Opinión

Viva Gonzo

Desde hace semanas, Fernando González, 'Gonzo', está relatando historias de refugiados asfixiados entre las fronteras europeas

Imagen de uno de los reportajes de Gonzo con los refugiados sirios.

Si uno de los méritos del periodismo inteligente es trazar la línea que une los puntos para que no asimilemos los hechos en monodosis sueltas de la realidad, sino enlazadas en un contexto que debemos conocer, esa inteligencia está hoy, curiosamente, en un programa de humor: El intermedio. Mientras los informativos de televisión ofrecen retahílas más o menos ordenadas de los ingredientes al alcance, el programa de Wyoming nos sirve el plato en su punto. Sin desperdicio. Para rebañar.

Si el Partido Popular ha criticado ...

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Si uno de los méritos del periodismo inteligente es trazar la línea que une los puntos para que no asimilemos los hechos en monodosis sueltas de la realidad, sino enlazadas en un contexto que debemos conocer, esa inteligencia está hoy, curiosamente, en un programa de humor: El intermedio. Mientras los informativos de televisión ofrecen retahílas más o menos ordenadas de los ingredientes al alcance, el programa de Wyoming nos sirve el plato en su punto. Sin desperdicio. Para rebañar.

Si el Partido Popular ha criticado a Iceta por bailar con chispa en un mitin, El intermedio nos enseña cómo antes bailaron Aguirre, Trillo o Cospedal. Si Artur Mas explica el último escándalo de corrupción como el fruto de un escrutinio salvaje y exclusivo de sus cuentas, el Gran Wyoming nos enseña a líderes del PP en idéntica actitud. Pobres dirigentes del PP y de Convergència; ahí les vemos sufrir demasiado.

Y todo eso ocurre sin que el humor, sabroso, trabajado y puntiagudo, impida el paso a la verdad más cruda.

Desde hace semanas, mucho antes de que la muerte de un niño sirio en la playa removiera algunas conciencias, Fernando González, Gonzo, está relatando historias de refugiados asfixiados entre las fronteras europeas. Con una seriedad sin dramatismos, una profesionalidad vieja y una empatía infinita hacia lo que está viviendo, Gonzo, pero también Sandra Sabatés y Wyoming, nos hacen pasar hasta la cocina de esta crisis sin que nos sintamos incómodos ni nos moleste la risa que se nos quedó congelada entre los labios. Porque el formato es flexible, ambicioso, gracioso y grande a la vez.

Curiosos son estos tiempos en que la información está en el humor y el humor en la información. Mi única sugerencia es que, en lugar de El intermedio, sus responsables busquen un nombre más acorde a la función principal. Sin más actos.

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