El Sevilla se aprovecha de los errores del Girona

Muriel se beneficia un fallo de Iraizoz, mal posicionado, y Granell marra un penalti en el último minuto

El Sevilla celebra el gol de Muriel contra el Girona. JOSEP LAGO (AFP)

Si de las derrotas se aprende, el Girona ya sabe que en Primera División no existe el perdón. Falló Iraizoz en el gol de Muriel, y falló Granell un penalti injusto en el minuto 90. El conjunto de Machín peleó el empate hasta el último aliento y marró ocasiones clarísimas, pero el Sevilla minimizó el arreón final a través de la posesión y prosigue en su evolución positiva. 

El encuentro fue tan tenso como dinámico, y el marcador pareció quedarse corto. El Sevilla dominó el partido en distintos momentos, pero el Girona se revolvió con la ir...

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Si de las derrotas se aprende, el Girona ya sabe que en Primera División no existe el perdón. Falló Iraizoz en el gol de Muriel, y falló Granell un penalti injusto en el minuto 90. El conjunto de Machín peleó el empate hasta el último aliento y marró ocasiones clarísimas, pero el Sevilla minimizó el arreón final a través de la posesión y prosigue en su evolución positiva. 

El encuentro fue tan tenso como dinámico, y el marcador pareció quedarse corto. El Sevilla dominó el partido en distintos momentos, pero el Girona se revolvió con la ira de los rebeldes. Iraizoz compensó su fallo con un par de buenas paradas y Sergio Rico se benefició de la mala puntería catalana. 

Sufrió tanto su ascenso, que el Girona vive cada partido en Primera como si fuera el último. Como si se negase a volver a una vida anterior, sin duda más sufrida. No hay manera de jugar cómodo contra el conjunto de Machín, menos aún en Montilivi, incluso si uno se presenta como tercer clasificado en la Liga y con la sonrisa puesta por el último empate en Anfield, como el Sevilla.

Machín ha construido un conjunto aguerrido en el choque, clarividente con los pies y veloz por las bandas, con Aday y Mojica bien abiertos contra el Sevilla. El colombiano fue uno de las dos novedades que introdujo el técnico en su alineación, reconocible por su inalterable 3-5-2.

La propuesta del Girona maniató el Sevilla durante un buen rato. Lo que tardaron N’Zonzi y Banega en deshacerse de la presión de Pere Pons, Borja García y Granell. El conjunto de Berizzo empujaba y el Girona aguantaba, todo en un ir y venir desordenado, más pasional que académico. Corrían los futbolistas de área a área, y corría el balón sin sentido. Un débil cabezazo del francés anunció el avance andaluz, que podría haberse adelantado si Sarabia, con la portería para él, no hubiera preferido conectar con Muriel en el segundo palo. La libertad que tuvo el exjugador de la Sampdoria por la banda fue quizás uno de los pocos errores del conjunto de Machín en la primera mitad.

El delantero fue el principio y el fin del ataque sevillista, y suyas fueron las mejores ocasiones del Sevilla en el inicio de la segunda parte. No falló el colombiano en un mano a mano con Iraizoz tras un contraataque. Su disparo se coló por el primer palo, mal cubierto por Iraizoz, que reaccionó tarde. El portero se redimió después en dos buenos remates de Sarabia. 

Penalti injusto

Respondieron Juanpe y Pere Pons, y Machín lamentaba en la banda el desacierto. El Girona se mostró bravo y respondón, nada sumiso contra un equipo de Champions como el Sevilla, pero ni de penalti consiguió el empate. Kayoda se echó al suelo en el área tras un rechace de Vázquez y el árbitro cayó en la trampa. Pero ni así. Granell mandó el último fallo del Girona al larguero y el Sevilla recordó a Montilivi que en Primera, los errores se pagan. 

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