Tópicos triunfantes

Lo más divertido de los Goya suele ser observar la actitud de ciertos medios en los días antes de la gala. Responden a la estrategia militar del ataque preventivo

Un momento de la gala de los Goya 2015.Claudio Alvarez

Lo más divertido de los Goya suele ser observar la actitud de ciertos medios en los días antes de la gala. Responden a la estrategia militar del ataque preventivo. Para tratar de frenar las ansias críticas que puedan tener algunos de los premiados en sus discursos, se les intenta amordazar con un ataque directo al gremio, una descalificación ideológica y poniendo a circular los tópicos de siempre. Desde que los actores sirvieron de altavoz en una gala memorable al clamor de la gran mayoría de españoles contra nuestra participación en la ...

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Lo más divertido de los Goya suele ser observar la actitud de ciertos medios en los días antes de la gala. Responden a la estrategia militar del ataque preventivo. Para tratar de frenar las ansias críticas que puedan tener algunos de los premiados en sus discursos, se les intenta amordazar con un ataque directo al gremio, una descalificación ideológica y poniendo a circular los tópicos de siempre. Desde que los actores sirvieron de altavoz en una gala memorable al clamor de la gran mayoría de españoles contra nuestra participación en la guerra de Irak, la prioridad era eliminar su voz en futuras cuestiones sociales. Desacreditarlos para callarlos. Pasado un tiempo, se observa el éxito del ataque; muchos se lo piensan antes de expresar sus opiniones y en casi todas las profesiones públicas ha calado el mensaje de mejor no significarte políticamente.

Una sociedad reprimida expresará su descontento de maneras muchos menos racionales que la palabra, la crítica y la puesta en común de opiniones contrapuestas. Del “haga como yo, no se meta en política” que Franco legó como aviso para caminantes, se ha pasado a una más sutil mordaza. Nadie en su sano juicio concederá a los actores la autoridad de un estadista ni de un líder político, pero la voz libre de las personas es el mejor sonido que puede tener una democracia, aunque a los guardianes de un poder y un orden que les favorece, esto no les guste.

Las opiniones existen para ofrecer a quien escucha una diferente perspectiva. Terrible sería que solo políticos y columnistas podamos opinar en voz alta sobre asuntos que afectan a todos. La periodista Mayte Alcaraz repitió, en Los desayunos de TVE previos a los Goya, que el cine español debería dejar de hacer tantas películas sobre la Guerra Civil. El presidente de la Academia le hizo ver la verdad, que se han hecho pocas, de hecho es un tema vetado, por lo que la periodista redirigió su ataque contra todo cine ideologizado. He ahí la exacta enunciación del problema. La incomodidad ante la memoria y el discurso complejo. Comedias, thrillers, musicales, películas de catástrofes, son géneros diversos, pero todas transmiten una visión ideológica del mundo. Saberlo nos hace mejores espectadores, algo más resistentes a los tópicos.

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