Identificado el cadáver hallado en el hueco de un ascensor en el hospital de La Paz

Se trata de un hombre de 68 años cuya desaparición fue denunciada el pasado día 20, diez días después de que se encontrara su cuerpo

El ascensor 54 del Hospital de La Paz.Víctor Sainz

El misterio de la identidad del hombre encontrado sin vida en el hueco de un ascensor del hospital madrileño de La Paz ha quedado resuelto 14 días después de su hallazgo. La Policía Nacional ha logrado descubrir que se trata de un hombre de 68 años que residía solo en el distrito de Puente de Vallecas y cuya desaparición fue denunciada por sus familiares hace solo cuatro días. Estaba separado y había dejado una carta de despedida en su domicilio.
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El misterio de la identidad del hombre encontrado sin vida en el hueco de un ascensor del hospital madrileño de La Paz ha quedado resuelto 14 días después de su hallazgo. La Policía Nacional ha logrado descubrir que se trata de un hombre de 68 años que residía solo en el distrito de Puente de Vallecas y cuya desaparición fue denunciada por sus familiares hace solo cuatro días. Estaba separado y había dejado una carta de despedida en su domicilio.

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El cuerpo de este hombre, del que no se ha facilitado todavía la identidad, fue localizado la mañana del 10 de julio por parte de operarios del servicio de mantenimiento de ascensores del hospital madrileño. Salía un fuerte olor del hueco del elevador número 54. Las cámaras de seguridad del centro permitieron comprobar que el fallecido se había precipitado al vacío desde la puerta de la planta 12 a las cinco de la madrugada del día 2. Antes había estado deambulando por la planta superior.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han informado de que el fallecido estaba separado y que vivía solo. Había estado trabajando en la construcción, de ahí que posiblemente supiera cómo funcionaba técnicamente un ascensor y que tuviera una llave maestra para acceder al interior. La víctima vestía con pantalones cortos y camisa de cuadros, de "una manera desaliñada y descuidada", según fuentes de la investigación.

Estas fuentes han confirmado a EL PAÍS que la identificación se ha producido gracias a la reconstrucción de las huellas dactilares del cuerpo. Estas habían quedado seriamente dañadas debido al avanzado estado de descomposición que presentaba el cadáver. Fue necesario introducir una falange en una disolución de alcohol y formol para regenerarla y de ahí seccionar la huella. Se trata de un proceso que dura varios días e incluso semanas.

Fotografías a los familiares

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De forma paralela, la familia del fallecido presentó una denuncia el pasado día 20 en la comisaría de policía después de que hubieran pasado varios días sin tener noticias de su allegado. Los agentes encargados de la investigación, el Grupo de Policía Judicial de la comisaría del distrito de Fuencarral-El Pardo, estaban pendientes de todas las denuncias por desapariciones que se daban en la capital y los municipios de la periferia. En este caso, los rasgos físicos aportados en la denuncia coincidían con los de la víctima. Los policías citaron a los denunciantes y les enseñaron unas fotografías del cuerpo del precipitado. Los familiares lo identificaron sin ningún género de dudas.

Esa identificación también permitió el cotejo de las huellas reconstruidas con las que tenían registradas en las bases del Documento Nacional de Identidad (DNI). También eran las mismas, por lo que no había duda de que se trataba de esta persona. El fallecido tenía además un antecedente, pero la policía no ha querido especificar de cuándo ni por qué delito. Este hecho permitió que su huella saltase en el Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID), en el que se almacenan las huellas de todas las personas fichadas por la policía y las de los desaparecidos.

Tras conseguir la pertinente orden judicial de entrada y registro en su domicilio, los policías encontraron en su casa una nota de despedida como si fuera un testamento, donde dejaba detallado todo lo que quería hacer con sus bienes. Después decía que quería a todos sus familiares. La Policía Nacional no ha querido dar más detalles del fallecido, ya que se ha confirmado la principal teoría que mantenían los investigadores. Esta era que se trataba de un suicidio, sobre todo, por las horas y el método elegido para quitarse la vida.

El cuerpo se encuentra en el Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria, y hasta el momento ninguna persona ha ido a reclamarlo. Este trámite ya no se puede realizar hasta mañana, ya que este organismo dependiente de la Consejería de Justicia solo abre hasta las 14.30. El titular del Juzgado de Instrucción número 43 es el que conoce la causa desde que se halló el cuerpo sin vida de esta persona. Estaba de guardia el pasado 10 de julio.

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