Los que ganan nunca abandonan

Pepe Ribes narra desde el Hugo Boss el fin de su aventura transoceánica

Alex Thompson y Pepe Ribes, en la zona de navegación del interior del barco.Mark Lloyd

Son alrededor de las 9 de la noche. Las condiciones del tiempo son moderadas, con vientos de 15 y 17 nudos de través. Decidimos cambiar las velas. Me encargo yo mismo de recoger una de ellas y empiezo a izar la segunda vela con la que contamos en el Hugo Boss, mientras Alex observa atentamente desde la proa, inmóvil. Normalmente, navegamos con las dos velas izadas, pero en esta ocasión preferimos hacerlo con una para aminorar la velocidad. De repente, una pieza metálica del tambor enrollador se hace añicos. Recuerdo la escena como si fuera una sucesión de fotogramas reproducidos en modo cámara...

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Son alrededor de las 9 de la noche. Las condiciones del tiempo son moderadas, con vientos de 15 y 17 nudos de través. Decidimos cambiar las velas. Me encargo yo mismo de recoger una de ellas y empiezo a izar la segunda vela con la que contamos en el Hugo Boss, mientras Alex observa atentamente desde la proa, inmóvil. Normalmente, navegamos con las dos velas izadas, pero en esta ocasión preferimos hacerlo con una para aminorar la velocidad. De repente, una pieza metálica del tambor enrollador se hace añicos. Recuerdo la escena como si fuera una sucesión de fotogramas reproducidos en modo cámara lenta. El tambor vuela por los aires; la vela sale disparada a gran velocidad; el mástil empieza a inclinarse. Alex permanece inmóvil, perplejo. Todo ello sucede en un par de segundos. Majestuosamente, el mástil se desploma en el océano.

Reaccionamos. La situación lo requiere. Roto en dos pedazos, el mástil amenaza con provocar un boquete en la fuerte y frágil estructura de fibra de carbono del barco. Lo conseguimos. El mástil se desprende definitivamente, y se pierde en la inmensidad del océano. Tan rápido ha sucedido el accidente, tan pronto nos vemos obligados a salir de la regata. Es nuestro quinceavo día navegando. Y el último que lo haremos como equipo participante de la Barcelona World Race.

Me hubiera gustado poder escribir otro tipo de post, en el que pudiera anunciar la buena marcha de la regata y compartir mis buenas sensaciones con todos los lectores de El País. Es cierto, tanto Alex como yo no podemos esconder nuestra decepción. No estaba escrito en nuestro guion, especialmente por el gran inicio del Hugo Boss con dos nuevos récords establecidos en esta edición. En el momento del accidente, liderábamos la competición con más de 60 millas náuticas de distancia de nuestros inmediatos competidores. Estábamos muy satisfechos con el trabajo realizado y nuestro desempeño en la competición.

En el momento del accidente, liderábamos la competición con más de 60 millas náuticas de distancia de nuestros inmediatos competidores

Me sabe mal sobre todo por el equipo que ha trabajado sin descanso, planeando nuestra participación en esta regata desde hace 2 años. Nos llena de tristeza el hecho de que un accidente fortuito sea la causa de nuestro abandono en la competición. Pero somos deportistas, y sabemos que la vela, como deporte extremo, es así. Afrontar este tipo de situaciones, levantarnos a nosotros mismos aunque cueste y darnos un golpe en la espalda mutuamente para empezar de nuevo. Dos compañeros, al fin y al cabo, ante un crudo realismo.

En estos momentos, nos encontramos zarpando en dirección a Salvador de Bahía, pero nos quedaremos sin gasoil a unas 60 millas náuticas. Allí nos esperará una embarcación del equipo Alex Thomson Racing para proveernos de víveres y gasoil. En dos o tres días calculamos que podremos tocar tierra en Brasil.

Una vez en tierra, deberemos investigar en detalle el origen del fallo técnico. Aprender de ello nos servirá para seguir avanzando. Contamos con una nueva embarcación de Hugo Boss que está en construcción y que estará lista para zarpar a principios de verano. Nuestra meta ya está fijada para la competición de la Vendée Globe en 2016/2017. Como me recuerda Alex al oído: “Los que abandonan, nunca ganan; pero los que ganan, nunca abandonan”. Cierto. Pasamos página.

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