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Trump: la ausencia más significativa de los Emmy

En 2017, los primeros Emmy con Trump de presidente los presentó Stephen Colbert. Hoy, ocho años después, él está despedido y la tele demasiado asustada para bromear con él

La ausencia más significativa de los Emmy del pasado domingo no la ha protagonizado ningún nominado, ni ninguna vieja gloria televisiva. Paradójicamente, es la de alguien a quien nadie querría haber visto allí. No se mencionó a Donald Trump ni una vez en toda la descafeinadísima ceremonia, que ha sido la primera entrega de premios importante con su segundo mandato avanzado —los Oscar se celebraron seis semanas después de su toma de posesión y tampoco se le mencionó—. Las almas cándidas especularán co...

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La ausencia más significativa de los Emmy del pasado domingo no la ha protagonizado ningún nominado, ni ninguna vieja gloria televisiva. Paradójicamente, es la de alguien a quien nadie querría haber visto allí. No se mencionó a Donald Trump ni una vez en toda la descafeinadísima ceremonia, que ha sido la primera entrega de premios importante con su segundo mandato avanzado —los Oscar se celebraron seis semanas después de su toma de posesión y tampoco se le mencionó—. Las almas cándidas especularán con un posible intento de Hollywood por unir a estadounidenses de todo signo. O con eso de que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. El resto sabemos que es solo un síntoma más del miedo generalizado.

Hubo menciones a la situación actual de Estados Unidos, con ese “go birds, fuck ICE, free Palestine”, que soltó Hannah Eibinder como cierre a su discurso tras recoger su primer Emmy. Y con la ovación cerrada del público entero puesto en pie a Stephen Colbert, el primer entregador de la noche. El propio Colbert, en su discurso al recoger su undécimo Emmy, también se refirió a la coyuntura actual: “A veces no te das cuenta de lo mucho que quieres algo hasta que no tienes la sensación de que podrías perderlo. Nunca he amado a mi país más desesperadamente”. Pero la situación palidece si recordamos los primeros Emmy tras la primera victoria de Trump, celebrados en 2017. Para empezar, fueron presentados por el propio Stephen Colbert, que ya desde su monólogo de apertura bromeó con el presidente, recordando cómo, en su egomanía, había llegado a decir que los Emmy estaban amañados porque él nunca había ganado por The Apprentice.

Ocho años después, Colbert está despedido y la tele está demasiada asustada como para bromear. Cuando en la rueda de prensa posterior a la gala del domingo, le preguntaron a —genuflexión— John Oliver por la ausencia de menciones a Trump durante la ceremonia, primero bromeó y acto seguido señaló: “Eso es algo. Está muy cerca de ser nada. Pero es algo”. O lo que es lo mismo: dice a la vez mucho y muy poco de la situación actual. Acto seguido un periodista le preguntó si creía que eso podría interpretarse como que habían pasado página. Él, entre risas nerviosas, remató: “Si alguien deduce de los Emmy que hemos pasado página de la presidencia en la que estamos viviendo y de la que ni siquiera hemos pasado la mitad, estamos totalmente jodidos”.

En la gala de los Emmy del pasado domingo no se nombró ni una vez a Donald Trump.

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