Opinión

Tiro la toalla

Si la economía fuera al ritmo de trote de Merkel y Rajoy, podríamos estar tranquilos

Animada por la oferta de una toalla si descubría al asesino antes de que acabara el capítulo, corrí a sentarme ante CosmopolitanTV para ver Crimen en el paraíso. No podría confesar si el plan me convenció más por ser del género negro o por mi secreta adicción a lo gratuito —como las pegatinas que traen las bolsas de patatas fritas o las bayetas nuevas en los suavizantes, tan irresistibles—, pero ahí estaba yo, mando y móvil en mano, dispuesta a desentrañ...

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Animada por la oferta de una toalla si descubría al asesino antes de que acabara el capítulo, corrí a sentarme ante CosmopolitanTV para ver Crimen en el paraíso. No podría confesar si el plan me convenció más por ser del género negro o por mi secreta adicción a lo gratuito —como las pegatinas que traen las bolsas de patatas fritas o las bayetas nuevas en los suavizantes, tan irresistibles—, pero ahí estaba yo, mando y móvil en mano, dispuesta a desentrañar el crimen y a contarlo en Internet.

Pero falló la tecnología y me tuve que conformar con la oferta de la TDT, que no incluye premios, pero que puede ser un premio en sí mismo si uno le sabe sacar provecho. El último superviviente, por ejemplo, prometía en Discovery MAX sobredosis de emoción al acompañar a Jake Gyllenhaal de aventuras por Islandia. Ver a uno de los rostros más turbadores del cine reciente reptando por una cuerda para atravesar un barranco era algo así como perder el aliento ante un crimen demasiado perfecto. Y la intriga duró, lo juro. La decepción se produjo cuando, superado el desafío, se le preguntó: “¿Qué sientes?”. Esperaba alguna frase para la memoria, pero el hombre que nos sedujo con su zamarra lanuda ante retos mucho más desgarradores solo dijo: “¡Uuuh, uuuh, qué subidón!”. Tuve que escribir cien veces en la pizarra Brokeback mountain me enamoró” para mantenerle el respeto.

Y mientras tanto, me desconsolaba viendo a muchos privilegiados pugnando por la toalla en el hashtag #descubrealasesino. Estos podían ser varios, a juzgar por los tuits, pero la toalla solo una, y no iba a ser para mí.

Salté entonces a Noticias Antena 3, donde el paso de Rajoy y Merkel me hizo confiar en la buena marcha de la economía. Si esta fuera de verdad al ritmo de trote de ambos líderes, me dije, podríamos estar tranquilos. La decepción llegó esta vez cuando supe que el presidente quiere apoyos para que Cañete (el hombre que no amaba debatir con las mujeres) logre un puesto en la Comisión. Parece que tiene esperanzas.

Decidí apagar la televisión porque a ese ritmo, el criminal (de ficción) iba a ser yo. En mi trama imaginaria gané la toalla, claro. Pero de inmediato la tiré.

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