Manresa, equipo de élite, bandera de ciudad

El club de baloncesto proyecta el nombre de la capital del Bages y regresa a la máxima categoría gracias al arraigo, fidelidad y compromiso de la afición y a una gestión eficiente

La afición del Manresa celebra el ascenso de su equipo.Susanna Sáez (EFE)

Manresa, orgullo de equipo y bandera de ciudad. Un club modesto y una ciudad relativamente pequeña. Pero un equipo que vuelve a codearse con la élite del baloncesto y una ciudad, más que milcentenaria, con carácter y con un rico patrimonio, que proyecta su nombre también a través del deporte.

“El baloncesto aquí lo llevamos muy dentro. Para nosotros, es como una religión. La pasión y el sentido de pertenencia es mucho más acusado que en otras ciudades”, explica Josep Carner uno de los asiduos al Nou C...

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Manresa, orgullo de equipo y bandera de ciudad. Un club modesto y una ciudad relativamente pequeña. Pero un equipo que vuelve a codearse con la élite del baloncesto y una ciudad, más que milcentenaria, con carácter y con un rico patrimonio, que proyecta su nombre también a través del deporte.

“El baloncesto aquí lo llevamos muy dentro. Para nosotros, es como una religión. La pasión y el sentido de pertenencia es mucho más acusado que en otras ciudades”, explica Josep Carner uno de los asiduos al Nou Congost, el templo donde se congrega su fiel afición.

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El club fue fundado en 1931, participa en la máxima competición nacional desde 1968 y fue uno de los pioneros en la constitución de la ACB, en 1983. Desde entonces se ha mantenido casi siempre en la élite del baloncesto, a la que ahora acaba de regresar tras su último descenso hace un año. Es un pequeño milagro. Una ciudad con algo más de 75.000 habitantes, y una conurbación no muy superior, propulsa y da continuidad a un equipo que debe luchar con gigantes del deporte.

Esta temporada su presupuesto ha sido de alrededor de 1,4 millones de euros y la próxima espera poder ser competitivo en la ACB con unos 2,6 millones. Los necesitará para afrontar los fichajes de varios jugadores, aunque también aumentarán automáticamente sus ingresos por derechos de televisión, del orden de unos 550.000 euros, patrocinios y abonados. Muchos de los que volverán a ser sus rivales triplican ese presupuesto, y algunos, como el Barcelona o el Real Madrid, manejan cifras quince veces superiores. Con el agravante de que su directiva, al mismo tiempo, debe gestionar la reducción de una deuda que, en diciembre pasado, superaba los tres millones de euros.

“Nos desenvolvemos en un área geográfica menos poblada que la mayoría, pero el grado de arraigo aquí es extraordinario”, explica Carles Sixto, gerente del club del Bages. “Nos manejamos con austeridad para compensar esa desventaja y en buena parte salvamos la situación gracias a la implicación”. El patrocinador principal del club durante los tres últimos años ha sido ICL Iberia Súria & Sallent, la única empresa productora de sales potásicas en España, que cuenta con una plantilla de 1.200 trabajadores. La próxima semana, el club manresano tiene previsto presentar un nuevo patrocinador principal. “Y además, la clave es que tenemos más de 100 empresas muy implicadas en el territorio y algunas otras, como CaixaBank, de ámbito internacional, que han tenido una continuidad a pesar de que perdimos la categoría el año pasado”, añade Sixto. Entonces, el club solo perdió un 20% de los abonados, ahora cifrados en algo más de 2.000. El Gipuzkoa de San Sebastián, cuando bajó hace dos años, perdió un 70% de los abonados y tuvo que cambiar de pabellón.

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El alcalde de Manresa, Valentí Junyent, fue un destacado gestor deportivo en diferentes clubes, en la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) y en el club del Nou Congost, del que fue gerente, presidente ejecutivo y director general. En enero, tras rubricar un acuerdo de patrocinio por el que el Ayuntamiento, aporta al club entre 200.000 y 320.000 euros durante dos temporadas, indicó que se busca potenciar “el papel de embajador de la ciudad, la comarca y la Cataluña Central”.

Josep Sàez, empresario de 51 años, exjugador del club en categorías inferiores y presidente del Manresa desde septiembre de 2017, explica: “Somos el mejor embajador de la ciudad y pretendemos hacer del baloncesto un elemento integrador”. Diego Ocampo, que tras ser destituido en el Joventut en febrero fichó por el Manresa a finales de abril, reivindicó: “Tenemos que hacer bandera de los valores del Manresa, gente como Chichi Creus, Laviña o Rafa Martínez”. Creus fue el líder del equipo que hace 20 años consiguió la proeza de ganar la Liga tras superar en los playoffs al Estudiantes, al Real Madrid y al Baskonia. Junto a Creus, estaban jugadores como Paco Vázquez, Herb Jones, Capdevila, Bryan Sallier, Derrick Alston, Montáñez (ahora director deportivo), Lázaro, Lisard Y Singla, con Luis Casimiro como entrenador.Ocampo se quedó corto en una lista en que figuran jugadores destacadísimos que han vestido la camiseta del club manresano como Sergio Llull, Serge Ibaka, Andrés Nocioni o George Gervin. Aquella Liga, la Copa del Rey, dos años antes, tras ganar al Barcelona en la final, y esa serie de jugadores que huella han dejado una huella tan profunda vuelven a ser recordados. 

Somos el mejor embajador de la ciudad y pretendemos hacer del baloncesto un elemento integrador Josep Sàez, presidente del Manresa

La afición ha vibrado con el equipo que ha conseguido el retorno a la élite, tras superar en la final de la LEB ORO al Melilla, con un equipo dirigido por Ocampo en el que estaban jugadores como los catalanes Jordi Trias, Nacho Martín, Lluís Costa y Guillem Jou, el lituano Gintvanis, el danés Lundberg, el estadounidense David Allen, el congoleño Sakho, el británico Ashley Hamilton y el abulense Álvaro Muñoz. Todos ellos se emocionaron con el apoyo que les ha brindado una afición que adaptó canticos como el que dice: “Un dia de partit, al Congost vaig anar, només entrar a la grada, em vaig enamorar! El cor em bategava, no em preguntis perquè, del Resa [Manresa] sóc supporter, sempre t'animaré!”. Ocampo, cuando se hizo cargo del equipo, pidió a sus jugadores: “Se tiene que luchar, jugar bien y jugar para le gente”. La fórmula ha vuelto a dar resultado. Manresa vuelve a presumir de baloncesto de élite.

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