Lucas Cepeda, la joya que devolvió la esperanza

Todo fue fruto de la casualidad. Las lesiones de Osorio, Dávila, Pulgar y Alarcón obligaron al técnico Ricardo Gareca a evaluar convocatorias del medio local y, en esa emergencia, se allanó a tender un puente con Arturo Vidal, el más duro de los detractores del entrenador al frente de La Roja. La suspensión de Felipe Loyola ante Perú le dio la titularidad a Fabián Hormazábal, lo que consagró la llegada de jugadores del medio local, lo que era inusual en este grupo. Y, finalmente, la nueva lesión de Diego Valdés le abrió las puertas de la titularidad a Lucas Cepeda, el más reciente hallazgo del fútbol chileno.

Hay más. Durante el partido, Cepeda intercambió posiciones con el otro extremo, Alexander Aravena, lo que le permitió jugar por la derecha, con perfil cambiado, marcando dos goles en la sólida victoria de Chile ante Venezuela. Ungido como la figura del duelo, para Cepeda se abrió un horizonte que ya se vislumbraba por su temporada en Colo Colo.

La ‘joya del puerto’ es de Placilla, un barrio alto de Valparaíso. Desde pequeño quiso ser futbolista pero su afán de jugar por Colo Colo se estrelló con las dificultades económicas de su familia: debía viajar todos los días, sacrificar estudios y dinero, por lo que finalmente recaló en las divisiones menores de Santiago Wanderers, donde firmó su primer contrato profesional.

Este año fichó por Colo Colo, quien compró la mitad de su pase, que acaba de tasar, tras negociación para extender el vínculo, en tres millones de dólares. La explosiva irrupción en la selección —planificada o no— significó que Ricardo Gareca permaneciera al frente al menos hasta la fecha FIFA de marzo, donde Chile enfrentará a Paraguay y Ecuador, con la esperanza de arrimarse al cupo de repechaje en las clasificatorias.

Cepeda estudió en el Liceo México de Placilla, comuna donde su madre es funcionaria municipal. Las dificultades para criar a cuatro niños sin presencia paterna fueron cada vez mayores, pero a Lucas jamás le faltó apoyo para convertirse en jugador de fútbol. Por eso, en las inferiores del Wanderers, en su camiseta figuraba el apellido materno, Barturen. A punta de goles y desbordes destacó en el puerto hasta que se marchó, nuevamente, a Colo Colo.

Su representante es el poderoso y omnipresente Fernando Felicevich, cuestionado en el último tiempo por acelerar la salida de sus jugadores al extranjero, sin la madurez necesaria. Cepeda, a los 22 años, considerado el responsable del resurgimiento del optimismo en Chile y tras demostrar que no le pesan ni la camiseta de Colo Colo ni la de la selección, entiende que vive su momento dorado, pues el próximo año además debutaría en Copa Libertadores, si es que sigue en Chile.