Reinvención de la casa-patio
A las afueras de Liubliana, en Eslovenia, esta casa de tres habitaciones es casi un umbral entre la calle y la vida privada: una muralla entre el aparcamiento y el jardín que propone reinventar el patio
En una casa-patio, las estancias vuelcan vistas, luz y ventilación al interior de un espacio abierto a ellas y cerrado al exterior. Se trata de un lugar privado que las separa y conecta a la vez. En esta casa a las afueras de Liubliana, la capital eslovena, los arquitectos del estudio Ofis trabajaron a partir de un problema: el ruido de la call...
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En una casa-patio, las estancias vuelcan vistas, luz y ventilación al interior de un espacio abierto a ellas y cerrado al exterior. Se trata de un lugar privado que las separa y conecta a la vez. En esta casa a las afueras de Liubliana, la capital eslovena, los arquitectos del estudio Ofis trabajaron a partir de un problema: el ruido de la calle y una suerte: la existencia de un jardín posterior.
Junto a la calle transitada decidieron construir un aparcamiento para el coche que es, a su vez una extraña fachada y un filtro sonoro. El aparcamiento se convirtió así en la clave de esta distribución doméstica. Hizo de la casa un umbral. Ese umbral separa la calle de la vida privada, o lo que es lo mismo: el aparcamiento de la casa formando un patio, un espacio pavimentado para el juego de los niños, los patines, o la pelota, bajo la luvia que a la vez ilumina y ventila las estancias. Un alcorque y un árbol indican el centro del patio abierto.
Ese patio abierto diseñado por el equipo que capitanean Rok Oman y Spela Videcnik tiene luz lateral y una doble apertura cenital. Y, al estar abierto al jardín, y a la vez cerrado ― en la zona privada por un muro de madera ― tiene el perímetro recortado. Los arquitectos han llamado a esta vivienda Casa Marco porque al estar recubierta de un único material, el ladrillo, el perímetro queda visualmente reforzado, y más que paredes y cubierta se percibe como una construcción perforada, troquelada, en un bloque de ladrillo. El trabajo con el ladrillo construye celosías y ventilaciones. Particiones de madera se confunden con el ladrillo y, a la vez, imitan ese entramado de calados.
Aun así, la casa no es un marco al uso: planos inclinados suavizan su presencia y marcan la domesticidad del lugar. El ladrillo, y la madera, unifican estéticamente su presencia y, a su vez, refuerza el aislamiento térmico y acústico y mejora la intimidad del espacio doméstico.
La fachada posterior es más sencilla. Tiene grandes ventanales, pero es justamente ese perímetro lo que cierra el patio. La luz suavizada amplía visualmente los espacios interiores donde el tono es claro y neutro. Algunos elementos, como la propia escalera, se apropian de esa idea del doble uso y son a la vez peldaños y estantería, unas gradas metidas en casa. Con vistas a un patio que lo es y no lo es a la vez.