La UE da un plazo de ocho años para eliminar el relleno de caucho en los campos de césped artificial
Bruselas considera al polímero elástico como un material altamente contaminante por su propagación de microplásticos en el aire
La batalla de la UE contra la propagación de microplásticos ha dado lugar esta semana a un bulo rápidamente extendido por las redes sociales: que los campos deportivos de césped artificial tenían sus días contados. Pero no es así. Tras la publicación, a finales de septiembre, en el Diario Oficial de la Comisión Europea de un nuevo reglamento que pretende limitar la fabricación y la comercialización de productos que d...
La batalla de la UE contra la propagación de microplásticos ha dado lugar esta semana a un bulo rápidamente extendido por las redes sociales: que los campos deportivos de césped artificial tenían sus días contados. Pero no es así. Tras la publicación, a finales de septiembre, en el Diario Oficial de la Comisión Europea de un nuevo reglamento que pretende limitar la fabricación y la comercialización de productos que desprendan partículas contaminantes para el aire, este martes entran en vigor las primeras medidas que restringen los microplásticos añadidos intencionadamente a los productos. El objetivo es “evitar la liberación al medio ambiente de aproximadamente medio millón de toneladas de microplásticos”, según Bruselas.
Y entre los productos señalados, además de materiales usados en detergentes, en cosméticos o en la purpurina, entre otros, figura la “restricción del relleno granular utilizado en superficies deportivas sintéticas”, que según la Comisión Europea es “la mayor fuente de microplásticos intencionales en el medio ambiente”. Hablamos del sustrato de caucho, un polímero elástico que se suele utilizar para amortiguar el bote del balón en las superficies duras. Según la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, el caucho es “el mayor contribuyente en términos de uso de microplásticos en los productos, así como la mayor fuente de emisiones medioambientales”.
No obstante, la restricción, subrayan fuentes comunitarias, no es inmediata en todos los casos, especialmente en lo que atañe al producto que afecta a los campos artificiales. Para empezar, puntualiza una portavoz de la Comisión Europea consultada, los productos que contengan microplásticos añadidos intencionadamente y que se hayan introducido en el mercado antes del 17 de octubre de 2023, incluidos los stocks, no necesitan ser retirados del mercado, sino que pueden seguir vendiéndose hasta fin de existencias. Así, incluso aquellos productos cuya prohibición de venta es inmediata a partir de este martes, como los cosméticos que contienen microesferas (pequeñas esferas de plástico usadas para la exfoliación) o la purpurina en polvo hecha de plástico, podrán venderse hasta agotarse la oferta existente.
Además, en la mayoría de los casos —y ahí entra el relleno granular de caucho del césped artificial— la prohibición de venta no se aplica desde este mismo martes, sino que se prevé un periodo transitorio más largo. En el caso de los campos artificiales esta transición es de ocho años, con el objetivo de “dar a los propietarios y gestores de terrenos de juego el tiempo necesario para cambiar a otras alternativas y permitir que la mayoría de los terrenos deportivos existentes lleguen al final de su vida útil”. De igual manera, subraya la Comisión, no será necesario “eliminar” los campos deportivos que ya existan cuando se cumpla este periodo, incluso si contienen microplásticos, ya que la prohibición se limita a la venta de materiales nuevos.
Fuentes de la Comisión indican que tras la idea de prohibir los microplásticos no solo está el afán de protección medioambiental, sino también la idea de promover la actividad de numerosas empresas, sobre todo europeas, que ya proponen alternativas más ecológicas a estos materiales altamente contaminantes.
Una de las alternativas al uso de caucho más viables que se han propuesto hasta ahora es un compuesto llamado Ecolastene, producto desarrollado por la compañía Green World Compounding, con sede en Murcia. Se trata de un material superior a cinco milímetros, con facilidad para reciclarse al final de su vida útil. Esta es solo una de las opciones dentro de otras que podrán explorar las distintas administraciones de los clubes deportivos, que encuentran en el césped artificial una manera de reducir considerablemente los gastos en el mantenimiento de los campos donde desarrollan sus actividades.
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