Entre el mediofondo y los saltos

Tres españoles clasificados para las semifinales de los 1.500 y hoy es el turno de los corredores de los 800

Juan Carlos Higuero, el más veterano; Manuel Olmedo y Diego Ruiz dominaron las semifinales de los 1.500 metros y se acostaron soñando con una medalla, cada uno, hoy. Todo combinado, y no tanto por la forma en que se clasificaron, pues Olmedo y Ruiz gastaron más de la cuenta corriendo y remontando por fuera, e Higuero, picándose con el alemán Schlangen, como por sus aspiraciones, el nivel de los rivales -el francés Kowan, que llegaba con la mejor marca, fue eliminado- y la tradición, los aficionados también podrán permitirse soñar con un pleno como de Birmingham 2007, cuando Higuero, Gallardo y...

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Juan Carlos Higuero, el más veterano; Manuel Olmedo y Diego Ruiz dominaron las semifinales de los 1.500 metros y se acostaron soñando con una medalla, cada uno, hoy. Todo combinado, y no tanto por la forma en que se clasificaron, pues Olmedo y Ruiz gastaron más de la cuenta corriendo y remontando por fuera, e Higuero, picándose con el alemán Schlangen, como por sus aspiraciones, el nivel de los rivales -el francés Kowan, que llegaba con la mejor marca, fue eliminado- y la tradición, los aficionados también podrán permitirse soñar con un pleno como de Birmingham 2007, cuando Higuero, Gallardo y Casado consiguieron el oro, la plata y el bronce, la fuerza del mediofondo español, su orgullo.

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A ellos podrán sumarse hoy Luis Alberto Marco y Kevin López, los chicos del 800, o Los hombres de Paco, como les gusta llamarse a los sevillanos entrenados por Francisco Gil. Ambos, sobre todo Marco, mostraron en las semifinales talento para subir al podio en dura competencia con la pareja polaca Lewandoski, un atleta de 1m 43s al aire libre y campeón de Europa, como recuerda Marco, y Kszczot (pronúnciese Ksh-chot, dice el manual de la federación), 21 años, bronce en Barcelona y también en el Mundial indoor.

Aparte de este dominio español y de los sudores fríos de Ruth Beitia para pasar a la final de altura con 1,92 metros, Bercy fue escenario ayer de dos acciones insólitas, los primeros intentos de récord mundial sensatos en décadas ante dos de las marcas consideradas intocables: los 2,43m de Sotomayor en altura desde 1989 y los 6,15m del zar de la pértiga, Bubka, desde 1993. Las tentativas, que en alguno de ellos rozaron el listón, fueron del extravagante ruso Ivan Ujov, que, tras ganar con 2,38m, se atrevió con 2,44m, y del francés Renaud Lavillenie, quien, tras batir el récord nacional con 6,03m y ante la mirada de Bubka, presente, se lanzó infructuosamente a por los 6,16m. Ninguno consiguió el récord. Dejaron el espectáculo para Teddy Tamgho, que hoy seguramente llegará a los 18m en el triple salto.

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