La Cancillería chilena fuerza la salida de la embajadora en el Reino Unido por un polémico proyecto de cinco millones de dólares
En medio del ‘caso Convenios’, la trama de corrupción que sacude al oficialismo chileno, el Ministerio de Relaciones Exteriores informa de la “renuncia voluntaria” de Susana Herrera tras 10 meses en el cargo
La Cancillería chilena ha informado este martes de la “renuncia voluntaria” de la que era embajadora de Chile en el Reino Unido desde hace 10 meses, la arquitecta y diseñadora de muebles Susana Herrera, enredada por un proyecto que presentó a la Gobernación del Biobío, en la zona sur del país, para levantar fondos públicos y privados por cinco millones de dólares. Lo hizo sin autorización a sus superiores y buscaba recaudar dinero para la restauración de los terrenos afectados por los incendios en el verano pasado en esta zona del territorio. De acuerdo a Herrera, para realizarlo contaba con la colaboración con la Circular Bioeconomy Alliance (CBA), una fundación creada por el Rey Carlos III, y el reputado estudio de arquitectura Zaha Hadid. El proyecto denominado Living Lab Biobío fue diseñado por la propia Herrera junto al biólogo marino y consultor ambiental Alberto Fuentes Larenas, lo que llamó la atención de la Cancillería, porque los embajadores son los que habitualmente transmiten a Chile las iniciativas elaboradas por diversas organizaciones, las que se acercan a las misiones diplomáticas en búsqueda de ayuda. No al revés, como ocurrió en esta ocasión.
“Ha presentado su renuncia voluntaria al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, la que ha sido aceptada. La Cancillería agradece el trabajo de Susana Herrera. La misión en Reino Unido seguirá funcionando con total normalidad, de acuerdo a las normas vigentes, y quedará temporalmente a cargo del Encargado de Negocios”, señala el breve comunicado de la cartera liderada por el ministro Alberto van Klaveren, donde ya su suerte quedó definida el lunes. La permanencia de Herrera en el cargo se hacía insostenible en medio del caso Convenios, una trama de corrupción que tiene al oficialismo contra las cuerdas, por traspasos de dineros públicos a fundaciones ligadas principalmente al Frente Amplio, la coalición original del mandatario. Si se esperó hasta hoy fue solo para afinar los términos de su salida porque Herrera, ayer, no estuvo disponible para renunciar y solicitó tiempo para pensarlo.
El caso salió a la luz en un reportaje del domingo del periódico chileno La Tercera, el que informó que la Cancillería frenó un proyecto que impulsó Herrera sin seguir los trámites regulares ni informar a sus superiores. El reportaje –que terminó con la salida de Herrera tras 48 horas– daba cuenta de que la embajadora recibió, en primera instancia, una dura advertencia por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, para que se inhiba en el futuro de realizar gestiones para reunir recursos ante la Gobernación de Concepción u otras reparticiones del Estado, sin tener una aprobación previa del ministerio y sin que la cartera fuera la intermediaria.
El proyecto de Herrera buscaba la restauración de los terrenos afectados por los incendios en el verano pasado, basándose en la “bioeconomía circular e infraestructura de madera para la formación de capacidades locales sostenibles en la región del Biobío”, informó La Tercera. La propia Herrera lo calculó en cinco millones de dólares y, entre otros asuntos, incluía un mercado de maderas en la localidad de Santa Juana. Herrera envío una carta el 13 de junio pasado –tres días antes de que explotara la primera arista del caso Convenios en el norte de Chile– al gobernador Rodrigo Díaz, en la mira de la Contraloría y de la Fiscalía por los millonarios traspasos de recursos públicos a distintas fundaciones. En la comunicación, Herrera le pedía la entrega de financiamiento. Lo hizo sin preguntarle a nadie de la Cancillería chilena, saltándose todos los conductos regulares de un ministerio altamente profesional, independiente del Gobierno de turno.
La carta de Herrera tenía el membrete de la embajada y estaba firmada por ella como representante de Chile en el Reino Unido. “Este proyecto puede marcar un hito en la relación entre nuestros países, siendo una nueva forma de hacer diplomacia en la que primen los territorios, los beneficios compartidos y el trabajo conjunto en apoyo directo a las comunidades. Este enfoque ha sido el núcleo de mi labor como embajadora de Chile en el Reino Unido”, remarca Herrera en la misiva reproducida por el periódico chileno. “Entiendo que un proyecto de esta envergadura y con tal impacto requiere la colaboración de numerosos actores públicos y privados, pero sobre todo de las autoridades regionales. Por esta razón, me permito solicitar su apoyo directo en la búsqueda de financiamiento necesario para hacer realidad esta gran oportunidad para nuestra región”, agrega Herrera en el texto dirigido a Díaz.
Fue Herrera y Fuentes Larenas los que valorizaron las distintas etapas del proyecto y luego realizaron gestiones ante CBA, el estudio de arquitectos y la Gobernación de Concepción.
Su salida era pedida incluso desde el oficialismo. Este martes, luego de la información de la Cancillería, ha habido diferentes reacciones, como la del senador socialista, que fue ministro de Relaciones Exteriores y secretario general de la OEA, José Miguel Insulza: “Lamento todo este incidente. Ojalá se nombre alguien con experiencia internacional y que conozca de cerca la realidad del Reino Unido”.
10 meses en el cargo
Desde que asumió en octubre pasado, Herrera tuvo una gestión polémica, marcada por su falta de experiencia diplomática y formación en relaciones internacionales, en una plaza importante para la política exterior chilena como Londres. Entre los que han trabajado con ella en estos 10 meses se le describe como una persona cándida, entusiasta, pero que no entiende de política.
Su nombramiento, como todos, es de exclusiva prerrogativa del presidente en ejercicio, que para designarla habría considerado el hecho de ser mujer, de regiones –ella es de Concepción, justamente en la región del Biobío- y que no milita, aunque es cercana a la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), un partido pequeño del oficialismo.
Las presiones para que la saquen provinieron del propio oficialismo. La presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, fue categórica: “Tiene que renunciar”. Para la senadora, no resulta posible “seguir relativizando las faltas a la transparencia, a la probidad”, en medio del caso Convenios, una causa que investiga la Fiscalía y que ha provocado la salida de siete funcionarios del Gobierno. Entre ellos, Giorgio Jackson, el principal aliado del presidente, que renunció hace dos viernes a su cargo de ministro de Desarrollo Social. En la misma línea se manifestó el diputado socialista Tomás de Rementería, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.
Herrera solo fue defendida por la FRVS, un partido pequeño del oficialismo chileno que postuló a Herrera al cargo de embajadora.
La arquitecta y diseñadora de muebles de madera no tiene una trayectoria pública conocida en Chile. En 2021 postuló para lograr un puesto en la primera constituyente, por el movimiento Independientes No Neutrales, pero no fue electa. Tampoco obtuvo un cupo cuando, a fines del mismo año, buscó llegar al Parlamento por la FRVS, porque consiguió el 1,72% de los sufragios.
Hoy, antes de que se conociera su salida, el diario chileno El Mercurio publicó su propia defensa: “Con toda y seguridad y firmeza digo que las acusaciones que están formulando en contra mía carecen de fundamento y son absolutamente falsas. Niego de manera contundente cualquier insinuación que sugiera conductas ilícitas o en detrimento de los intereses de nuestro país y del Ministerio de Relaciones Exteriores”, aseguró Herrera al periódico chileno.
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