Aemet anuncia para la próxima semana un episodio con temperaturas propias de julio

De lunes a miércoles se registrarán entre 5° y 10° más de lo normal en la mayor parte del territorio. En el tercio sur de la Península se pueden alcanzar los 34°

El suelo reseco junto a la laguna de Navaseca, en Ciudad Real.Samuel Sanchez

Un auténtico reventón en los termómetros es lo que anuncia para la última semana de este mes la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Tras un descenso “notable pero breve” el fin de semana, a partir del domingo volverán a dominar las altas presiones, las temperaturas regresarán a las andadas y las precipitaciones serán de nuevo escasas, lo que agravará la sequía, todo ello acom...

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Un auténtico reventón en los termómetros es lo que anuncia para la última semana de este mes la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Tras un descenso “notable pero breve” el fin de semana, a partir del domingo volverán a dominar las altas presiones, las temperaturas regresarán a las andadas y las precipitaciones serán de nuevo escasas, lo que agravará la sequía, todo ello acompañado de la entrada de una masa atlántica de aire cálido. El resultado serán unas máximas “muy altas para la época”, que podrían superar los 30° no solo en el sur de la Península, como estas últimas semanas, sino también en el centro e incluso el norte. “Son valores propios del verano, de finales de junio o de primeros de julio, según las zonas”, afirma Rubén del Campo, portavoz de Aemet.

De momento, este jueves las temperaturas subirán, sobre todo en el tercio oriental peninsular. Se superarán los 25° en amplias zonas del territorio, incluso los 30° en el interior de la Comunidad Valenciana y en el valle del Guadalquivir. “Será una nueva jornada claramente más cálida de lo normal para la época”, subraya el meteorólogo, para precisar que los valores estarán entre 5° y 10° por encima del promedio.

En cambio, las temperaturas nocturnas sí serán más propias de abril, por lo que habrá una notable diferencia entre la madrugada y el mediodía. El viernes, la agencia no espera grandes cambios, aunque las temperaturas bajarán algo en Cataluña y en el oeste de Andalucía. “Seguirá el ambiente cálido para la época, con temperaturas entre 5° y 10° centígrados por encima de la media“, detalla el experto.

El fin de semana, el paso de un frente frío por España provocará un descenso térmico que será “notable pero pasajero”, además de lluvias en amplias zonas. Así, el sábado se espera una bajada de las temperaturas en casi todo el país, que en el norte y este puede ser de 6° a 8°. Pero no será un día frío, sino normal, con los valores “más propios” de estas alturas del año. Solo se subirá de 25° en el Guadalquivir y en puntos muy aislados del tercio oriental peninsular y de Baleares.

El domingo, tras el paso del frente, se impondrán de nuevo las altas presiones de la mano de una dorsal ―estructura en capas medias de la atmósfera, caracterizada por movimientos descendentes del aire y estabilidad―. Al aproximarse, arrastrará una masa de aire atlántico algo más templada que, por los movimientos descendentes, se calentará aún más sobre la Península y disparará los termómetros. Las mínimas de ese día serán frescas, pero las máximas iniciarán “un ascenso que continuará los siguientes días hasta cotas muy altas para la época”.

El periodo “inusualmente cálido para la época” comenzará el lunes, tendrá su pico el miércoles y algunos modelos lo alargan hasta el jueves o el viernes. Durante los tres primeros días de la semana, en los que el calor sí parece asegurado, las temperaturas estarán “claramente por encima de lo normal”, entre 5° y 10° más que la media usual en la mayor parte del territorio, incluso más de 10° en algunas zonas.

Así, el domingo, cuando “comenzará a gestarse” el episodio, ya se superarán los 25° en puntos del nordeste y en amplias zonas de Extremadura y del interior de Andalucía, con hasta 32° en el valle del Guadalquivir. El lunes, los 25° se instalarán en la mayor parte del país y se esperan hasta 33°/34° en el Guadalquivir; mientras que el martes, se pueden alcanzar los 30° en puntos del centro e incluso del norte, los 32° en buena parte de la mitad sur y los valles del Tajo y del Guadiana e incluso los 34° en el Guadalquivir, puntos del interior de la Comunidad Valenciana y de Murcia, así como en el bajo Ebro.

El miércoles, “el calor repuntaría y se podrían alcanzar los 35° en zonas del Guadiana y del Guadalquivir”. De producirse, serían los primeros 35° del año en la Península, ya que en Canarias los superaron en el episodio cálido de marzo. Algunas webs especializadas como Eltiempo.com sitúan la cota más alta en 36° en Sevilla, Córdoba y Murcia. Del calor solo se salvarían las comunidades cantábricas, donde se disfrutará de temperaturas más suaves, en torno a 20°-25°.

“Pero hay que ser prudentes, quedan todavía muchos días y hay cierta incertidumbre, por lo que hay que seguir la evolución de los pronósticos en los próximos días para ver si se confirma el episodio y sus verdaderas dimensiones”, matiza el portavoz de Aemet. Así, de momento es pronto para aventurar si se tratará del peor o uno de los peores episodios de calor en abril. Aunque estas temperaturas no son normales, tampoco son inéditas. Por ejemplo, en abril de 2011, una entrada cálida provocó máximas elevadas en áreas del sureste peninsular, con 37,4° en Murcia y, en abril de 1997, Sevilla registró su máxima de abril, 35,4°.

¿Se batirán récords mensuales? Para la Aemet también es demasiado pronto para determinarlo, pero Eltiempo.com habla de una “situación mucho más excepcional” que en episodios anteriores, con varios grados por encima y “valores récord para la fecha en amplias zonas del país”. En este sentido, el climatólogo Maximiliano Herrera, responsable de la cuenta Twitter Extreme Temperatures Around The World, apunta: “Decid adiós a los récords mensuales de Sevilla, Córdoba, Granada, Madrid, Toledo, etcétera...”. La temperatura más alta medida en la capital en abril, por ejemplo, es de 30,1°, un valor que lo normal es que se alcance a primeros de julio.

El embalse de Sau (Barcelona), el martes.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)

Las consecuencias a todos los niveles de este duro panorama meteorológico son muy graves, para empezar en las personas. Ante temperaturas tan anómalamente cálidas como estas, conviene tomar precauciones, porque “los primeros calores fuertes ponen en peligro a las personas cuya salud ya es delicada”, recuerda Del Campo. Y para seguir, en los pantanos. El veterano meteorólogo Francisco Martín, coordinador de la revista especializada RAM, advierte de que la sequía meteorológica de larga duración en la que lleva España desde diciembre, tras 36 meses de lluvias por debajo de lo normal, “empeorará durante los próximos días por la casi ausencia de precipitaciones, salvo las esporádicas y temporales de este fin de semana”. En los primeros 16 días de abril solo han caído cinco litros por metro cuadrado de media a los 32 de promedio en ese mismo periodo, por lo que el mes se encamina a ser el más seco de la historia. Y ya no es que no llueva, es que el calor evapora el agua.

A la lista de efectos perniciosos hay que sumar la agricultura y los incendios. “Esto es lo peor que puede ocurrir en una sequía duradera y pertinaz”, explica Martín, ya que se someterá “a los terrenos y a las plantas a un estrés térmico anómalo y con ausencia de lluvias. Si además y en algunos lugares se les une el viento, tendríamos el cóctel perfecto para que el riesgo de incendios aumente extraordinariamente”, alerta. Roberto Granda, de Eltiempo.es, también apunta de forma clara y directa a los efectos en la agricultura: “Decid adiós a casi toda la cosecha de aceituna”.

Este episodio cálido es el segundo que se produce en lo que va de primavera tras el de mediados de marzo, en el que se batieron al menos 10 récords con máximas de 31,8° y noches tropicales. En realidad, en lo que va de primavera apenas si se han registrado temperaturas propias de esta época del año, una muestra más de cómo el verano se está comiendo a esta estación como consecuencia del calentamiento global. “Está siendo una temporada de máximas cálidas y mínimas más normales. Salvo la primera semana de marzo, que fue muy fría, un pequeño bajón a mediados de la semana pasada y poco más, los valores están de forma sostenida por encima de lo normal”, certifica Del Campo.

Y el calor extremo, que el año pasado llegó a mediados de mayo con 40° en el valle del Guadalquivir, este año se presenta a finales de abril ya con 35°. “La tendencia es a un adelantamiento del inicio del verano y a una mayor probabilidad de que los episodios cálidos se produzcan antes y con más frecuencia y sean más duros como consecuencia del cambio climático”, concluye este experto. ¿Es todo esto un anticipo de un verano tórrido? Según la predicción trimestral de Copernicus, el periodo mayo-junio-julio presenta una mayor probabilidad de ser más cálido de lo normal, pronóstico que se refuerza de cara a junio-julio-agosto.

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