Columna

Déjenme descubrir el cine donde yo quiera...

No me enamoré de 'El padrino' o 'Plácido' en una sala. Las adopté felizmente en la tele de casa

Tráiler de 'Okja'.

Okja es una buena película, pero no sabremos nunca cuánto dinero podría recaudar en taquilla ni medir con facilidad qué éxito puede tener entre el público porque nunca se verá en las salas. El filme se ha estrenado esta semana en Netflix después de haberse presentado en el Festival de Cannes con polémica. Pero lo importante aquí no es ya si el cine solo hay que verlo en pantalla grande o no. Sí, siempre es mejor v...

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Okja es una buena película, pero no sabremos nunca cuánto dinero podría recaudar en taquilla ni medir con facilidad qué éxito puede tener entre el público porque nunca se verá en las salas. El filme se ha estrenado esta semana en Netflix después de haberse presentado en el Festival de Cannes con polémica. Pero lo importante aquí no es ya si el cine solo hay que verlo en pantalla grande o no. Sí, siempre es mejor verlo en grande, con buen sonido, a gusto, compartiendo la experiencia con más gente. Que sí. Que ojalá no desaparezca el cine tal y como lo conocemos, pero no creo que las plataformas digitales y su agresiva apuesta vayan a acabar con él.

Lo importante, con la bonita película del maestro Bong Joon-ho (autor de joyas como Snowpiercer o Memories of Murder) como ejemplo, es que al estrenarla directamente en una plataforma digital, llega de inmediato a millones de personas. No hay que buscar una fecha para ir al cine, se puede ver en cualquier momento, con quien se quiera, de forma legal y en muchos hogares con muy buena calidad. Cada vez hay más películas que llegan directamente a nuestras casas y no huelen a televisión, a telefilme. Claro, que eso no significa que todas sean buenas (Okja lo es).

Para plataformas como Netflix o Amazon (que produce películas que sí pasan por salas, como Manchester frente al mar, que se llevó dos premios Oscar), obviamente, es negocio, pero para quien ame el cine es también una buena noticia. El cine lo descubrí en casa, en la época en la que comenzó el VHS, ahí es nada. Lo descubrí en pantallas de televisión diminutas al lado de lo que tenemos ahora, incluso alguna en blanco y negro. Y amé el cine desde el primer minuto. No dejaré de ir a las salas (y eso que cada vez las entradas son más prohibitivas) pero no puedo dejar pasar la oportunidad de ver fácilmente películas, de descubrir filmes que igual en el cine no vería o ni me enteraría que existen. Como hacía con los videoclubs. Yo no descubrí El padrino, El apartamento o Plácido en una sala. Las adopté felizmente en casa, con mi familia o amigos. Aunque luego las tres las he visto en reposiciones en pantalla grande y las he adorado aún más.

Me apunto a todo lo que sea globalizar el cine (los que vivimos en Madrid tenemos una oferta decente de salas grandes y en versión original, pero en otras ciudades, ¿cómo hacen para ver películas, si es que llegan?). Y que todo tipo de obras llegue a todo tipo de gente. Y en el caso de Okja me apunto a que Bong Joon-ho tenga de golpe a 100 millones de potenciales espectadores que le descubran y que igual luego buscan sus otras películas...

Cada vez tenemos mejores aparatos de televisión en casa con buena imagen y mejor sonido, que no todo son teléfonos móviles o tabletas cuando hablamos de los servicios en streaming. Me acuerdo ahora de David Lynch diciendo que si ves Twin Peaks en un móvil que al menos le enchufes unos buenos auriculares... Todo es montárselo lo mejor posible.  Pero da igual lo que lloremos o no sobre el cine. Al final será la industria y el dinero los que determinen cómo veremos las películas los próximos años. Así que mejor disfrutar de lo que se tiene, que ahora es variado y rico en posibilidades...

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