La mujer imán que lidera sin velo una mezquita feminista

"He aprendido que, si quieres lograr el cambio, tienes que hacerlo paso a paso", cuenta Sherin Khankan

Sherin Khankan, en la mezquita Mariam.LINDA KASTRUP (AFP/Getty Images)

La mezquita Mariam no ocupa un ostentoso edificio de Copenhague, sino una habitación pintada de sólido blanco dentro de un viejo apartamento en el centro de la ciudad. Los restaurantes de comida rápida y las tiendas de ropa rodean sus rezos. De padre refugiado político sirio y madre finlandesa, Sherin Khankan lleva años sacando adelante la que es la primera mezquita liderada por una mujer en Escandinavia. La danesa, nacida en 1974, es una imán que deja ver a menudo su melena en público, porque prefiere "lucir un velo interior”, y que ofrece una forma alternativa de entender a la sociedad musul...

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La mezquita Mariam no ocupa un ostentoso edificio de Copenhague, sino una habitación pintada de sólido blanco dentro de un viejo apartamento en el centro de la ciudad. Los restaurantes de comida rápida y las tiendas de ropa rodean sus rezos. De padre refugiado político sirio y madre finlandesa, Sherin Khankan lleva años sacando adelante la que es la primera mezquita liderada por una mujer en Escandinavia. La danesa, nacida en 1974, es una imán que deja ver a menudo su melena en público, porque prefiere "lucir un velo interior”, y que ofrece una forma alternativa de entender a la sociedad musulmana tanto dentro como fuera de ella.

“Pero no soy una pionera”, recuerda a EL PAÍS en cuanto tiene oportunidad. Ya ha habido otras en el pasado y las hay ahora mismo en otras partes del mundo. “En Alemania, en Suiza, en Estados Unidos, en Canadá, se está intentando en París… Muchas mujeres están participando en este efecto dominó y están inspirando a otras mujeres. Lo importante es que dejemos de ignorar que algo así está pasando para que este movimiento crezca”, dice por teléfono desde su mezquita. Macron la invitó al Elíseo en marzo de 2018 para discutir sobre el futuro del Islam en Europa.

La cineasta Marie Skovgaard se adentró durante años con su cámara en el día a día de Khankan y de  sus colaboradores. Resume solo una pequeña parte de lo vivido en el documental La reformista, presentada en el festival CPH:DOX y que puede verse en Filmin a partir de este lunes.

Khankan no solo instruye a otras mujeres que desean convertirse en imanes (en su mezquita ya hay tres que lo han hecho y otras seis están en proceso), también ayuda a que esposas atrapadas en un matrimonio abusivo puedan divorciarse.

Y ese enorme conflicto, que enfrenta en su tiempo libre, es solo una parte de la vida de esta madre de cuatro hijos cuyo trabajo diario discurre en la ONG Exit Cirklen, dedicada a apoyar a víctimas de violencia psicológica.

“Es una mujer increíble, con la valentía de navegar en aguas muy complicadas. Está llena de fuerza y determinación, pero también es impaciente. Quiere que el futuro de sus hijas sea igual que el de sus hijos. Y prefiere que ocurra hoy a esperar a mañana”, dice sobre ella la directora del documental.

Así la vemos en la película, que no muestra el concepto clásico de heroína. Sherin Khankan es una mujer real, que dispone de menos horas al día de las que necesita, que duda y que comete errores. “Cuando intentas cambiar las bases de algo tan sólido, no te queda otra que hacerlo desde del ensayo y el error”, admite con naturalidad. “Que sea una mujer quien intente cambiar las cosas hace que todo sea mucho más complicado”.

¿La mayor amenaza del mundo actual?

Ahora se centra en combatir la polémica forma de oficiar matrimonios interreligiosos entre mujeres musulmanas y hombres de otros credos. Como ocurre en tantas otras religiones, el conflicto llega a la hora de interpretar las sagradas escrituras.

“Es cierto que el Corán no autoriza de forma específica a que las mujeres musulmanas puedan casarse con hombres que no lo sean, pero tampoco lo prohíbe de forma expresa. Es un libro que prescribe la igualdad entre personas y, por tanto, entre hombres y mujeres”, argumenta.

En su intento de trasladar su religión a las realidades del siglo XXI se gana los ataques tanto de buena parte de la comunidad islámica como del sector ultraconservador de su país. En un momento de La reformista, un grupo de mujeres con las que debate se muestran convencidas de que el islam es la mayor amenaza del mundo actual.

“Es una metáfora de la islamofobia que vive Europa y el resto del mundo. Una cosa es ser crítico con una religión y otra muy distinta participar en la propaganda contra ella. Los argumentos de esas mujeres, como los de los partidos de extrema derecha, están basados en miedo, en sensaciones y en falta de información. Creo que nos temen tanto porque creen que somos capaces de cambiar la forma de ver el islam en Europa. A la extrema derecha le interesa que el islam parezca peligroso”, defiende.

Una de las cosas que ha aprendido la danesa es el proceso es a saber administrar sus batallas. Cuando se planteó casar a dos hombres, algunos de sus colaboradores más estrechos presentaron su renuncia al considerar que estaban intentando abarcar demasiadas luchas. Tras mucho conflicto, Khankan ha decidido pisar el freno.

“Nos estamos centrando por el momento en los derechos de las mujeres. Si tomamos demasiadas responsabilidades sobre nuestros hombros, creo que perderíamos legitimidad. Me alegro de que otros miembros de nuestra comunidad se estén centrando en la comunidad LGTBI”, dice ahora. “Es algo que he aprendido en este tiempo. Si quieres lograr el cambio, tienes que hacerlo poco a poco y sopesando muy bien cada paso”.

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