Andy Roddick, adiós entre lágrimas

El ex número uno cae con Del Potro y da por cerrada su carrera

Madrid -
Andy Roddick se despide del público tras la derrota ante Del Potro.Mike Stobe (AFP)

La despedida de Andy Roddick tuvo tres capítulos: primero anunció que su carrera acabaría cuando perdiera en el Abierto de Estados Unidos; luego, saltó a la pista y se puso a bailar sobre el cemento mientras la lluvia interrumpía su encuentro de octavos contra Juan Martín del Potro; finalmente, el miércoles, tras la reanudación, cogió la puerta de salida empujado a golpetazos por el argentino (derrota por 7-6, 6-7, 2-6 y 4-6). Se va un ex número uno, ganador de un grande y uno de los ...

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La despedida de Andy Roddick tuvo tres capítulos: primero anunció que su carrera acabaría cuando perdiera en el Abierto de Estados Unidos; luego, saltó a la pista y se puso a bailar sobre el cemento mientras la lluvia interrumpía su encuentro de octavos contra Juan Martín del Potro; finalmente, el miércoles, tras la reanudación, cogió la puerta de salida empujado a golpetazos por el argentino (derrota por 7-6, 6-7, 2-6 y 4-6). Se va un ex número uno, ganador de un grande y uno de los sacadores más espectaculares de la historia, el mismo que en su último servicio en activo sacó conteniendo a duras penas las lágrimas, despidiéndose con dolor y amor de su oficio.

Fui un tenista consistente que puso muchas cosas sobre la mesa cada día"

“Todo fue muy emotivo”, reconoció luego el tenista, de 30 años y vencedor de 32 trofeos; “pero no fueron las emociones egoístas a las que estamos acostumbrados, sino algo extremadamente inocente, distinto, que disfruté”, describió, extasiado con cómo había vivido su último servicio como profesional. “Fui un tenista consistente que puso muchas cosas sobre la mesa cada día. Estoy orgulloso de eso”, añadió el también campeón de la Copa Davis, al que los años de carrera habían castigado el cuerpo y especialmente el hombro derecho, la bisagra de su saque y su derecha, las claves de su juego.

La marcha de Roddick deja huérfano al tenis estadounidense. Mardy Fish, su compañero generacional, se retiró sin disputar los octavos del Abierto por “razones de salud” relacionadas con las arritmias que sufre en el corazón. John Isner, el número diez, que encabezará a su país en las semifinales de la Copa Davis contra España, aún no se ha asomado a una final grande. Ryan Harrison, el mejor proyecto de la cantera, compite bien pero gana poco. Ese es el vacío que deja Roddick: el de su saque y su referencia.

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