a sufrir calambres en la segunda manga y en la tercera ya no pudo aguantar las descargas musculares en brazos y piernas. “Empezaron a dolerme los gemelos y pensé que se me pasaría, pero fueron aumentando y aumentando… Luego los calambres pasaron a la mano y no podía ni abrirla. Llegó un momento en el que no podía agarrar la raqueta ni correr”, agregó.

Después de adjudicarse el primer parcial (7-5) y de desaprovechar un claro 5-2 en el segundo (6-7), Muguruza cayó a plomo sobre la pista en el tercero, cuando dominaba por 2-1 a la 53 de la WTA. “Creo que fue solo la dureza del partido. Hubo peloteos largos e intensos, aunque también hacía calor y había, humedad, no lo sé...No me suelo acalambrar mucho, así que estoy realmente sorprendida de que hoy todo mi cuerpo reaccionara de este modo”, prolongó la hispano-venezolana, quien avista a la vuelta de la esquina el primer grande del año.

Ahora, Muguruza debe decidir si se foguea en Sídney u Hobart (ambos a partir del día 7) para continuar con el rodaje, o bien enfila directamente el Open de Australia (desde el 15). La idea era competir en Brisbane y luego mantener el programa de entrenamientos que emprendió hace un mes para seguir ganando tono corporal, pero el cuerpo le dio ayer un aviso. A menos de dos semanas para el major, perdió la opción de arrebatarle el trono a la rumana Simona Halep, así que deberá acometer el objetivo directamente en Melbourne.

El precedente del curso pasado

Durante el último mes, la ganadora de dos Grand Slams ha llevado a cabo un duro plan preparatorio en Los Ángeles junto a su técnico, el francés Sam Sumyk. Al igual que en el ejercicio anterior ha enfocado la pretemporada en potenciar hombros, espalda y sobre todo el tren inferior. Y el sobreesfuerzo, lógicamente, tiene un peaje que ya acusó también en el primer tramo de 2017, cuando tuvo que retirarse de escenarios como Brisbane, Dubái, Miami (en esta ocasión por un golpe de calor) o el Foro Itálico de Roma.

Ayer, en la madrugada española, Muguruza sufrió de lo lindo y terminó tendida en el suelo, ante el gesto impávido y siempre recto de su entrenador. Más preocupada, su rival tuvo el bonito gesto de llevarle su raqueta hasta el banquillo, mientras los servicios médicos trataban también los saturados cuádriceps de la hispano-venezolana. Fue, en definitiva, un arranque áspero para la campeona de Roland Garros y Wimbledon. El sol apretó y los cuerpos (Nadal, Murray, Djokovic...) ya avisan cuando el relato de 2018 apenas acaba de comenzar.

MURRAY: “DARÍA LO QUE FUERA POR VOLVER”

Después de más de medio año sin jugar, el presente del escocés Andy Murray (30 años) sigue sin estar nada claro. El exnúmero uno, aquejado de unos problemas en la cadera, se debate entre pasar o no por el quirófano. Ya tuvo que renunciar a Brisbane y se desconoce si podrá participar en el Open de Australia.

Están siendo días difíciles para él, 16º en el ranking y que ayer trasladó un mensaje revelador a través de sus redes sociales, acompañado de una foto de la infancia: "Daría lo que fuera por volver. No me he dado cuenta hasta estos últimos meses de todo lo que amo este deporte. Es muy desmoralizante saltar a pista y ver que no tienes el nivel necesario".

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