Jessica López, ministra de Obras Públicas: “En Chile estamos con dificultades para encontrarnos y dialogar”
La secretaria de Estado aborda el clima político del país. Y se refiere al plan de licitaciones públicas del Gobierno de Boric, que ha marcado un hito al anunciar la primera obra de la Administración de izquierdas en sus 16 meses al mando
La ministra de Obras Públicas Jessica López (66 años, Santiago) se integró hace cuatro meses a la Administración de Gabriel Boric, tras el último ajuste de Gabinete del mandatario chileno de izquierdas. Ingeniera comercial con mención en Economía y militante del Partido Socialista desde los años 90, su carrera se ha enfocado principalmente en el ámbito de lo público, pero siempre con un perfil técnico. Esta es la primera vez que tiene un cargo tan político. Antes de asumir como secretaria de Estado, trabajó durante 24 años en diferentes gerencias de BancoEstado, la entidad financiera estatal que se rige por las mismas normas que los demás bancos que operan en Chile. Llegó a ser CEO de la firma, hasta que el cambio de signo en La Moneda tras la llegada del presidente Sebastián Piñera (2018-2022), de derecha tradicional, la obligó a buscar nuevos rumbos. Entonces entró al sector privado: fue directora de compañías vinculadas al mundo financiero y presidenta de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess). Bajo ese paraguas, entró como consejera a la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), el principal gremio industrial de Chile.
En eso estaba cuando, al inicio del Gobierno de Boric, recibió el llamado del ministro de Hacienda, Mario Marcel, a quien conoce desde sus años de estudiante en la Universidad de Chile, para que asumiera como la primera mujer presidenta de BancoEstado. Era el trabajo soñado para López, pero los desafíos de la nueva Administración le tenían preparado un nuevo reto y en la primera línea de la política: la cartera de Obras Públicas. López conocía poco al mandatario, pero ahora interactúan de manera frecuente. “Nos vemos en los consejos de Gabinete y él siempre está muy conectado preguntando y pidiendo información. Incluso, ahora que estuvo afuera [en la Cumbre de la Unión Europea y la Celac] con varios inversionistas y empresas concesionarias de España y Francia, preguntó varias cosas. Y siempre está visitando el país, haciendo compromisos y preguntando por los compromisos, así que es muy activo”, dice.
La semana pasada, la ministra López marcó un punto de inflexión para su cartera y para el Gobierno. Después de 16 meses desde que asumió la actual Administración de Boric, anunció el primer llamado a licitación para infraestructura pública. El tramo de 218 kilómetros entre Santiago-Los Vilos en la Ruta 5, la principal vía que recorre Chile de norte a sur, será el primer hito de otras 10 obras que serán licitadas este año y que sumarán una inversión de 5.882 millones de dólares.
La noticia fue recibida con mucho entusiasmo por el sector privado. La falta de anuncios para nuevas licitaciones mantenía inquieto a los principales gremios, en particular al de la construcción, uno de los más golpeados por la crisis económica que atraviesa el país sudamericano. Desde hace varios meses que se esperaba una señal clara desde el actual Gobierno para continuar con la agenda de crecimiento vía concesiones, una de las características que marcó la gestión de las administraciones de los últimos 30 años en Chile, luego del retorno de la democracia.
Desde su oficina en el sexto piso de un edificio ubicado justo al frente del palacio presidencial chileno, Jessica López reflexiona sobre el furor que causó su anuncio y confiesa que se sorprendió. “Llamar a la licitación tiene un impacto que no me imaginé. De hecho, antes de salir con el llamado, le decía a los privados: ‘bajen la ansiedad, estamos preparando los anuncios, el Ministerio no está parado`. Pero he logrado valorar que, tan importante como inaugurar algo, es anunciar que lo vas a hacer. Genera impacto económico, expectativa y compromiso”, plantea la ministra.
La ministra tiene claro que existen miradas disímiles respecto al modelo de concesiones en Chile, que se inició en el gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994). Parte de los sectores más duros del Frente Amplio, la coalición de Boric, y del Partido Comunista, son críticos con la participación de los privados en la construcción de infraestructura pública, mientras que el ala más cercana al socialismo cree que debe continuarse con esa fórmula. “La experiencia demuestra que la evaluación es muy positiva. Sin perjuicio de que hay muchas cosas que mejorar, creo que nos ha permitido dar un salto gigante en infraestructura en el país. Uno puede estar más cómodo tal vez con contratos de concesión que, a lo mejor, nos den más un poco más de flexibilidad, donde los cambios sean más ágiles”, añade.
Obras Públicas es una cartera técnica, pero codiciada: permite mostrar avances concretos. Es también una secretaría que está en constante tensión, porque se espera que sea un músculo del Estado para aumentar la inversión en minutos en que la actividad económica sigue débil (el Indicador de Actividad Mensual Económica de mayo cayó 2%), pero que, además, vele por la calidad de la infraestructura pública, que lidie con la escasez hídrica y que se haga cargo de revisar las obras y sus reparaciones cuando ocurren desastres naturales, que son cada vez más frecuentes. Jessica López dice que ha notado el cambio, en el ritmo de vida y en sus horarios. Confiesa que es estresante, pero que no se abruma. “He tenido la suerte de tener trabajos bien desafiantes y significativos, es más la alegría, no me agobio”, afirma.
A lo que sí le ha costado acostumbrarse, admite, es a la dinámica política. “Es un mundo nuevo, de mucho aprendizaje, un mundo en el que yo no tenía experiencia”, dice. Y agrega: “Lo más duro es vivir esa dificultad para conversar, para consensuar, para valorar lo que hay que valorar. Nos está costando encontrarnos y dialogar. Hay un mal ambiente en la política que nos hace difícil conversar, consensuar ciertos caminos. No hemos podido construir, creo yo, todavía ciertos acuerdos. Han sido años bien intensos con la experiencia del primer proceso constitucional y ahora con el segundo”.
En ese sentido, López cree que las voces en la oposición que piden la destitución del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, a quien le achacan que sea fundador y líder de Revolución Democrática (RD), uno de los partidos que protagoniza el Caso Convenios, son “un exceso”. “Creo que muestra el nivel al que hemos llegado en la política, mala onda, no me gusta, me incomoda”, afirma, mientras termina de tomar su café con leche.
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