Medios como la CNN, ‘The New York Times’ y ‘Associated Press’ rechazan la nueva política restrictiva del Departamento de Defensa de Estados Unidos
El jefe del Departamento, Pete Hegseth, advierte de que los periodistas de las corporaciones que no acepten las nuevas condiciones se arriesgan a perder el acceso al Pentágono
Las restricciones a la libertad de prensa por parte de la Administración de Donald Trump abren un nuevo capítulo en Estados Unidos con el plan del Departamento de Defensa de imponer nuevas condiciones a los reporteros acreditados en el Pentágono.
El secretario de Estado de Defensa, Pete Hegseth, un antiguo presentador de la Fox, ha pedido a los reporteros que firmen las nuevas normas restrictivas para acceder al Pentágono o entreguen sus acreditaciones de prensa. Diversos medios como la cadena CNN; los diarios The New York Times y The Washington Post, la revista The Atlantic; y agencias de noticias como Associated Press y Reuters se han unido para esgrimir que las condiciones impuestas por Hegseth socavan la libertad de prensa garantizada en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. Incluso Wewsmax, el canal por cable y web pro-Trump, se ha sumado al rechazo a la política de Defensa.
La Asociación de Prensa del Pentágono, que representa a los periodistas especializados, ha emitido un comunicado en el que señala que la nueva política impulsada por Hegseth “amordaza a los empleados del Pentágono y amenaza con represalias contra los periodistas que busquen información que no haya sido aprobada previamente para su publicación”. Los abogados de los medios de comunicación temen que los periodistas puedan ser demandados o sancionados por elaborar las informaciones habituales, según precisa el New York Times.
El documento, de 21 páginas, que el Departamento de Defensa, bautizado recientemente como Departamento de Guerra, pretende que firmen los reporteros establece varias restricciones. Además, señala que los periodistas pueden ser considerados “como riesgo para la seguridad” si difunden alguna información que no cuente con autorización de las autoridades del Pentagono.
Con su nuevo plan para los medios, Hegseth pretende que los periodistas solo puedan difundir información conseguida por la vía oficial, así como prohibir la entrada física a determinadas áreas. Y advierte del riesgo de perder el acceso al Pentágono que afrontan los reporteros cuyas corporaciones rechacen adherirse a las nuevas imposiciones.
“El acceso al Pentágono es un privilegio, no un derecho”, ha manifestado Hegseth en la red social X. Y ha añadido que la sede del departamento de Guerra , “tendrá a partir de ahora las mismas normas que todas las instalaciones militares de Estados Unidos”.
Los medios disponen hasta las 17.00 de la tarde de este martes (hora local en Washington) para decidir si firman o no el nuevo documento que impone las restricciones al trabajo de los medios. Si no lo suscriben, deberán entregar sus acreditaciones, según la política del Departamento de Defensa.
El mismo post de X resume el nuevo statu quo impuesto en el Pentágono como propio de “bobos” y basado en tres puntos: “los periodistas ya no se moverán libremente, deben llevar la credencial visible y no podrán incitar a la comisión de actos criminales”.
En diversas publicaciones difundidas este lunes, los medios que rechazan firmar el nuevo pliego de condiciones coinciden en el ataque que supone al mero ejercicio periodístico. Cabeceras como The Washington Post y The Atlantic manifiestan que en cualquier caso sus profesionales mantendrán la actividad informativa relacionada con las políticas militares del Gobierno de Donald Trump.
La Asociación de Prensa del Pentágono ha llamado a la “reconsideración de las nuevas e innecesarias condiciones requeridas para obtener un pase de prensa”, mientras que sus periodistas asociados que informan en la sede del Departamento lucen credenciales, respetan las zonas restringidas y evitan poner en riesgo a la población con sus informaciones.
El cerco a la libertad de prensa es un objetivo de Donald Trump desde la inauguración de su segundo mandato en la Casa Blanca. Un juez federal tumbó en septiembre la demanda que el magnate presentó contra The New York Times por difamación y libelo, y le obliga a reformular la pretensión por la que pretende obtener como indemnización 15.000 millones de dólares. En su cruzada contra los medios, a los que considera “el enemigo del pueblo”, Trump también ha interpuesto otra demanda a The Wall Street Journal por desvelar un dibujo mediante el cual felicitó el 50º cumpleaños del pederasta Jeffrey Epstein. Y ha restringido a AP el acceso al Despacho Oval por negarse a usar la denominación de Golfo de América, mientras recorta la financiación de los medios públicos estadounidenses y avanza en la clausura de los servicios de información exterior de Voice Of America.