Muere Luciano Pitronello, condenado en 2012 por poner una bomba en el centro de Santiago de Chile
El operador de grúa fallece a los 35 años tras sufrir una descarga eléctrica en una jornada laboral que le produjo un paro cardiorrespiratorio y graves lesiones
El chileno Luciano Pitronello, conocido por haber instalado una bomba en una sucursal de un banco del centro de Santiago en 2011, ha muerto este domingo por la noche a los 35 años. El hombre se encontraba en riesgo vital desde el pasado viernes tras sufrir una descarga eléctrica mientras trabajaba operando una grúa en el Parque Padre Hurtado en el municipio de La Reina, en la zona oriente de la capital. El accidente le provocó un paro cardiorrespiratorio y heridas graves. La Fiscalía Oriente ha ordenado a la Policía de Investigaciones (PDI) que lidere las investigaciones para determinar las circunstancias en que se produjo el accidente laboral.
La inspectora Nicole Santis, de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la Policía de Investigaciones (PDI), Pitronello estaba operando una grúa pluma cuando, al intentar trasladar un contenedor al interior de un camión, pasó a llevar unos cables de alta tensión, lo que provocó una descarga eléctrica. El accidente le provocó inmediatamente graves lesiones y generó un foco de incendio en la cabina de la grúa. Pitronello fue trasladado de urgencia a la Clínica Las Condes, en un municipio cercano, donde permaneció en riesgo vital durante dos días.
La madrugada del 1 de junio de 2011, cuando Pitronello era un joven anarquista de 22 años, instaló un artefacto explosivo en una sucursal Ñuble del Banco Santander, ubicada en la Avenida Vicuña Mackenna. Mientras intentaba colocar la bomba, ésta le explotó y producto de las quemaduras perdió una mano -se la amputaron- y tres dedos de la otra.
El Ministerio Público y el Banco Santander lo imputaron de delito terrorista y pedían 10 años de prisión. En un fallo dividido, el 4º Tribunal Oral en lo Penal de Santiago desechó los cargos de delito terrorista ya que, según dos de los jueces, no se demostró que el hecho tuviese la intención de producir temor en la población, un factor clave para catalogar un delito de terrorismo.
La justicia sí lo declaró culpable de los delitos de tenencia de explosivos y porte de bomba, daños y uso de placa patente falsa. La condena emitida en 2012 fue menor a cinco años, por lo que el tribunal le concedió la libertad vigilada durante seis años. Cuando se conoció la condena, la madre de Pitronello, Erika Schuffeneger, dijo en una entrevista en la Radio ADN que su hijo estaba “desorientado en la vida”. “Se acogió a personas que no le convenía y fue un cúmulo de cosas que terminó en lo que ya sabemos”, señaló la mujer, quien lamentó no haber podido apoyar más a su hijo para evitar lo ocurrido en el banco.
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