Rafel Nadal gana el Llull con un episodio de la II Guerra Mundial en Cataluña

‘El fill de l’italià’ ambienta una historia de amor secreto durante la estancia de un millar de marineros italianos en Caldes de Malavella en 1944

El periodista y escritor Rafel Nadal.EUROPA PRESS

Aunque no la vivió como protagonista, Cataluña no estuvo exenta de episodios vinculados a la II Guerra Mundial, que van desgranándose poco a poco y suelen transformarse en goloso material literario por su desconocimiento popular. Es el caso del cerca de millar de los jóvenes marineros italianos que acabaron recalando en Caldes de Malavella tras el hundimiento del acorazado Roma, buque insignia de la flota italiana. Ellos son el motor y el contexto histórico de El fill de l’italià, la novela con la que el periodista y escritor Rafel Nadal ha obtenido el 39º premio Ramon Llull ...

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Aunque no la vivió como protagonista, Cataluña no estuvo exenta de episodios vinculados a la II Guerra Mundial, que van desgranándose poco a poco y suelen transformarse en goloso material literario por su desconocimiento popular. Es el caso del cerca de millar de los jóvenes marineros italianos que acabaron recalando en Caldes de Malavella tras el hundimiento del acorazado Roma, buque insignia de la flota italiana. Ellos son el motor y el contexto histórico de El fill de l’italià, la novela con la que el periodista y escritor Rafel Nadal ha obtenido el 39º premio Ramon Llull —60.000 euros— que convoca Planeta.

“Es el viaje del protagonista a la búsqueda de su identidad y, a la vez, una historia de un amor secreto”, resume la novela el exitoso autor de Quan érem feliços —premio Josep Pla, 2012— y La maledicció dels Palmisano (traducida a 22 idiomas) que coloca en el centro del relato a Mateu, joven que se siente incómodo y poco querido en una familia rota y mísera. Sus orígenes estarán ligados a la odisea del buque, atacado el 9 de septiembre de 1943 con las primeras bombas teledirigidas que aparecieron en la guerra. Fueron los propios alemanes quienes lo hundieron como venganza por el armisticio que Italia había acabado de acordar con los Aliados. De la escuadra italiana de 26 buques, compuesta por unos 2.500 hombres, fallecieron 1.500. Seis barcos que recogieron a los supervivientes, que se quedaron sin instrucciones, acabaron en Maó (Menorca). Tras protagonitzar algunos altercados, las autoridades franquistas redirigieron el millar de marineros a Caldes de Malavella, donde estuvieron hasta bien entrado 1944.

El acorazado italiano 'Roma', hundido en 1943.

“Es una historia de amor y ternura, pero también de intriga; la historia de alguien para encontrar sus orígenes y su identidad a partir de la búsqueda de un padre y, en el fondo, una especie de doble Odisea homérica, un viaje de unos marineros para volver a casa y el de un hombre en busca de su identidad”, dice el autor. Nadal ha tejido la historia, siempre con un sustrato de hechos reales, a partir de las peripecias cotidianas y sentimentales de cinco de esos marineros que estuvieron un año en una localidad de apenas 2.500 habitantes sacudida por la llegada del millar de jóvenes extranjeros. Por otro, en las de Mateu que, de origen humilde, acabará entre las familias acomodadas de la localidad, marcado por una foto de su madre con un joven y sobre la que no investigará nada hasta 30 años después, tras el fallecimiento de su progenitora.

Nadal enmarca El fill de l’italià, cuya génesis está en la historia que le contó un vecino de Caldes de Malavella que asistía a un club de lectura de La maledicció dels Palmisano, en una especie de trilogía que conformaría junto a esa obra y Quan en dèiem xampany. Un tríptico forjado a partir de “reflexionar sobre la guerra, los bandos y la responsabilidad individual, si bien aquí el protagonismo es más individual que colectivo”.

“Tiene una peripecia histórica vinculada al devenir de Europa, aborda el tema de la búsqueda de la identidad que de algún modo todos hemos experimentado y está salpicada de páginas llenas de ternura”, diseccionó Carme Riera, miembro del jurado, como armas de una fórmula que más o menos comparten la mayor parte de las novelas ganadoras de los últimos años, sin olvidar un cierto reconocimiento público previo del que suele gozar siempre el ganador. Riera, que obtuvo el galardón en 1989 por Joc de miralls, se ha incorporado este año a un jurado que ha crecido, amén de con la presencia de la miembro de la Real Academia Española, con la de la productora y presidenta de la Academia del Cine Catalán, Isona Passola, y también la editora Francesca Cristoffanini, en representación de DeA Planeta Libri. Este sello, vinculado al Grupo Planeta, será el encargado el año próximo de editar en Italia, por vez primera en la historia del premio, una novela que, casualmente, tiene una temática que les implica directamente. En el que es el galardón en catalán más internacional, la obra será publicada, como en anteriores convocatorias, en Francia por Editis y en castellano, por Planeta. En catalán lo hará, el próximo 27 de febrero, Columna.

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