Novela negra que disecciona la realidad

La nueva edición de Getafe Negro se articula en torno a la memoria histórica y los crímenes reales

A la izquierda, Carlos García Gual, premio José Luis Sampedro, junto a Martín Doria, ganador del premio Getafe Negro en esta edición, en una imagen cortesía del festival.

Cualquier festival, y más si es literario, debe construirse como un relato para contar algo diferente en cada edición. Esta es la premisa sobre la que llevan trabajando 12 años los organizadores de Getafe Negro. La muestra de novela policiaca regresa a la ciudad madrileña (hasta el 27 de octubre) y reúne a más de 60 autores y autoras (nacionales e internacionales) de este género literario que –como señala el comisario del festival, Lorenzo Silva– “ejerce de termómetro de la realidad social, de nuestros problemas y de la forma de abordarlos”.

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Cualquier festival, y más si es literario, debe construirse como un relato para contar algo diferente en cada edición. Esta es la premisa sobre la que llevan trabajando 12 años los organizadores de Getafe Negro. La muestra de novela policiaca regresa a la ciudad madrileña (hasta el 27 de octubre) y reúne a más de 60 autores y autoras (nacionales e internacionales) de este género literario que –como señala el comisario del festival, Lorenzo Silva– “ejerce de termómetro de la realidad social, de nuestros problemas y de la forma de abordarlos”.

El nuevo relato de Getafe Negro pretende sacar a la luz cuestiones como la memoria histórica y las formas de criminalidad que surgen de los desequilibrios de nuestro tiempo. “Hay una necesidad de rebuscar en ese pasado y sacarlo a la luz y para eso la novela negra funciona muy bien”, dice Silva. “Por otro lado, vivimos en un mundo en permanente evolución y deberíamos ser más críticos con lo nuevo que aparece; por ejemplo, la transformación tecnológica puede llevar a la ciberdelincuencia y la desaparición de las fronteras, al tráfico de personas”, añade el comisario del festival sobre las nuevas temáticas que aborda el género y que podrán descubrirse durante estos días.

El último ganador del Premio Novela Negra de Getafe, el escritor colombiano Martín Doria, desgrana en su novela “Los niños de Mangle” la explotación sexual de menores por parte de sus familias en el área de Barranquilla (Colombia). Aunque, como dice Silva, “no tenemos que irnos tan lejos para narrar una situación así”. La Capitán de la Guardia Civil, María José Garrido, participa en esta edición de Getafe Negro con “Sobre personas y monstruos. Aplicación de la psicología en la investigación criminal”, una novela policiaca que destapa una red de padres en España que prostituye a sus hijos en las redes sociales.

A la ficción inspirada en hechos reales de estos relatos, se suma otro subgénero de la novela policiaca y que también se aborda en esta edición de Getafe Negro: el true crime, como se ha popularizado en el mundo anglosajón. “La irrupción de estas historias reales narradas de forma literaria nos ha hecho reflexionar a los autores de ficción sobre si, coloquialmente hablando, se nos ha ido un poco la pinza contando cosas demasiado raras y alejadas de la realidad, aunque a veces estas historias reales son más perturbadoras que aquellas que nacen de la propia fantasía”, dice Silva y destaca la labor de periodistas especializados en sucesos como Manuel Marlasca con su libro “Cazaré al monstruo por ti” –sobre la investigación del pederasta de Ciudad Lineal– o Luis Rendueles que desgrana el robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago en “Los ratones de Dios”.

El humanista, escritor, filólogo y helenista Carlos García Gual, recogía este miércoles el X Premio José Luis Sampedro que otorga Getafe, en el marco del festival, señalando que “la libertad intelectual está en la lectura”.

En esta edición también participarán otros autores nacionales de novela negra como Antonio Muñoz Molina, Domingo Villar, Rafael Guerro, Marta Sanz, Jordi Llobregat o Inés Plana. En el panel internacional y como parte de la delegación noruega –país invitado en esta edición– destacan los escritores Jo Nesbø, Ruth Lillegraven.

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Para convertirse en ese termómetro de la realidad social del que habla Silva, la novela negra ha tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, creando nuevos personajes que rompan con los arquetipos tradicionales. “Era necesario construir protagonistas con los que cualquier lector o lectora pudiese sentirse identificado”, dice la escritora Alba Carballal, autora de “Tres maneras de inducir un coma”, en la que la protagonista es una mujer trans. “El hecho de ser trans es una característica más, no la única. Yo he intentado construir un personaje complejo como somos las personas en realidad”, añade. “Vivimos en un momento curioso en el que te puedes encontrar nuevos personajes o recreaciones de otros”, explica Silva. “Sigue habiendo muchos personajes policías en este género, pero ahora vemos que hay más policías construidos desde una perspectiva de autoras y eso aporta matices diferentes al personaje”, añade.

Carballal participará en la mesa redonda “Más allá del Noir” en la que se debatirá sobre la flexibilidad de este género literario. “Mi novela no es una historia policiaca, aunque sí hay una investigación y posibles móviles para un crimen”, cuenta. “Pero se podría encajar en este género si intentamos abrir nuevas vías y transformar lo que ya se estaba haciendo, eso es la contemporaneidad”, dice la joven escritora, nacida en 1992. Como cada edición, la muestra se completa con otras actividades como talleres, concursos de relatos, yincanas, proyecciones de películas y exposiciones.

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