Por qué los seguros para los coches eléctricos son más caros (y puede que se encarezcan)
Expertos y aseguradoras culpan al coste de las baterías, a un intenso uso urbano que eleva el riesgo de colisiones y al encarecimiento de las reparaciones en caso de avería
Si usted acaba de comprarse un coche eléctrico y está buscando un seguro, habrá comprobado que los precios son más caros que en modelos similares de combustión —aunque hay excepciones—. No hay comparativas oficiales, pero la organización de consumidores OCU cifra el sobrecoste en un 17%, mientras PIB Group —que aglutina corredurías en 20 urbes— estima que la diferencia oscila en...
Si usted acaba de comprarse un coche eléctrico y está buscando un seguro, habrá comprobado que los precios son más caros que en modelos similares de combustión —aunque hay excepciones—. No hay comparativas oficiales, pero la organización de consumidores OCU cifra el sobrecoste en un 17%, mientras PIB Group —que aglutina corredurías en 20 urbes— estima que la diferencia oscila entre un 10% y un 30% más. Detrás de este fenómeno hay motivos como el coste de las baterías, reparaciones más caras, un uso urbano intenso que eleva la probabilidad de colisiones, los posibles ataques informáticos y coberturas especiales, como el robo del cable de recarga o quedarse sin energía. En España no hay datos de siniestralidad por tipo de vehículo, aunque varios estudios internacionales señalan que los cero emisiones pueden tener más riesgo de chocar con peatones y ciclistas en las ciudades.
“En OCU hemos analizado 23 pólizas a todo riesgo, de entre 400 y 1.700 euros, con un conductor tipo y un vehículo similar de gasolina y eléctrico. En el segundo caso, la diferencia se acerca al 20%”, explica Enrique García, portavoz de la OCU. “En teoría, son cálculos por el coste de reparación más elevado, sobre todo si se ve dañada la batería”, añade.
Coincide Álvaro Sauras, portavoz de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE): “Las aseguradoras son muy prudentes y con los eléctricos hay un elemento que puede plantear riesgos, que es la batería. Si tienes un accidente que afecta a la batería, el fabricante puede decir que no hay piezas, sino que habría que cambiarla entera, lo que puede suponer un precio muy elevado y obligar al siniestro total”.
Ese problema solo debería afectar a los seguros a todo riesgo, no a los de terceros. García, de la OCU, apunta: “En la práctica, se contratan pocos seguros a terceros para eléctricos, porque son coches muy nuevos y casi todos los compradores optan por coberturas ampliadas en los primeros años de vida del vehículo. En cualquier caso, la prima para eléctricos a terceros no debería ser superior. Puede haber razones comerciales, es decir, que las aseguradoras intenten orientar a los usuarios hacia seguros con coberturas ampliadas, elevando mucho el precio de la cobertura básica”.
Sin embargo, las averías completas de baterías son minoritarias, tal y como explica Jorge González, director de 80% eléctrico, un taller especializado en cero emisiones: “Suele haber problemas en la carrocería, los rodamientos, la refrigeración o la caja de transmisión, que se pueden solucionar perfectamente”. Si hubiera que cambiar la batería, el coste sí que es más alto: puede oscilar entre los 10.000 a los 40.000 euros, según sus cálculos.
PIB Group Iberia agrupa corredurías, por lo que están acostumbrados a comparar tipos de seguros. “No solo es que los precios para eléctricos sean más caros, sino que el número de aseguradoras que aceptan la contratación de seguros para estos vehículos es más reducido. Es un mercado todavía en análisis a nivel de siniestralidad”, detalla Roberto Castillo, su portavoz.
Y añade: “La reparación de cero emisiones requiere de una especialización de los talleres, por lo que suelen ser más caras. Además, existen coberturas que se ven más afectadas, como la asistencia en viaje para cuando se quedan sin carga en las baterías. Y hay coberturas específicas, como el robo del cable de recarga o la responsabilidad civil por los daños causados a estaciones de recarga”.
Un portavoz de la aseguradora Occident comenta: “La prima puede incrementarse, aunque no en todos los casos, por riesgo de incendio y daños eléctricos. Y hay coberturas exclusivas, como protección de daño en el cable de carga o frente a ciberataques, un riesgo emergente asociado a la conectividad avanzada de estos automóviles”. También hay que tener en cuenta el remolcaje en caso de quedarse sin batería.
Zurich, una de las mayores aseguradoras del país, vincula las primas mayores con el mayor valor del vehículo. “Además, el coste de reparación suele ser más elevado debido a la necesidad de reemplazo de baterías eléctricas”, remarcan. En su caso, la diferencia de un todo riesgo con franquicia sería de algo menos de 50 euros, costando en torno a 500 euros para un cero emisiones y aproximadamente 455 para uno de gasolina. También se nota en el seguro a terceros: “Los eléctricos tienen mayor aceleración que el resto, por lo que el número de accidentes vinculados a la cobertura de terceros también es mayor”, apuntan.
Más silenciosos, mayor riesgo de colisión
La Dirección General de Tráfico (DGT) no cuenta con datos de siniestralidad por tipología de vehículo en España. Sin embargo, sí se han llevado a cabo trabajos en otros países, tal y como explica David Lois, profesor de Psicología Social en la UNED y experto en movilidad: “Un estudio en Reino Unido muestra que los coches eléctricos tienen tres veces más posibilidades de causar heridas a los peatones en caso de atropello, mientras otro trabajo en Noruega concluye que los eléctricos tienen más riesgo de colisionar con peatones y ciclistas. En ambos hablan de la posible influencia del bajo ruido de sus motores, porque peatones y ciclistas estamos acostumbrados a escuchar el ruido del motor como señal de peligro”.
Hay más. “Un tercer estudio analiza 15.000 partes de seguro en Países Bajos —un lugar con muchos cero emisiones— y señala que hay más partes en los que son culpables los dueños de eléctricos, a pesar de recorrer distancias más cortas. Las conclusiones reafirman que la reducción del ruido aumenta el riesgo de colisiones. También comentan que conducir con solo un pedal —ya que al soltar el acelerador también frena— puede generar distracciones y requerir de una curva de aprendizaje mayor para los conductores, así como una aceleración más rápida que puede ser más difícil de controlar para conductores con poca experiencia”.
José María Maté, portavoz de la aseguradora Allianz, añade: “El uso de los coches eléctricos se caracteriza habitualmente por un perfil intensivo y predominantemente urbano. Este tipo de circulación, aunque más sostenible, puede incrementar ciertos riesgos asociados al tráfico, como colisiones a baja velocidad o incidentes en maniobras”.
En esto coincide José-Martín Castro, portavoz de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER): “Al ser vehículos urbanos, presentan un mayor riesgo de pequeñas colisiones, aunque estas suelen tener menor gravedad que los accidentes en carretera”. Maté retoma: “Los usuarios de estos vehículos suelen tener más conciencia ambiental y tienden a un comportamiento más prudente al volante, un factor positivo a la hora de evaluar el riesgo”.
No todo el mundo coincide en este análisis. Aedive (la patronal de los coches eléctricos), Feneval (de los vehículos de alquiler) y AER (renting) consideran que los precios de las pólizas para cero emisiones no son mucho más elevadas que para combustión. Algunas aseguradoras, como Línea Directa o Generali, señalan que mantienen precios casi idénticos para ambos modelos en condiciones similares. “La motorización eléctrica no encarece la prima por sí misma, sino que depende de las características del coche y del asegurado”, apunta un portavoz de la primera. Allianz y Mapfre explican que es complejo hablar de precio teniendo en cuenta solo el modo de propulsión.
Eléctricos bonificados
Mutua Madrileña, por su parte, ofrece una bonificación del 10% para los cero emisiones. “Los clientes con estos vehículos tienen un descuento en los productos de terceros de en torno a los 40-50 euros, y de 80-90 euros en los productos todo riesgo, con o sin franquicia”, cuenta Jorge Vázquez, director de seguros de auto de la entidad.
González, de 80% Eléctrico —donde ofrece formación a mecánicos y peritos—, da otra idea: “Las compañías de seguros han estado haciendo guerra de precios durante unos años en los que había pocos coches, pero eso era insostenible a largo plazo. Ahora hay mucha más demanda y las piezas son más caras y tardan más en llegar”.
Lois retoma: “Vistos los estudios en otros países con más cero emisiones, mi predicción es que el precio de las pólizas de los eléctricos en España irá a más. Y las compañías que no lo hacen es porque todavía no han detectado este efecto en la siniestralidad, porque no tienen masa crítica de eléctricos aún”. Sauras, de AUVE, añade: “Varias compañías tienen pólizas específicas para eléctricos, pero creo que más bien están aprovechando para atraer clientes cuando hay pocos, no creo que hayan hecho un estudio riguroso”.
Una idea de futuro para bajar las pólizas es la que ya aplica Tesla en EEUU: se ceden los datos de conducción a la marca y esta, a cambio, aplica descuentos si se conduce de forma cuidadosa y responsable, así como pocos días al año. Los modelos eléctricos cuentan con datos de telemetría que facilitan esta modalidad, aunque a cambio de perder privacidad. En España, Dacia lanzó un servicio similar a final del año pasado, junto con Mapfre: si el cliente le cede sus datos, puede ahorrar hasta un 30% en la siguiente póliza.