Constanza Martínez, nueva presidenta del Frente Amplio: “Los comunistas han sido colaboradores muy leales con el Gobierno de Boric”
La abogada aborda los procesos de cambio de la coalición del presidente de Chile y la relación con el Partido Comunista tras unas semanas marcadas por las diferencias con la Administración de izquierdas
El Frente Amplio (FA), la coalición del presidente Gabriel Boric, se convirtió en un solo partido y el pasado domingo 14 eligió a su primera presidenta, Constanza Martínez (Santiago, 36 años). La abogada recibe a EL PAÍS en la sede de la formación de la nueva izquierda chilena, en el centro de la capital, en la que hace unos días un grupo de anarquistas rayaron en la fachada “traidores”. Martínez, hija de una profesora recién jubilada y un ingeniero en ejecución, desde pequeña se involucró en organizaciones sociales y luego en política universitaria. Fue presidenta del centro de estudiantes de derecho en la Universidad de Chile y participó en la ola de movilizaciones estudiantiles de 2011, donde coincidió con el actual presidente de Chile Gabriel Boric y con el ahora diputado Gonzalo Winter, quien formará parte del comité político de esta nueva etapa del FA. “En 2011 ya se empezaba a notar que había un agotamiento del modelo en general”, señala la abogada, que asume el cargo este lunes, en una oficina de la casona patrimonial en la calle Esmeralda.
Cuando Boric llegó a La Moneda en marzo de 2022, Martínez asumió como delegada presidencial de la Región Metropolitana, en plena crisis de seguridad, que por estos días ha recrudecido debido a una ola de crímenes en distintos municipios. En dicho cargo, que hoy está en manos de Gonzalo Durán (FA) tuvo que trabajar estrechamente con Carabineros, una institución con la que fue muy crítica en el marco del estallido social de 2019. Dice hoy que les explicó que sus cuestionamientos tenían que ver con la utilización del orden público para resolver problemas políticos. “Tiene que ver más con quienes toman esas decisiones”, apunta sobre sus dichos mientras gobernaba el expresidente de la derecha tradicional, Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), y añade que mantiene su crítica respecto a violaciones de derechos humanos en el contexto de las revueltas sociales.
Pregunta. ¿Cómo ha cambiado el Frente Amplio desde su origen?
Respuesta. Ha habido una evolución coherente respecto a nuestro proyecto político, precisamente porque venimos de los movimientos sociales y hemos ido consolidando esta alternativa política. A mi juicio hemos ido generando signos de unidad, de mayor amplitud.
P. ¿La mayor amplitud es hacia otros partidos o dentro del FA?
R. Son a distintos niveles porque tienen distintos objetivos. Creo que la unidad que estamos logrando al interior del Frente Amplio es sustantiva y a contrapelo de lo que normalmente ocurre en la política. Además, hemos ido generando una síntesis con otras trayectorias políticas para ir alcanzando ciertos objetivos, como ha sido nuestra vinculación con las distintas sensibilidades que confluyen en el Gobierno del presidente Gabriel Boric. El Frente Amplio está pensado en avizorar una política que le haga sentido al siglo XXI, que aborde las problemáticas no mirando al pasado con añoranza, sino cuáles fueron los errores y las potencialidades, pero, sobre todo, que sea un proyecto que piense en los desafíos del futuro.
P. ¿Cuáles son esos desafíos para el partido?
R. Cuando pensamos en el sistema nacional de cuidados, estamos pensando en una crisis de cuidados que viene en el siglo XXI; cuando pensamos en los desafíos que trae la inteligencia artificial, más que decir que sólo precariza la vida, tenemos que pensar mecanismos en cómo contribuye a tener más tiempo libre, más vida familiar. Para tener mayor seguridad económica, social y pública, requiere miradas novedosas que se planteen realmente una izquierda del siglo XXI. Estamos tratando de recuperar la idea de que el Estado puede cuidar y que para los problemas colectivos tiene que haber soluciones colectivas.
P. Después de un inicio difícil para el Gobierno de Boric por el fracaso del primer proceso constitucional, hay quienes plantean que hizo un giro hacia la socialdemocracia y se alejó de la idea refundacional. ¿Lo comparte?
R. El Gobierno fue muy responsable en lograr estabilizar el país de una triple crisis que estaba viviendo: de ilegitimidad de las instituciones, económica y de seguridad.
P. ¿Cómo explica en ese proceso de estabilización de la seguridad la ola de crímenes que ha habido estos días en la Región Metropolitana?
R. Chile enfrenta una crisis de seguridad que debe abordarse con perspectiva de Estado y trabajo en unidad. Este Gobierno entiende que la seguridad requiere estrategias a largo plazo. Para eso se ha trazado un rumbo claro, robustecer el Estado: fortalecer las instituciones, mejorar los sistemas de inteligencia, focalizar recursos. Lo anterior ha dado resultados que como delegada pude ver en diferentes zonas.
P. ¿Y sobre el giro hacia la socialdemocracia?
R. El Gobierno se ha mantenido una lógica de avanzar en las reformas profundas que no pueden seguir esperando y el FA viene a acompañar y contribuir para eso. Somos el país por excelencia más neoliberal del mundo, que tiene un nivel de desprotección respecto a sus derechos y también al otorgamiento de esos derechos al mercado de manera muy radical. Lo que planteamos son avances progresivos que, de la mano de entender nuestro contexto político, implican que vayan por etapas y en eso no tenemos problemas, pero tienen que ser.
P. Usted pertenece a esta generación que fue muy crítica con la ahora exConcertación, la coalción de centroizquierda que gobernó Chile entre 1990 y 2010.
R. Ahí hemos tenido un tránsito muy coherente respecto a nuestra reflexión. Creo que se han hecho algunas caricaturas respecto a que nuestra demanda sería solamente una diferencia moral y yo creo que al contrario, nuestra diferencia siempre ha sido política. No sólo somos una generación etaria, hemos ido reconociendo y quizás en eso se ha habido una modificación, que hay sectores que hace mucho tiempo vienen pujando por las mismas cosas, pero nosotros consideramos que era necesario organizar una nueva alternativa política que le hablara el país en torno a estas demandas y ahí también nos hemos encontrado con personas que vienen de distintas trayectorias.
P. ¿Cuáles son las principales diferencias políticas?
R. No es que nosotros seamos los únicos que tengamos ciertos principios y que la diferencia sea sustantiva, pero en un momento sí había un conflicto al interior de esos partidos que terminó tomando ciertas decisiones en el sentido contrario de lo que nos gustaría como país por un montón de factores. Nuestra diferencia tiene que ver con el cuestionamiento a las bases que se sentaron en la dictadura y cómo eso debiese ser revisado, primero, en torno al Estado subsidiario. Hay un Estado que hizo nichos de negocios con derechos y que tuvo una ausencia de mirada a cómo realmente se garantizaban. Hizo que el endeudamiento fuera el mecanismo para acceder a derechos como la educación, la salud e, incluso, las pensiones. Lo segundo es que proponemos una democracia mucho más participativa, que permita que haya mayor involucramiento de la sociedad. Y por último, hay un aspecto referente a la concentración de la riqueza.
P. ¿El Frente Amplio se define como capitalista o anticapitalista?
R. Hoy día estamos confluyendo entre cuatro fuerzas políticas muy distintas y creo que van a venir muchas definiciones en el congreso del partido [aún sin fecha], que es parte de lo que va a hacer que esta unidad, que hoy es administrativa, se configure en una definición más a largo plazo. El Frente Amplio, desde sus inicios hasta ahora, ha instado a la sociedad a avanzar en un modelo que supere las lógicas desiguales del neoliberalismo, pensando, sobre todo, en las consecuencias negativas que ha tenido en la vida cotidiana la privatización de la educación y la salud. Nuestro horizonte es socialista, pero recoge los aprendizajes de procesos que en el siglo XX, al tratar de reemplazar el capitalismo, solamente crearon un capitalismo de Estado.
P. Además de si son o no capitalistas, ¿qué otros temas van a definir?
R. Hay ciertas discusiones ideológicas que son muy importantes, como esa, pero también varias referentes a buscar nuevos parámetros de discusión que permitan adaptarse a las nuevas necesidades del siglo XXI y aspectos que tienen que ver con la táctica en cómo abordamos la estrategia hacia ese camino. También a nivel táctico tener márgenes claros de forma que todos estemos dentro del mismo esfuerzo. En último aspecto, tenemos que robustecer orgánicamente al partido y eso va a tener varios elementos para que la propia democracia y justicia interna sean lo más robusta posible.
P. ¿Usted cree que va a sobrevivir la alianza del FA con el Partido Comunista?
R. Hay una alianza de propósito que se ha ido construyendo al calor de muchos años. Tenemos visiones distintas respecto a muchos temas, pero también cosas que nos han ido uniendo desde los movimientos sociales o las mismas luchas institucionales. En nuestra diversidad tenemos que ir pensando cómo hacemos unidad de propósito, no simplemente electoral. Es el camino que estamos más o menos trazando desde el Frente Amplio, también pensando en otros factores: la unidad que se dio, por ejemplo, en materia municipal, desde la Democracia Cristiana (DC) hasta el PC, significó el poner por delante la capacidad de frenar a la ultraderecha.
P. ¿Esa unidad de propósito con el PC se ha fortalecido o no durante el Gobierno de Boric?
R. Yo creo que han sido colaboradores muy leales con el Gobierno, tenemos grandes dirigentes al interior: la ministra del Trabajo Jeannette Jara, la ministra Camila Vallejo [portavoz de Gobierno], el ministro Cataldo [Nicolás] de Educación. Son liderazgos que han sido muy relevantes. A mi me ha tocó trabajar con ellos de cerca. Yo confío en que eso se vaya adecuando a reconocer nuestras diferencias, que existen por eso somos proyectos políticos distintos, pero que también se encuentren en estas tareas que tenemos en común.
P. ¿Le parece que todas las críticas públicas de la dirigencia del PC al Gobierno en las últimas dos semanas son un reflejo de lealtad?
R. Creo que hay diversidad al interior del Partido Comunista y a mí no me corresponde hacer un análisis respecto a su interna. Lo que yo sí veo es que hay una diversidad que está siendo discutida y que dentro de esa diversidad, yo me quedo sobre todo con quienes han tenido un papel preponderante en el Gobierno del presidente Boric.
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