Pedro Martínez: “Me motiva más mejorar a mis equipos que solo ganar”

El entrenador barcelonés cumple 800 partidos en la Liga Endesa al tiempo que revitaliza al Baskonia a base de triunfos

Pedro Martínez, en su homenaje por sus 800 partidos, con su hija Claudia.©ACBMEDIA

Pedro Martínez está en la cresta de la ola. Así empezó también su carrera en la élite, el 10 de marzo de 1990. Con solo 28 años, se hizo cargo del primer equipo del Joventut, y solo 18 días después conquistó la Copa Korac ante el Scavolini de Pesaro que dirigía otro joven técnico llamado Sergio Scariolo. Tras una trayectoria en la que ha habido de todo —equipos con presupuestos muy limitados, un par de la LEB y alguna destitución—, el pasado 16 de junio Pedro Martínez se consagró con el Valencia Basket. Obtuvo su primer título de Liga, también el primero en la historia de los taronja....

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Pedro Martínez está en la cresta de la ola. Así empezó también su carrera en la élite, el 10 de marzo de 1990. Con solo 28 años, se hizo cargo del primer equipo del Joventut, y solo 18 días después conquistó la Copa Korac ante el Scavolini de Pesaro que dirigía otro joven técnico llamado Sergio Scariolo. Tras una trayectoria en la que ha habido de todo —equipos con presupuestos muy limitados, un par de la LEB y alguna destitución—, el pasado 16 de junio Pedro Martínez se consagró con el Valencia Basket. Obtuvo su primer título de Liga, también el primero en la historia de los taronja. Solo cuatro días después, se anunció que no iba a continuar allí.

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El 27 de octubre, fue reclutado por el Baskonia, abrumado por el torbellino de derrotas con el novel Pablo Prigioni al frente. La llegada del entrenador barcelonés ha devuelto al Baskonia a una línea de excelencia. De las dos victorias y siete derrotas que acumuló el equipo baskonista entre la Liga Endesa y la Euroliga, se ha pasado a un recuento de 10 triunfos y tres derrotas.

“La diferencia entre ganar y perder a este nivel es muy pequeña. El componente anímico es muy importante. Cuando se agarrotan las piernas porque las cosas no salen, se pierde la confianza y la naturalidad. Un chispazo puede cambiar la dinámica, no tanto porque se toquen unas teclas secretas. Ni antes era todo horroroso, ni ahora es todo maravilloso”, argumenta el técnico que vive su segunda etapa en el Baskonia, donde fue destituido en noviembre de 2005 tras solo nueve partidos. “Fue uno de los malos momentos de mi carrera, como ha habido otros. Las cosas no salieron bien. Lo positivo es que se pasó página sin hacer demasiada sangre, entendiendo que estas cosas pasan. Eso tal vez hizo posible que haya podido existir una segunda parte”.

Una chispa puede cambiar la dinámica de equipo, ni antes era tan horroroso ni ahora es tan maravilloso

La última victoria, el sábado, fue muy especial para él. Se trataba del derbi vasco. Enfrente estuvo el Bilbao Basket. Ganó el Baskonia por 94-71. Pedro Martínez fue homenajeado. Cumplió su partido número 800 en la Liga Endesa, su victoria número 414. Solo le supera Aíto García Reneses —ahora en el Alba Berlín—, con 1.077 partidos en la Liga Endesa. “Me hace una cierta gracia este récord”, concede Pedro Martínez. “Básicamente porque es un símbolo de perseverancia. He pasado de todo, se han perdido muchísimos partidos y he pasado por momentos muy complicados. Haber superado todas las adversidades que he tenido lo valoro positivamente”.

Mantiene la motivación que le llevó siendo un chaval a entrenar a los infantiles del Colegio Alpe y del Colegio Claret, luego al Sant Josep y, tras aparcar su carrera universitaria, también al júnior del Joventut, con el que ganó tres veces el campeonato de España.

¿La selección? Entrenar a los mejores debe ser muy satisfactorio, pero  soy entrenador de largo recorrido, más para un club

“Me motiva estar en la Liga ACB y entrenar a un equipo de élite. Es una magnífica competición”, subraya. “Me he formado en ella, he estado en ella muchísimos años y le doy muchísimo valor. Al principio era más ganar o perder. Ahora valoro más cosas que no tienen que ver solo con el resultado, que también es importante. Pero lo es más la satisfacción de ver que el equipo mejora y de que hay jugadores que suben su nivel, que el simple hecho de ganar”. De hecho, incide, no ha establecido con sus jugadores en el Baskonia —quinto en la Liga y noveno en la Euroliga— un objetivo tangible. “Esa exigencia, nos la ponemos los propios profesionales y es, sobre todo, la de hacer las cosas bien. Sea cual sea nuestro potencial, es dar lo máximo y ver hasta donde somos capaces de llegar. Por ejemplo no hemos hablado de meternos en los playoffs de la Euroliga. No es algo que tengamos encima de la mesa, aunque seguro que en el club sí habrá quien lo tenga”.

No enfatiza la posibilidad de entrenar al Barcelona, al Real Madrid o a la selección, para la que ha estado entre los candidatos en más de una ocasión. “No hago cábalas. Estoy tan orgulloso de haber entrenado al Manresa, como cuando he estado en equipos más top como el Valencia o el Baskonia. Todo tiene una motivación. Estoy orgulloso de los equipos que he entrenado, sin echar en falta a ninguno. En cuanto a la selección, entrenar a los mejores jugadores tiene que ser tremendamente satisfactorio. Pero creo que soy mejor entrenador para un club. Me da la sensación de que necesito más recorrido que el de entrenar a unos jugadores solo durante unas semanas”.

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