Opinión

Puyal 2000

Hay citas que merecen el reconocimiento y admiración de la profesión, pocas como la que se cumplía ayer la transmisión del maestro

Hay algunos aniversarios que corren el riesgo de desvirtuarse, ya sea por exceso o por defecto, porque con el tiempo se convierten a menudo en una competición de elogios o por el contrario son ninguneados por una mala entendida rivalidad empresarial o por desidia y desconocimiento, un atentado a las reglas del oficio. Hay citas, sin embargo, que merecen el reconocimiento y admiración de la profesión, pocas como la que se cumplía ayer con la transmisión 2.000 del maestro Joaquim Maria Puyal.

La hoy denominada TdP es una marca tan respetuosa con sus orígenes como atrevida, cosa lógica si ...

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Hay algunos aniversarios que corren el riesgo de desvirtuarse, ya sea por exceso o por defecto, porque con el tiempo se convierten a menudo en una competición de elogios o por el contrario son ninguneados por una mala entendida rivalidad empresarial o por desidia y desconocimiento, un atentado a las reglas del oficio. Hay citas, sin embargo, que merecen el reconocimiento y admiración de la profesión, pocas como la que se cumplía ayer con la transmisión 2.000 del maestro Joaquim Maria Puyal.

La hoy denominada TdP es una marca tan respetuosa con sus orígenes como atrevida, cosa lógica si se tiene en cuenta la irrupción de las nuevas tecnologías y la mucha competencia. La radio de Puyal continua siendo un referente por su tono, estilo, coraje, profesionalidad y calidad. Ha sido a partir de su modelo que se generaron nuevas alternativas con el catalán y el Barça como sujetos de la información, una apuesta que se ha convertido en fácil y ganadora después de tiempos de heroicidad.

El pionero Puyal siempre practicó una subjetividad objetivable e inteligente, por intuitiva y creativa, asociada al talento, generadora de grandes talentos periodísticos. Tiene críticos, porque su producto es caro y de autor, circunstancia admirable cuando se llevan 36 años siendo el hilo conductor del programa. Los aficionados se han acostumbrado a ir al campo con la radio porque necesitan contrastar doblemente la realidad: lo que ven con lo que ha sucedido.

No hay partido en que los aficionados no se refieran a la TdP, escuchen o no a Puyal, de manera que su importancia no se mide solo por las audiencias sino por su impacto emocional y profesional. Que sea por muchos años más maestro Puyal. A veces, como ahora, se impone la adulación.

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