Modric siempre apela al fútbol

El croata, apreciado por Zidane por la calidad e inteligencia táctica, apunta a la unidad para derrotar al Barça en el clásico

Modric regatea a Jailson, del Gremio, en la final del Mundialito.KARIM SAHIB (AFP)

A la vuelta del Mundialito del año pasado, al Madrid le esperaban las vacaciones de Navidad y una pregunta: ¿Se desplomará el equipo como se desplomó el de Ancelotti después de conseguir el Mundial de Clubes? Zidane siempre contestaba lo mismo cuando le preguntaban por la maldición del Mundialito: “la vida no es cíclica”.

En Japón la plantilla empezó una minipretemporada invernal para ponerse a punto ante el exigente mes de enero. Este año, después del título conseguido en Ab...

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A la vuelta del Mundialito del año pasado, al Madrid le esperaban las vacaciones de Navidad y una pregunta: ¿Se desplomará el equipo como se desplomó el de Ancelotti después de conseguir el Mundial de Clubes? Zidane siempre contestaba lo mismo cuando le preguntaban por la maldición del Mundialito: “la vida no es cíclica”.

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En Japón la plantilla empezó una minipretemporada invernal para ponerse a punto ante el exigente mes de enero. Este año, después del título conseguido en Abu Dhabi tras derrotar al Grêmio, al Madrid le espera un clásico en el que, además, no puede fallar si no quiere desengancharse definitivamente de la Liga. La pregunta ya no es si el equipo se desplomará, sino si el buen momento que atraviesa desde principios de mes es una señal definitiva de que ha superado el bache de dos meses que atravesó tras ganar las dos Supercopas.

Hay varios jugadores —Cristiano Ronaldo, Kroos, Marcelo y Modric, por ejemplo— que están alcanzando su pico de forma. El caso del croata es especialmente significativo para el Madrid porque él es el que marca los tiempos de los partidos.

En el Mundialito fue elegido el mejor jugador del torneo. Después de varias semanas en las que le costó arrancar y en las que se le vio por debajo de su rendimiento habitual —se jugó, además, el pase al Mundial de Rusia en la repesca con Croacia— volvió a verse al Modric de siempre: el todocampista que ordena a sus compañeros, que abre campo, distribuye pases, corta jugadas y se atreve a rematar.

Por eso, entre otras cosas, Zidane le considera un jugador clave, por su calidad pero también por su inteligencia táctica a la hora de leer los partidos. “Estamos en buen estado de forma y preparados y dispuestos a hacer un gran partido contra el Barcelona”, dijo el croata que se confiesa un amante de la chistorra, su plato español favorito. El centrocampista, de 32 años, dice que 2017 fue el año perfecto y el mejor de su carrera. Nunca entra en la quiniela del Balón de Oro, pero es el que mueve el juego del equipo.

Cuando le preguntan por el clásico y por cómo se puede frenar al rival, apela a la unidad y al fútbol. “Es importante estar juntos y no dejar espacios al Barcelona. La unidad y cómo vayamos a entender el partido y a jugar como equipo serán la clave. Si al Barça le dejas espacios tienen jugadores que te pueden castigar”, analizó el croata en una entrevista con una casa de apuestas.

Hombre con carácter, en el vestuario se contagian de su espíritu ganador y de sus ganas de títulos. Le escuchan también en los despachos. Lo hicieron cuando sugirió fichar a su compatriota Mateo Kovacic en verano de 2015. En lo que va de temporada, Modric lleva 1.684 minutos, un gol, dos asistencias y un porcentaje de acierto en los pases del 90,2. Promedia una recuperación cada 12 minutos y ha generado 26 ocasiones de gol.

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