Se busca espectador colaborador

Los creadores compensan el aura perdida de la obra con el hechizo de la promiscuidad y la estrella. La Bienal Leandre Cristòfo participa de esta naturaleza informal y discursiva

Obra de Juan Pérez Agirregoikoa, en una de las salas.J. V. Pou

Tras la explosiva mercantilización del arte, hace ya unas cuantas décadas, que convirtió el objeto artístico en un producto sistematizado de consumo, la mayoría de los creadores se las han arreglado para compensar el aura perdida de la obra (Benjamin) con el falso hechizo de la promiscuidad y la estrella (Warhol, Koons), cuando no a través de técnicas deconstructivas que se valen de la ironía, la simulación y la manipulación (edición). La obra rompe definitivamente sus límites formales, es un campo de ...

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Tras la explosiva mercantilización del arte, hace ya unas cuantas décadas, que convirtió el objeto artístico en un producto sistematizado de consumo, la mayoría de los creadores se las han arreglado para compensar el aura perdida de la obra (Benjamin) con el falso hechizo de la promiscuidad y la estrella (Warhol, Koons), cuando no a través de técnicas deconstructivas que se valen de la ironía, la simulación y la manipulación (edición). La obra rompe definitivamente sus límites formales, es un campo de operaciones expandido, contextual e interdisciplinar; el artista se convierte en antropólogo y comienza a centrar su interés en cuestiones como la sociabilidad o la subalternidad, llegando incluso a “embellecerlas”, cuando no a pervertirlas.

Los trabajos seleccionados para la IX Bienal de Arte Leandre Cristòfol, que impulsa desde 1997 el centro La Panera, participan de esta naturaleza informal y discursiva. Sus autores se inspiran en los objetos performativos de Fluxus y los materiales humildes de los povera, y transforman los recursos del readymade y la reproducción. La instalación es el formato por defecto y la bienal el dispositivo común (de gran parte del arte contemporáneo). Con frecuencia, los efectos son más erráticos que comunicativos, pero para muchos comisarios —y ahí le ven la gracia— el espectador ha de reactivar estas unidades (Barthes).

La mayoría de las obras de esta muestra en Lleida están relacionadas con la arquitectura utópica (Eva Fàbregas, Andrés Jaque), los movimientos de protesta ciudadanos (Marco Godoy), la privatización del espacio público y los movimientos de capital (Mercedes Mangrané, Juan Pérez Agirregoikoa). Otros autores, como Verónica Vicente, Guillermo Mora, Julia Spínola, Mauricio Vallejo, Alex Trochut y Xavier Mañosa, optan por materiales más convencionales, pintura, cerámica u objetos domésticos, para abordar las condiciones de la producción artística y de estrategias de percepción.

Más allá de la pertinencia o no del papel de “colaborador” del visitante de una bienal, en unos tiempos como los actuales, cuando la antinomia entre artista y producción capitalista ha desaparecido por desgaste, urge repensar la función de este tipo de eventos, cada vez más difusa y alejada de nuestro deseo de autodeterminación política y social.

IX Bienal de Arte Leandre Cristòfol. Centro de arte La Panera, Lleida. Hasta el 24 de mayo.

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