La cuarentena a ritmo de nuevo jazz inglés, por Fernando Trueba

Aunque algunos afirman que el jazz ha muerto, en los últimos años un puñado de jóvenes ingleses de los más variopintos orígenes están llevando una auténtica revolución en el jazz, en primer lugar abriéndolo, mezclándolo, con todo tipo de ritmos y músicas. Hasta el punto de que para algunos ya no es jazz. ¿Y a quién le importa? Duke Ellington consideraba que él hacía “Música Clásica Americana” y tenía razón. La palabra jazz no es más que un atajo para nombrar el más arriesgado de los géneros, el que lleva en su corazón el desafío y la aventura de la improvisación.

Una auténtica nueva ola...

Aunque algunos afirman que el jazz ha muerto, en los últimos años un puñado de jóvenes ingleses de los más variopintos orígenes están llevando una auténtica revolución en el jazz, en primer lugar abriéndolo, mezclándolo, con todo tipo de ritmos y músicas. Hasta el punto de que para algunos ya no es jazz. ¿Y a quién le importa? Duke Ellington consideraba que él hacía “Música Clásica Americana” y tenía razón. La palabra jazz no es más que un atajo para nombrar el más arriesgado de los géneros, el que lleva en su corazón el desafío y la aventura de la improvisación.

Una auténtica nueva ola de jóvenes músicos como el clarinetista y saxo Shabaka Hutchings, las saxofonistas Nubya Garcia y Cassie Kinoshi, la trompetista Sheila Maurice-Grey, el tubista Theon Cross, los baterías Moses Boyd y Jake Long o el pianista Joe Armon-Jones son sólo algunos de sus nombres más destacados, y grupos como Sons of Kemet, Maisha, Ezra Collective, Kokoroko o el septeto femenino Nérija mezclan ritmos caribeños, africanos, música electrónica, jazz, hip hop y lo que haga falta sin preocuparse más que de hacer música…

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