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Coordinado por Juan Carlos Galindo

Valencia se abre paso entre los 40 festivales de novela negra de España con la cercanía a los grandes autores

Valencia negra, que nació de la conversación de tres amigos en un bar, cumple 10 años con la participación de James Ellroy, John Connolly, J. D. Barker o Dolores Redondo

Jordi Llobregat, Bernardo Carrión y Santiago Álvarez, responsables de Valencia negra, este jueves en Valencia.Monica Torres

Se conocieron en un taller de escritura. Jordi Llobregat venía de empresariales, Santiago Álvarez, de ingeniería, y Bernardo Carrión, del periodismo, pero les gustaba sobre todo la literatura. Reunidos en un bar, el primero sugirió montar un festival de novela negra en Valencia, como tenían otras ciudades, para atraer a grandes escritores que admiraban para que no pasaran de largo, como solía suceder. La propuesta fue secundada y 10 años después los tres amigos siguen al frente de Valencia negra, que ha logrado abrirse un importante huec...

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Se conocieron en un taller de escritura. Jordi Llobregat venía de empresariales, Santiago Álvarez, de ingeniería, y Bernardo Carrión, del periodismo, pero les gustaba sobre todo la literatura. Reunidos en un bar, el primero sugirió montar un festival de novela negra en Valencia, como tenían otras ciudades, para atraer a grandes escritores que admiraban para que no pasaran de largo, como solía suceder. La propuesta fue secundada y 10 años después los tres amigos siguen al frente de Valencia negra, que ha logrado abrirse un importante hueco entre los más de 40 festivales dedicados a la novela negra que se computan en España. La ambiciosa apuesta de la próxima edición, que empieza este jueves, se traduce en la participación hasta el 22 de mayo de grandes nombres nacionales e internacionales de este género literario que ha desplazado a la novela histórica como la reina de la librería.

Los estadounidenses James Ellroy y J. D. Barker, el irlandés John Connolly, el argelino Yasmina Khadra (seudónimo femenino de Mohammed Moulessehoul), la argentina Claudia Piñeiro o las españolas Dolores Redondo, Juana Salabert o Rosa Ribas presentarán sus novelas e interactuarán con el público en “el mejor programa de la historia del certamen”, según apunta Santiago Álvarez, responsable de contenidos y escritor, que acaba de publicar Muerdealmas (AdN). Esa proximidad con el lector y la buena respuesta del público son claves en la consolidación del certamen y en la apuesta de las editoriales y los autores por Valencia, afirma.

“Nuestro festival se caracteriza por su calidez, no solo por el tiempo de la ciudad en mayo, que también, sino porque es muy cercano, se cuida mucho al autor, la gente responde y es participativa y todo eso convierte al autor también en prescriptor de Valencia negra. Nos ha pasado con Pierre Lemaitre o John Banville en año anteriores”, explica Carrión, responsable de prensa del certamen que dirige Jordi Llobregat, cuyo última novela es No hay luz bajo la nieve (Destino).

La popular firma de los escritores en la calle, en el céntrico Passeig de Russafa, donde los lectores pueden hablar con los autores, será una de las citas culminantes de un festival que despegó durante la larga resaca de la crisis de 2008 y al calor del éxito planetario de Los hombres que no amaban a las mujeres, el primer título de la trilogía Millennium, de Stieg Larsson, que se trajo en España en 2008. “Esa novela fue clave para que el género negro se haya popularizado tanto en los últimos años entre el gran público. Algunos libreros nos comentan que se llevan sobre todo títulos de novela negra a la Fira del Llibre [que se celebra en Valencia hasta el próximo domingo]”, indica Álvarez.

Es incuestionable el éxito de ventas del género en sus diversos y productivos subgéneros, como el policiaco, el de misterio, el true-crime (basado en crímenes reales), el thriller, el hard-boiled (de raíz clásica y violenta) el country noir (por su ambientación en zonas rurales), entre otros.

La amplia participación en los clubs de lectura son una muestra de esta pujanza, según manifiestan los responsables de Valencia Negra, que participa en más de una docena de estos intercambios de opiniones entre lectores concienciados. Si tuvieran que sintetizar un argumento tipo con posibilidades de ser un éxito editorial, en función de los gustos y las tendencias actuales, Álvarez y Carrión esbozan el siguiente: una inspectora con problemas personales, con un compañero varón más equilibrado; su vida personal es un desastre y se vuelca en la profesional, resolviendo otros desastres y casos de asesinos muy peligrosos.

Corrupción en Valencia

La corrupción en Valencia también estará presente en la próxima edición del festival de la mano de la consagrada autora Alicia García Barlett, que presentará su novela La presidenta (Alfaguara), en la que abandona a su popular personaje Petra Delicado para internarse en el ambiente de las corruptelas de la Valencia gobernada por Rita Barberá (exalcaldesa fallecida en 2016).

“La novela negra aporta una mirada social sobre la realidad. Es una amplificación sobre lo que somos. La corrupción da mucho juego, pero se dan muchos más ingredientes: somos muy mediterráneos, muy pasionales. Lo que hemos comprobado es que vuelve a mirar a Valencia con simpatía. Antes pesaba mucho la mala reputación pro la corrupción. Ahora la mirada ha variado, es muy positiva. Esperamos que esta edición de Valencia Negra, tras dos años de pandemia, vaya en esa línea”, sostiene Álvarez.

El festival cuenta con un presupuesto cercano a los 100.000 euros y con aportaciones de la Diputación y el Ayuntamiento de Valencia, la Generalitat y el Ministerio de Cultura.

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