El Govern intentará reeducar al oso ‘Goiat’ antes de expulsarlo del Pirineo

Los reiterados ataques del animal han puesto en pie de guerra al sector ganadero

Después de que el conseller de Territorio y Medio Ambiente, Damià Calvet, propusiera el pasado julio su "captura y expulsión", el oso Goiat tendrá finalmente una segunda oportunidad en los Pirineos. Antes de sacarlo del medio, la Generalitat intentará cambiar los hábitos depredadores de este ejemplar de oso pardo (Ursus actos), conocido en las montañas por sus reiterados ataques a la ganadería. Así lo reiteró ayer el director de Política Ambientales y Medio Natural de la Generalitat, Ferran Miralles, en la Comisión de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Parlament.  

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Después de que el conseller de Territorio y Medio Ambiente, Damià Calvet, propusiera el pasado julio su "captura y expulsión", el oso Goiat tendrá finalmente una segunda oportunidad en los Pirineos. Antes de sacarlo del medio, la Generalitat intentará cambiar los hábitos depredadores de este ejemplar de oso pardo (Ursus actos), conocido en las montañas por sus reiterados ataques a la ganadería. Así lo reiteró ayer el director de Política Ambientales y Medio Natural de la Generalitat, Ferran Miralles, en la Comisión de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Parlament.  

En el punto de mira por sus ataques, la Generalitat decide no ceder así a las presiones del sector ganadero y optar por intentar alejar al plantígrado de zonas pobladas. Según explicó ayer Miralles, se hará a través del nuevo plan de actuación que se aprobó en noviembre para definir si un ejemplar supera o no los límites de peligrosidad para decidir expulsarlo. Para comprobarlo, tocará esperar a que Goiat despierte de su periodo de hibernación. Si persiste con su actitud depredadora (sobredimensionada, según los expertos), la Generalitat no tendrá más remedio que sacarlo del medio. Se trataría de la primera expulsión de un plantígrado de los Pirineos. 

La agresividad de Goiat, capturado en Eslovenia y liberado en 2016 en el Parque natural del Alt Pirineu en Isil (Lleida) en el marco del programa europeo de reintroducción del oso pardo Pyroslife 2015-2018, había recrudecido en los últimos meses el conflicto abierto entre ganadores y el Gobierno catalán sobre la reintroducción de la especie.  Miralles señaló ayer en la comisión que el programa seguirá en funcionamiento porque, a su juicio, el problema de las depredaciones "no son los osos, sino la coexistencia del animal con las actividades humanas"."Nos toca convivir con el oso", afirmó, y añadió que si eso supone una molestia, la administración intervendrá, pero "sin tomar ninguna decisión en caliente".

Los ganaderos habían forzado de hecho a que Calvet anunciara en julio la captura y el traslado de Goiat. El anuncio del conseller, sin embargo, no logró su objetivo de apaciguar los ánimos del sector. Tras un verano conflictivo con ataques de Goiat y manifestaciones de los ganaderos pidiendo su expulsión, el propio Miralles convocó una rueda de prensa para responder a las críticas el pasado 14 de septiembre. “Alguien debería preguntarse por qué se prefieren bajas”, insinuó por entonces visiblemente molesto el director general en referencia a las indemnizaciones que reciben los ganaderos víctimas de ataques. 

Miralles añadió ayer que "se tienen que tomar las decisiones con criterio". Durante la comparecencia, también pidió a los ganaderos que usen los agrupamientos como prevención, un dispositivo gratuito dónde el ganado es vigilado las 24 horas por la administración. Según él, el dispositivo da resultados positivos en el Pallars, donde los ganados agrupados solo han sufrido la muerte de 6 ovejas. Actualmente, Cataluña cuenta con una población de osos pardos de 45 ejemplares, una cifra que, según Miralles, es buena aunque crezca lentamente y "un ejemplar pueda salir agresivo". 

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