Mónica Ceberio, Jon Sistiaga, Mikel López Iturriaga y María Guerra recuerdan su etapa en la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS
Los periodistas participaron en una jornada de puertas abiertas de la escuela, que tiene abierto su plazo de inscripción
La escuela de periodismo UAM-EL PAÍS se prepara para comenzar un nuevo curso académico y ha organizado una jornada de puertas abiertas en la que ha reunido a cuatro de sus exalumnos más reconocidos: María Guerra, Jon Sistiaga, Mikel López Iturriaga y Mónica Ceberio. El periodo de inscripción está abierto hasta el 6 de septiembre.
Los perfiles no se escogieron al azar. Javier Moreno, director de la escuela, buscó entre sus compañeros a cuatro personalidades que aportasen diversidad a la jornada. Escogió a profesionales de la radio, la prensa y la tele; periodistas que se reinventaron durante su carrera o que crearon su marca personal; algunos que se convirtieron en rostros del grupo PRISA ―empresa editora de EL PAÍS― y otros que han hecho camino en otras cabeceras.
Mónica Ceberio: “El máster fue el año de mi vida”
Mónica Ceberio es hoy directora adjunta de EL PAÍS y responsable de fin de semana, pero en 2005, año en que entró al máster en su 19º promoción, era alguien que buscaba dar un giro a su carrera profesional. Había estudiado Derecho y Ciencias Políticas y ejercía de ello, pero la espina de no haber hecho Periodismo se le había clavado tanto que lo dejó todo para iniciar otro camino, que no empezar de cero.
“Vi que iba a cumplir 30 años y eso -los despachos de abogados- era lo que iba a ser en la vida”, recordó Ceberio explicando cómo tomó la decisión de cambiar de profesión. Aunque, cuando entró en la escuela, le costó dejar atrás las muletillas y la redacción propia del ámbito jurídico y adaptarse al periodístico. Relató, entre risas, cómo un profesor suyo le recordaba siempre que la escuela no era “la gacetilla jurídica de Alcalá de Henares”. De aquel año de máster, además de la exigencia de las correcciones, Ceberio destacó la convivencia con los compañeros y el sentimiento de unión que se creó entre ellos.
La periodista reconoció que el sueldo de la profesión no es el mayor atractivo, pero que tiene otros aspectos que compensan: “Te paga en experiencias, te permite vivir cosas que otros trabajos no te aportan”. Una de esas experiencias es su viaje a Ucrania, donde estuvo hace un mes grabando un documental que se emitirá próximamente. Ceberio enfocó su carrera profesional hacia la gestión y organización del periódico hasta terminar siendo directora adjunta de EL PAÍS, pero admitió que echaba de menos contar historias.
Jon Sistiaga: “Aprendí todo lo que no había aprendido en cinco años en la universidad”
Jon Sistiaga fue el único de los cuatro invitados que sí había cursado Periodismo antes de entrar al máster, aunque él no lo definió así. “Vine de malgastar cinco años de mi vida en la cafetería y la vida pasaba mientras sucedían otras cosas que me gustaría hacer”, confesó nada más comenzar su charla con Javier Moreno. Sistiaga comparó el máster con el grado en Periodismo como más práctico, centrado y aplicado. “Aprendí todo lo que no había aprendido en cinco años en la universidad, concentra todo el saber que necesita tener un periodista”, enfatizó.
Después de su paso por la escuela hizo carrera fuera del diario. Especialmente en sus trabajos iniciales sintió “un respeto por venir de la escuela”. Se veía mejor preparado que sus compañeros: “Les pasaba por la derecha, sabía lo que había que hacer, dónde mirar, qué elegir”. Pasó por televisión y cubrió conflictos internacionales, entre ellos la guerra de Irak; dirigió las series de Tabú y ETA: El final del silencio y el año pasado publicó Purgatorio, una novela que trata de los crímenes impunes y abiertos de ETA y el conflicto vasco.
Sistiaga rememoró la sorpresa que sitió al darse cuenta de que podía no haber estudiado el grado en Periodismo, sino en cualquier otra materia, y desde entonces siempre recomienda “cultivar las rarezas” de cada uno, estudiar y leer de aquello que suscita interés en uno mismo y después aplicarlo al periodismo.
Mikel López Iturriaga: “Yo no tenía vocación de periodista”
Mikel López Iturriaga, una de las caras más reconocidas de El Comidista, dedicó parte de su intervención a defender los diferentes tipos de periodistas, más allá del prototipo aventurero que se sitúa en la primera línea del frente.
Estudió Filología Hispánica por “fastidiar” a su padre y, sin saber qué hacer al terminar, una redactora de EL PAÍS, le habló del máster. “Yo no tenía vocación de periodista”, admitió Iturriaga entre risas. A pesar de ello, se unió a la Escuela y durante la sexta promoción aprendió a hacer un periodismo “digno”, a cuidar el acabado de los textos, a pensar mucho en el lector y, sobre todo, a que sus profesores criticasen su trabajo. “Si todo lo que haces te lo alaban, no aprendes nada”, declaró el periodista. Varios de los participantes coincidieron en destacar la utilidad de las valoraciones de sus profesores, que los prepararon para lidiar con los comentarios de los lectores que recibieron más adelante como profesionales.
Iturriaga es ejemplo de reconversión en la profesión y creación de marca personal. Trabajo en EL PAÍS en una sección musical durante siete años y después hizo vida fuera del diario, en los primeros medios digitales que iban surgiendo en España, hasta que la crisis financiera de 2008 cerró el medio en el que trabajaba. Entonces, sin saber muy bien qué hacer, decidió crear un blog de cocina en el que volcó todos sus aprendizajes y que al poco tiempo despertó el interés de EL PAÍS: El Comidista.
A través de este espacio, hoy integrado en EL PAÍS Gastro, Mikel López Iturriaga ha logrado crear una marca con identidad propia. Cuando le preguntan sobre el éxito de su trabajo, Iturriaga lo relaciona con la sencillez: “Tratamos la comida desde un punto diferente, no somos nada elitistas. El humor engrasa mucho y la comida da lugar a eso”.
María Guerra: “He sobrevivido como periodista de cine porque informo, no opino”
María Guerra llegó al máster desde Filología Inglesa y es otro ejemplo de periodista con marca personal. Tras terminar el máster hizo prácticas en la sección de Internacional y en la SER, emisora que la vio crecer. “No me cogieron porque fuera lista, sino porque alguien dijo que tenía buena voz”, confesó la periodista. Guerra quiso compartir con los interesados en el máster uno de los consejos más útiles de su mentor, Carlos López Tapias, quien también fue profesor del máster y es invidente: “Nos decía que todos éramos ciegos escuchando la radio, pero también haciéndola”.
Su llegada a la radio en 2006 coincidió con el auge de las páginas webs y Javier Casal, periodista de la SER, le incitó a crearse un blog, que en aquellos años era algo nuevo y difuso. “Siempre hago caso al venado, al que hace las cosas diferente”, dijo la periodista mientras relataba el origen de La Script, una web de cine y series con la que se ha convertido en uno de los rostros más populares del periodismo cultural español.
Tras tantos años dedicada a la profesión confesó que se ha hecho un hueco porque ha “disentido de los jefes” y ha dado su opinión sin miedo. “Me han dejado decir”, reconoció Guerra haciendo alusión a las veces que ha mostrado opiniones contrarias a la mayoría, sin ser presionada por ello. Sin embargo, la periodista aconsejó no hacer demasiado uso de la opinión cuando se habla de cine: “He sobrevivido como periodista de cine porque informo. A la gente no le importa tanto la opinión, que es como los culos, todo el mundo tiene uno”.
Después de las entrevistas, los asistentes pudieron conocer las instalaciones de la escuela donde se imparte el máster y charlar con los alumnos que lo cursan actualmente.