El panel de peritos que analiza el posible envenenamiento de Pablo Neruda no llega a un consenso

El panel de expertos internacionales que analizó la bacteria clostridium botulinum, encontrada en 2017 en el cuerpo del poeta chileno Pablo Neruda, no logró llegar a consenso en sus conclusiones respecto de si era tóxica o no, y ha postergado, otra vez, la entrega de su informe para el 15 de febrero. Esa aclaración científica es muy importante para la decisión que próximamente debe tomar la jueza Paola Plaza, quien investiga las circunstancias de la muerte del escritor en 1973, pues las pruebas están destinadas a aclarar si falleció del cáncer a la próstata que padecía o hubo con intervención de terceros.

Neruda murió en la Clínica Santa María en Santiago, el 23 de septiembre de 1973, apenas 12 días después del Golpe de Estado militar que derrocó al socialista Salvador Allende. Padecía de un cáncer con metástasis y por 40 años esa fue la causa conocida de su fallecimiento. Pero en 2011 el Partido Comunista (PC), en el que militaba el poeta, interpuso una querella en la que se planteó que el deceso fue producto de un envenenamiento. Una hipótesis que se basó en el testimonio de Manuel Araya, chófer del escritor, que fue quien lo trasladó desde su casa en Isla Negra, una zona costera a 100 kilómetros de Santiago de Chile, hasta el centro de salud donde falleció.

Esa querella del PC fue la que dio origen a una investigación judicial que lleva abierta más de una década, destinada a esclarecer las circunstancias de la muerte del Premio Nobel de Literatura 1971. Se trata de un caso que estuvo durante nueve años en manos del juez Mario Carroza, quien en 2013 ordenó la exhumación el cadáver del poeta y que hoy está a cargo de Paola Plaza, quien reemplazó al magistrado luego que fuera ascendido a la Corte Suprema chilena.

Este es el tercer panel que se constituye en torno al caso. El primero confirmó en 2013 que Neruda falleció producto del cáncer a la próstata. El segundo, también compuesto por expertos internacionales, si bien despejó una duda, también abrió otra. Eso fue en 2017, cuando el grupo de científicos examinó la primera bacteria hallada en los restos del escritor, estafilococo aureus, y determinó que era de origen exógeno. Pero, en medio de esas pruebas, sorpresivamente se encontró una nueva sustancia: clostridium botolinum, cuya toxicidad está en estudio.

Las conclusiones de este último informe, que ahora el panel entregará dentro de una semana, son consideradas preliminares, pero solo en el sentido de que el texto final, con los documentos anexados, llegará a manos de la jueza Plaza el 7 de marzo. Pero su resultado será el mismo.

La jueza hasta ahora solo ha investigado la causa de la muerte de Neruda, pero no si hubo o no asesinato. De ahí la relevancia de contar con prueba científica que se ponderará con la indagatoria judicial.

Además del caso Neruda, Paola Plaza investiga más de 100 causas de violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura militar de Augusto Pinochet entre 1973 y 1990, causas en las que condenado a varios exagentes de los servicios de seguridad.

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