Motorbeach, rock en estado puro

Asturias ha celebrado la quinta edición del festival en la localidad de Caravia

Marky Ramone fue la gran estrella del Motorbeach

Miles de moteros esperaban con ganas la quinta edición del festival Motorbeach que se ha celebrado del 20 al 23 de julio en la playa asturiana de La Espasa, en Caravia. En este paraje de ensueño, con el mar a un lado y los montes verdes al otro, los asistentes han disfrutado del rugido de sus motos y de cuatro días de rock con grupos legendarios como The Pretty Things y Sex Museum.

En el cartel destacaba un nombre por encima del resto, el de Marky Ramone, batería de Los Ramones. El artista era el más esperado y su presencia no decepcionó, aunque ...

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Miles de moteros esperaban con ganas la quinta edición del festival Motorbeach que se ha celebrado del 20 al 23 de julio en la playa asturiana de La Espasa, en Caravia. En este paraje de ensueño, con el mar a un lado y los montes verdes al otro, los asistentes han disfrutado del rugido de sus motos y de cuatro días de rock con grupos legendarios como The Pretty Things y Sex Museum.

En el cartel destacaba un nombre por encima del resto, el de Marky Ramone, batería de Los Ramones. El artista era el más esperado y su presencia no decepcionó, aunque se hizo desear hasta el sábado, jornada en la que un público entregado se movió al ritmo del Hey, ho, let's go.

Rugidos y camisetas moteras

Tras superar la cola de espera el asistente cruzaba el umbral del Motorbeach y se perdía entre un montón de motos y coches de distintas épocas. En el epicentro estaba el escenario, ubicado junto a una carpa inmensa donde una caña costaba 2,5 euros y varios food trucks, en los que se podía degustar una comida que cumplía el objetivo de matar el gusanillo entre concierto y concierto. Entre el público había desde familias con bebés el festival cuenta con una zona para niños con monitores donde se realizan distintos talleres hasta grandes roqueros.

Fusión perfecta con el surf

El Motorbeach puede presumir de localización. La que más ha disfrutado de la experiencia ha sido la comarca, que ha visto cómo durante cuatro días sus hoteles, zonas de acampada, casas rurales y restaurantes se han llenado de festivaleros y moteros. Entre las grandes ventajas del festival está el hecho de que el visitante puede practicar surf a unos metros del recinto y disfrutar de la música y la vida del festival al mismo tiempo. Con la entrada, la organización ofrece clases para los iniciados y para aquellos que tienen ganas de aprender a cabalgar las olas.

Otro de los mayores alicientes del evento es el precio. No han perdido el norte y pese al rotundo éxito conseguido en cada edición, el abono para los cuatro días cuesta apenas 38 euros si se compra en la misma taquilla. A pesar de las habituales quejas los baños eran escasos, el Motorbeach promete seguir siendo una cita imprescindible para muchos moteros y surfistas, y para todos aquellos a los que les guste la buena música. Su lema lo deja bien claro: "Gasolina y salitre".

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