Jair Bolsonaro busca patrocinadores para 63 millones de hectáreas de Amazonia brasileña

El Gobierno quiere que empresas y particulares de Brasil y el extranjero den dinero para preservar reservas naturales que suman el tamaño de Francia

Vista aérea de la región amazónica brasileña, en junio de 2020. En vídeo, el anuncio del presidente Bolsonaro.Vídeo: GETTY | VIDEO: EPV

El Gobierno de Brasil pretende que empresas, fondos de inversión y particulares, tanto brasileños como del resto del planeta, aporten dinero para preservar la Amazonia. Con ese fin este martes lanzó una iniciativa en busca de patrocinadores para las 120 reservas naturales creadas en las últimas décadas, es decir, un 15% de la superficie de la mayor selva tropical del mundo en territorio brasileño. Son unos 63 millones de hectáreas. El prog...

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El Gobierno de Brasil pretende que empresas, fondos de inversión y particulares, tanto brasileños como del resto del planeta, aporten dinero para preservar la Amazonia. Con ese fin este martes lanzó una iniciativa en busca de patrocinadores para las 120 reservas naturales creadas en las últimas décadas, es decir, un 15% de la superficie de la mayor selva tropical del mundo en territorio brasileño. Son unos 63 millones de hectáreas. El programa Adopte un parque —nombre que minusvalora la exuberancia, extensión y el valor ecológico de esos territorios que suman el territorio de Francia— fue presentado por el presidente, Jair Bolsonaro, en Brasilia, este martes. Los ambientalistas lo consideran una iniciativa meramente propagandística.

Brasil siente cada vez más la presión política y comercial por la política de su Gobierno hacia la Amazonia, a la que se espera que se sume ahora Estados Unidos con Joe Biden. La iniciativa está abierta a patrocinadores extranjeros pese a que, para Bolsonaro y buena parte de los brasileños, el interés foráneo en el territorio amazónico esconde amenazas a su soberanía. Eso sí, el precio difiere. Los locales pueden adoptar una reserva ecológica por 50 reales la hectárea (8 euros, 9 dólares) y a los extranjeros les saldrá a 10 euros.

La primera, y única, empresa que por el momento ha aceptado participar es la cadena de supermercados francesa Carrefour. El presidente francés, Emmanuel Macron, es precisamente el mandatario que más duramente ha criticado en estos dos años al Gobierno de Bolsonaro por su desinterés en conservar la Amazonia, el aumento de la deforestación a niveles récord y el incremento de los incendios. El ultraderechista, que en campaña criminalizó a las ONG y prometió priorizar el desarrollo económico de Amazonia sobre su preservación, se refirió a la coincidencia: “A los que nos critican les podemos decir: ‘Mirad, no tenemos condiciones económicas para atender estas áreas, ayúdennos. Y una empresa francesa fue la primera en aparecer”.

Vista del área deforestada cerca de Sinop, estado de Mato Grosso, Brasi, en agosto de 2020 FLORIAN PLAUCHEUR (AFP)

Carrefour está necesitada de mejorar su reputación en Brasil después de que en noviembre pasado dos de sus guardas, blancos, mataran de una paliza a un cliente negro a las puertas de uno de sus supermercados. La multinacional tiene previsto, según el diario Estadão, formalizar la adopción de la reserva de Lago de Cuniã, de 75.000 hectáreas y ubicada en el estado de Rondonia, en la frontera con Bolivia. Este territorio del tamaño de Caracas tiene un estatus legal que permite la extracción controlada de madera o la agricultura de subsistencia. Otras cinco empresas negocian patrocinios, según reveló el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, a la agencia Bloomberg.

La gestión de las reservas —denominadas unidades de conservación— seguirá en manos de organismos medioambientales gubernamentales como el Ibama (Instituto Brasileño de Medio Ambiente) o el Instituto Chico Mendes (ICMBio, centrado en conservar la biodiversidad). Las ONG y activistas medioambientales sostienen que sería mucho más eficaz dejar de erosionar sistemáticamente la capacidad de estas instituciones. Greenpeace acusó en una nota al Gobierno Bolsonaro de impulsar “una nueva acción mediática para limpiar su imagen” mientras “sigue destruyendo los instrumentos que protegen las unidades de conservación, desguazando el ICMBio, militariza sus estructuras e impone importantes recortes presupuestarios”.

A Carrefour y a otras compañías que puedan estar interesadas, la gestora forestal y activista Cristiane Mazzeti les instó en un tuit a dejar de usar el medio ambiente para limpiar su reputación y “darse prisa para cumplir sus promesas de deforestación cero”.

Las tensiones internas en el Gabinete de Bolsonaro quedaron expuestas también en la presentación de Adopte un parque. El principal interlocutor de diplomáticos y fondos de inversión preocupados por la política ambiental del Gobierno es desde la crisis de los incendios de 2019 el vicepresidente, el general retirado Hamilton Mourão, que no participó en el acto, en el que sí estuvo el ministro Salles. El titular de Medio Ambiente dijo abiertamente en un Consejo de Ministros que iba a aprovechar que la pandemia atrae toda la atención mediática para aprobar leyes que debiliten la fiscalización ambiental y den facilidades al agronegocio.

El Gabinete Bolsonaro verbalizó por primera vez la idea de buscar patrocinadores para la preservación de la Amazonia en pleno rifirrafe público con el actor estadounidense Leonardo di Caprio en 2019, cuando los incendios devoraron miles de hectáreas en la Amazonia.

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